MIGUEL SANCHIZ. En Majadahonda Magazin damos la bienvenida a una nueva columna dedicada a explorar historias, acontecimientos e iniciativas que ocurren fuera de los límites de nuestra ciudad. Con esta propuesta, buscamos acercar a los lectores a realidades globales que, aunque lejanas, pueden inspirarnos y enseñarnos importantes lecciones. Esta sección es una ventana abierta al mundo, diseñada para reflexionar sobre proyectos que rompen barreras culturales, movimientos sociales transformadores y situaciones que nos invitan a ver la humanidad desde nuevas perspectivas. Este espacio no solo pretende informar, sino también abrir puentes que fomentan la empatía y el entendimiento. Su esencia radica en la idea de que, aunque nuestras experiencias puedan ser diferentes, todos formamos parte de un mismo mundo. Queremos mostrar que, al mirar más allá de lo cotidiano, podemos enriquecernos como individuos y como comunidad. Porque comprender a los otros, nos ayuda a crecer, a inspirarnos y a ser parte activa de un mundo más conectado y solidario. Solo el haber llegado hasta aquí ya es un hecho esperanzador. Trataremos de no defraudarles.
LA BIBLIOTECA HUMANA: Historias que transforman. Hace poco descubrí algo que cambió mi forma de ver el mundo. En Dinamarca existe un lugar llamado “La Biblioteca Humana”, donde en lugar de libros puedes pedir prestadas personas. Por 30 minutos te sientas frente a alguien con un título que puede sonar simple: “refugiado”, “bipolar”, “desempleado”. Pero al escuchar su historia, te das cuenta de que lo que creías saber apenas roza la superficie de tu realidad. La idea es tan sencilla como poderosa: combatir los prejuicios. Cada persona es un mundo lleno de matices, de experiencias únicas, de lecciones que no están escritas en su “título”. Lo que esta iniciativa nos enseña es que no podemos “juzgar un libro por su portada”. Escuchar de verdad, con el corazón abierto, nos recuerda que todos compartimos un hilo común: la humanidad, una conexión profunda que trasciende nuestras diferencias y nos une en nuestras esperanzas, luchas y sueños compartidos. Este proyecto, ya activo en más de 50 países, lleva consigo un mensaje claro: la unidad se construye entendiendo y respetando las diferencias. Cada conversación en estas bibliotecas es un puente entre mundos distintos, una oportunidad de mirar más allá de lo evidente y descubrir el valor de lo humano. Vivimos en un tiempo donde lo que nos divide parece gritar más fuerte que lo que nos une, pero iniciativas como “La Biblioteca Humana” nos demuestran que la empatía tiene la capacidad de sanar heridas, de acercarnos unos a otros y de recordarnos que, al final, todos somos capítulos de un mismo libro. Quizás no tengamos que ir tan lejos para encontrar estas historias. Cada día, a nuestro alrededor, todos somos libros esperando ser leídos. La pregunta es: ¿te animas a abrir uno?
LECCIONES DE LOS ANCESTROS. En un mundo que avanza a un ritmo frenético, las tradiciones de nuestros ancestros se erigen como faros de sabiduría. Estas prácticas y valores, aparentemente simples, ofrecen soluciones a desafíos contemporáneos que, en su esencia, no son tan diferentes de los que enfrentaron las generaciones pasadas. Por ejemplo, en los Andes peruanos, las comunidades indígenas han preservado por siglos las técnicas agrícolas incas, como las andenes (terrazas agrícolas). Estas estructuras, diseñadas para adaptarse al terreno montañoso, no solo evitan la erosión del suelo, sino que maximizan el uso del agua en regiones donde es escasa. En lugares como Pisac, cerca de Cusco, estas prácticas milenarias se están revalorizando para enfrentar el cambio climático y garantizar la seguridad alimentaria. Otro aspecto significativo es el valor de la comunidad. En tiempos antiguos, los vínculos entre las personas eran la base de la vida cotidiana. Compartir, apoyar y trabajar juntos no eran opciones, sino necesidades. En una era marcada por la hiperconexión tecnológica pero el aislamiento emocional, estas enseñanzas nos inspiran a reconstruir redes humanas más genuinas y solidarias. Finalmente, el aprendizaje intergeneracional, donde los mayores compartían historias y consejos con los jóvenes, es un tesoro que hemos descuidado. Recuperarlo no solo nos reconecta con nuestras raíces, sino que nos recuerda que, para avanzar, también debemos mirar atrás. Las lecciones de los ancestros no son reliquias del pasado, son brújulas que pueden guiarnos hacia un futuro más equilibrado, consciente y humano.
HISTORIAS DE PUENTES HUMANOS: Conectando mundos. En un mundo que a menudo parece roto, existen personas que se convierten en puentes entre culturas, tradiciones y comunidades. Sofía, traductora en zonas de conflicto, nos cuenta su experiencia conectando mundos a través de las palabras, las emociones y la empatía. Una reflexión sobre el poder de tender la mano y escuchar sin juzgar: «Me llamo Sofía, y he pasado los últimos 10 años trabajando como traductora en zonas de conflicto. Podría decir que mi oficio no solo es traducir palabras, sino también emociones, esperanzas y sueños. No siempre es fácil, pero cada vez que logro que dos personas se entiendan, siento que estoy construyendo un pequeño puente entre mundos que parecían separados. Recuerdo un día en un campo de refugiados en Oriente Medio. Una mujer siria necesitaba explicar a un médico que su hijo llevaba semanas enfermo. Ella hablaba árabe, el médico, inglés. En sus ojos había desesperación, pero también esperanza. Traduje sus palabras y vi cómo el miedo se convertía en alivio al entenderse. Fue un instante breve, pero poderoso». No siempre se trata de idiomas. A veces, ser un puente humano significa tender la mano a alguien diferente y escuchar sin juzgar. Puede ser un activista que une comunidades para defender un bosque, o un maestro que muestra a sus estudiantes que la diversidad no divide, sino que enriquece. En un mundo que a menudo parece roto, todos podemos ser puentes. No hace falta hablar varios idiomas ni viajar lejos. Basta con abrir el corazón y recordar que, al final, todos compartimos algo esencial: el deseo de ser entendidos y amados. ¿Y tú? ¿A quién puedes tenderle un puente hoy.
Como siempre, los artículos del maestro Miguel Sanchiz nos hacen reflexionar acerca de lo importante y necesario que son las relaciones humanas. De manera amena, sutil y didáctica nuestro periodista de cabecera engarza historias, geografías y personas tan distantes en lengua, territorio y vivencias personales que uno, por momentos, se ha sentido ciudadano de ese mundo que, sabiamente, a través de sus historias, Miguel nos traslada al tiempo a Dinamarca, Perú y Oriente Medio.
¡Qué gran y pequeña, a pesar de las diferencias, es nuestra aldea global!
Estas cronicas tan edificantes e internacionales rompen el localismo y sugieren nuevos horizontes.Felicidades