Captura de pantalla 2016-01-26 a las 10.04.23FEDERICO UTRERA. Nuevo debate en el pleno del Ayuntamiento de Majadahonda sobre la empresa de recogida de basuras Valoriza con novedades: la concejala África Sánchez fue tajante: “Estoy comprometida a que se cumpla la sanción”, que sería la segunda porque la primera se le pasó de plazo. Valoriza usó camiones municipales de Majadahonda para recoger la basura de La Finca (Pozuelo) y cobraba por ello a los exclusivos residentes de la urbanización, por eso a África Sánchez no le pareció ni mucho ni poco la multa de 700.000 euros por el fraude: “Yo no estaba aquí de concejala”, dijo. Y defendió el resto de su labor: “la ciudad está limpia y los ciudadanos contentos. No todo son cosas malas, solo pido un poquito de margen para hacer las cosas bien”, tanto para ella como para “el personal de la concejalía”, es decir, los funcionarios.


Captura de pantalla 2016-01-26 a las 10.05.43Tan loables intenciones no calaron demasiado en la Oposición, ya escaldada por este asunto. Valoriza se ha llevado 70 millones de euros en 10 años, dijo Mercedes Pedreira (Centristas) y no se puede controlar lo que hizo o no hizo en 2013 porque no hay soporte documental, por lo que el servicio está plagado de “engaños”. Silvia Rey y Ana Elliot (Ciudadanos) exigieron “cambios” para controlar mejor las labores futuras de limpieza urbana y Martínez Maíllo (PSOE) responsabilidades políticas para “no tolerar que nos sigan robando como hasta la fecha”. Alberto Moreno (Somos Majadahonda) y Juancho Santana (IU) pidieron la vuelta a la funcionarización del servicio y fue este último el que recordó que Valoriza esgrime que hubo “cierta autorización municipal” para usar los camiones municipales en fincas privadas. Como el desmentido municipal no fue lo tajante que él esperaba alertó de “sorpresas desagradables al final del proceso judicial”. La anécdota del debate fue literaria. Como África Sánchez se queja de que Valoriza sea “el libro de cabecera” de la Oposición, Mercedes Pedreira alegó que el volumen está escrito “de forma muy rara” y terminaba “abotargada” con su lectura: “es un libro complicado”, concedió. Y a partir de ahora será seguramente un juez el que escriba su último capítulo.

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