El mayor hospital flotante del mundo abrió sus puertas para recaudar fondos hacia Senegal. Rotary Club Madrid Serrano tiene previsto, en colaboración con Clubs Rotarios Africanos, formar a médicos, enfermeras y sanitarios locales en salud maternoinfantil, primeros auxilios e higiene

MIGUEL SANCHIZ. (19 de febrero de 2025). Hospitales Flotantes. La atención médica que navega a los rincones más remotos del planeta. En muchas regiones del mundo, el acceso a la atención médica sigue siendo un desafío debido a la geografía o la falta de infraestructura. Sin embargo, los hospitales flotantes han surgido como una solución innovadora para brindar servicios de salud en lugares de difícil acceso. Uno de los ejemplos más destacados es el del Barco Hospital Esperanza, operado por la ONG Mercy Ships. Esta embarcación recorre las costas de África ofreciendo cirugías gratuitas, atención médica y capacitación para el personal sanitario local. Su impacto ha sido significativo en comunidades que de otra manera no tendrían acceso a estos servicios.

Miguel Sanchíz

EN EL AMAZONAS, EL BARCO HOSPITAL DR. MONTENEGRO navega por los ríos de Brasil llevando médicos, enfermeros y equipamiento médico a pueblos indígenas y comunidades aisladas. Su labor incluye vacunaciones, tratamientos básicos y educación en salud para la población local. Otro ejemplo es el del buque USNS Comfort, un barco hospital de la Marina de los Estados Unidos que ha realizado misiones humanitarias en Latinoamérica y el Caribe, proporcionando atención médica en momentos de crisis y desastres naturales.

ESTOS HOSPITALES FLOTANTES NO SOLO SALVAN VIDAS, sino que también generan un impacto duradero en las comunidades que visitan. Además de proporcionar atención médica inmediata, capacitan a profesionales locales y fomentan la prevención de enfermedades. Muchas veces, estas embarcaciones trabajan en conjunto con gobiernos y organizaciones locales para desarrollar programas de salud sostenibles a largo plazo, asegurando que las poblaciones beneficiadas puedan continuar recibiendo atención incluso después de que el barco haya partido. Son una prueba de que, con ingenio y compromiso, la salud puede llegar a todos los rincones del mundo, sin importar lo inaccesibles que parezcan.

«Un ejemplo exitoso es el de las ferias de trueque en Argentina, que surgieron durante la crisis económica de 2001. En estos mercados, intercambian productos y conocimientos»

EL PODER DEL TRUEQUE. En un mundo donde el dinero parece ser el centro de todas las transacciones, existen comunidades que han demostrado que el trueque sigue siendo una alternativa viable y solidaria. En tiempos de crisis económica y en zonas donde el acceso al dinero es limitado, este sistema ha permitido a muchas personas intercambiar bienes y servicios sin necesidad de recurrir a la moneda. Un ejemplo exitoso es el de las ferias de trueque en Argentina, que surgieron durante la crisis económica de 2001. En estos mercados, los participantes intercambian productos y conocimientos, fortaleciendo la comunidad y creando una red de apoyo que les permite sobrevivir en tiempos difíciles. Este modelo ha resurgido en diferentes momentos de crisis y sigue vigente en muchas regiones del país.

EN GRECIA, TRAS LA CRISIS FINANCIERA DE 2008, SURGIÓ LA MONEDA ALTERNATIVA TEM, utilizada para el intercambio de bienes y servicios entre los ciudadanos. Esta iniciativa permitió que muchas personas accedieran a productos básicos y ofrecieran su trabajo sin depender de un sistema bancario en colapso. La comunidad que participa en este sistema ha crecido, demostrando que es posible desarrollar economías locales resilientes basadas en la confianza y la cooperación.

EN MÉXICO, COMUNIDADES INDÍGENAS HAN MANTENIDO EL SISTEMA DE TRUEQUE como parte de su cultura ancestral. En lugares como Tlaxcala y Oaxaca, los mercados de trueque siguen siendo una práctica cotidiana donde los productores intercambian alimentos y artesanías, conservando así una tradición que fomenta la autosuficiencia y el sentido de comunidad. El trueque no solo tiene un impacto económico, sino que también promueve valores como la solidaridad, la equidad y la cooperación. En una sociedad cada vez más digitalizada, estos sistemas nos recuerdan que existen formas alternativas y sostenibles de intercambiar bienes y servicios, fortaleciendo el tejido social y fomentando un consumo más consciente.

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