Bruno Fernández con 10 años

Bruno Hernández con 10 años

Bruno Hernández, el presunto «descuartizador» de La Sacedilla (Majadahonda), fue trasladado este viernes a su finca de Santa Cruz de la Zarza (Toledo) acompañado de la Guardia Civil para intentar localizar más restos humanos de posibles crímenes. El equipo de investigación contaba con perros para rastrear la zona y, posteriormente, hicieron uso de georradares. Las pruebas encontradas se remitieron en cadena de custodia para evitar una posible manipulación. Por su parte, el ADN encontrado se trasladó a laboratorio y, las demás pruebas, al juzgado.


Bruno, saliendo de su casa en La Sacedilla junto a la Guardia Civil

Bruno, saliendo de su casa en La Sacedilla junto a la Guardia Civil

Bruno Hernández, conocido como el “descuartizador» de Majadahonda, padece esquizofrenia y resulta “seco y distante” según sus vecinos. Por otro lado, elmundo.es informa que el detenido no pasaba desapercibido entre los residentes de su urbanización. “Es rubio, delgado, con el pelo rizado y siempre parecía que te estaba perdonando la vida”, afirma un vecino. Sin embargo, durante su época escolar, todo era distinto: Bruno era un niño querido por todos y muy extrovertido, aunque no brillara por su rendimiento académico. ¿Qué pasó para que modificara de formatan radical su conducta?


Madre de Bruno el descuartizador

La madre de Bruno «el descuartizador»: fue arrebatado de la casa materna por su propio padre

Hijo de conserjes gallegos de La Unión y nacido en Sarria (Galicia),  la infancia del acusado no fue fácil. La madre de Bruno acudió en 1995 al clásico programa de «¿Quién sabe dónde?» en busca de su hijo. Según el periódico El Progreso (Lugo), «hace ahora veinte años, esta mujer -acompañada de la abuela- recurría a las cámaras para contar su dramática historia como madre, que no volvió a ver a aquel niño desde los 3 a los 12 años porque se lo había llevado la familia paterna. Ya entonces, ella había rehecho su vida con otro hombre, el padre de sus otros dos hijos, pero aún así, siempre le quedó la espina de no poder ver crecer a su primogénito. Durante este tiempo, la mujer intentó contactar varias veces con la familia de su marido en Tordillos (Salamanca), pero nunca le dieron información e incluso llegaron a cambiar el teléfono. En aquel entonces, no había todavía internet y la única opción que le quedaba a esta madre coraje para saber el paradero de su hijo era Paco Lobatón y el programa ‘¿Quién sabe dónde?’». Aún se puede ver el reportaje en el programa de TVE.

Fuente:

Elmundo.es

El Progreso

Majadahonda Magazin