FEDERICO UTRERA. Hubo algunas anécdotas que reflejan la singularidad de un día para la Historia: era la primera vez que el PP iba a perder la mayoría absoluta tras casi un cuarto de siglo y el recuento tuvo unos segundos de suspense. La secretaria del Ayuntamiento contaba las papeletas y el azar quiso que las primeras se movieran entre la ligera victoria de Narciso de Foxá o el empate con Zacarías Martínez y Alberto Moreno. Las abstenciones de Ciudadanos comenzaron a computarse cuando la secretaria extrajo dos sobres más y leyó por dos veces: “en blanco”. Por un momento la sangre se helaba en las filas populares y un murmullo corrió por el Consistorio: ¿alguien del Grupo Popular o de algún otro partido estaba rompiendo el voto acordado? ¿Corría peligro la candidatura de Narciso de Foxá? ¿”Tamayazo” por sorpresa?
Desde el propio Grupo Popular se deshizo el entuerto: el voto en blanco valía lo mismo que la papeleta con la palabra “abstención” escrita. Técnicamente estos sufragios podrían incluso considerarse nulos, pues es algo que en las urnas computa diferente que el voto en blanco, como ocurre en todos los comicios. Pero anécdotas al márgen y salvados los breves momentos de incertidumbre y zozobra, quedó políticamente claro: Ciudadanos se mantenía al margen de la votación, no presentaba candidato y facilitaba con ello la investidura, de acuerdo al compromiso de 17 puntos acordado previamente.
La ovación de la jornada, junto a la del nuevo alcalde electo, se la llevó sin embargo un debutante: Patricio Mackey, conocido en las calles majariegas con el simpático apelativo de “Pato” –está por ver si a él le gusta o no–. Era el primer concejal de Somos MJD que prometía el cargo y tenía que aceptar su “lealtad al Rey, guardar y hacer guardar la Constitución, como norma fundamental del Estado”. Conociéndole, cabía la duda de si iba a admitir la fórmula retórica y un silencio sepulcral se hizo en la sala cuando pronunciaba las consabidas palabras.
Al terminarlas, guardó unos calculados segundos de silencio que para algunos se hicieron interminables, levantó la mirada hacia el público y concluyo: “… hasta que podamos cambiarla”. Un estruendoso aplauso junto con algún espontáneo “¡sí se puede!” y varios vítores aclamaron el gesto entre el público simpatizante. Quedaba claro: la política alumbraba un nuevo astro. Las siguientes salidas del guión fueron también de Somos MJD por parte de Alberto Moreno e Irene Salcedo, aunque ya más previsibles tras haberse roto el misterio. Y Juancho Santana (IU) prometió esa misma lealtad regia pero se declaró con cierta solemnidad “republicano”.
Los concejales del PP, PSOE, Ciudadanos y la centrista Mercedes Pedreira respetaron sin embargo al pie de la letra el juramento o promesa previo a la toma de posesión. Ricardo Riquelme, número 2 del PP y uno de los pocos majariegos de su lista, acaparó más miradas y abrazos de los previstos. Antonio Rodríguez (C´s), también número 2 y uno de los principales artífices en la sombra del buen resultado de su grupo, recordaba posteriormente la dura tarea emprendida para constituir “desde cero” un nuevo partido en Majadahonda, al tiempo que advertía que permanecerá “vigilante” para hacer cumplir los acuerdos “al pie de la letra”. Y el socialista Zacarías Martínez saludaba a sus partidarios dándoles la buena nueva: ha sido elegido portavoz del PSOE en Majadahonda. Se dio entonces paso a la fiesta: era el turno de los vecinos, que saludaban alborozados a sus nuevos representantes. Cuatro años les esperan ante sí para valorar su mandato.
- Ciudadanos se abstuvo y votó con la oposición
- Reina (Cs) se dirige a su escaño
