Borja Cabezón durante la jura de su cargo en la Moncloa

MANU RAMOS. El nombramiento por el Consejo de Ministros de Borja Cabezón, secretario general de los socialistas de Majadahonda, como nuevo embajador en misión especial para la Crisis Internacional del Covid-19 y la Salud Global, ha originado una riada de comentarios a favor y en contra. De entre ellos destacamos el de Luis Casal, periodista de «El Español» y el de Luis del Val, comentarista de la cadena COPE. El primero destaca que será «encargado de coordinar los suministros de vacunas y respuestas a la pandemia en terceros países» gracias a «sus mayores valedores: sus contactos y la experiencia internacional» mientras que el segundo resalta que «no se aumentan las plantillas de médicos, mientras las de asesores y las de embajadores chusqueros están a reventar». Exponemos los dos argumentos a continuación:

Luis Casal

LUIS CASAL. La estampa es la que sigue. Son las siete y media de la tarde en la Casa de la Cultura de Majadahonda, 17 de febrero de 2011. El periodista Gonzalo Miró sube al escenario, levanta la mano y, con ella, levanta a cerca de 400 militantes del PSOE madrileño. Dos de ellos, en la primera fila, acaparan todos los focos: el expresidente del Gobierno Felipe González y el ex ministro Javier Solana, sonrientes, cálidos, a gusto. Uno a la izquierda, el otro a la derecha, escudan a un joven socialista que acaba de entrar en la treintena y que, rodeado de tanto nombre, no tiene más intenciones que presentarse a alcalde de su ciudad. Aunque no lo consiguió, aquellas elecciones no fueron el final. Hoy por hoy, más de 10 años después de su primera intentona política, el socialista Borja Cabezón (Madrid, 1980) ha sido elegido para un puesto desconocido, el de (cojan aire) embajador en Misión Especial para la Crisis Internacional de la Covid-19 y la Salud Global. Hasta ahora, todo este tiempo ha seguido pasando relativamente desapercibido entre los grandes titulares, el boato de los medios de comunicación y las conversaciones a pie de calle, pero ha estado presente en gran parte de la historia reciente de España. Al menos, como actor secundario. El camino no ha sido fácil. En diciembre de 2020, Cabezón dejó su escaño en la Asamblea de Madrid para optar a la dirección de la Casa de América, pero fue vetado por el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid. Ya fuera de la política, actualmente se desempeñaba como director general adjunto y de desarrollo de negocio de una empresa solar fotovoltaica con presencia en España y América Latina. Ahora ha vuelto como “embajador Covid”, una especie de puesto honorífico encargado de coordinar los suministros de vacunas y respuestas a la pandemia en terceros países. Sus mayores valedores: sus contactos y la experiencia internacional. Primero, una lista: es licenciado en Políticas en la Complutense, ha pasado por ONU, las Cumbres Iberoamericanas, la Comisión Europea, la Embajada de Estados Unidos en España, ha sido director general de Asuntos Nacionales en el Gabinete de la Presidencia del Gobierno, secretario general del PSOE Majadahonda, secretario de Política Internacional del PSOE de Madrid y miembro de la Comisión Gestora PSM-PSOE en 2015. Lea el artículo completo pinchando aquí.

Luis del Val

LUIS DEL VAL. El presidente de Mercadona sacará pecho, porque en plena crisis ha aumentado su plantilla, pero la Administración ha creado 220.000 empleos en el último año, y en plena pandemia. La diferencia está en que mientras los sueldos de los empleados de Mercadona los paga la empresa, los sueldos de los empleados públicos los pagamos los contribuyentes. Ya son unos tres millones y medio de empleados públicos en España. Todos no los ha creado Sánchez, porque hay ayuntamientos y autonomías que, en plena crisis, también crean nuevos puestos de trabajo, algunos necesarios y otros discutibles. El último puesto de trabajo ha sido adjudicado a don Borja Cabezón, nombrado embajador para el cargo de “misión especial para la Crisis Internacional de la Covid 19 y la Salud Global”. No, no es médico. Tampoco es diplomático, porque el ministro de Asuntos Exteriores, que sí es diplomático de carrera, tiene renuencia a nombrar embajadores a sus compañeros. Pero es del PSOE, y eso para una embajada siempre es una garantía. Le deseamos suerte. No la tuvo, cuando quiso ser diputado en la Unión Europea y no le incluyeron en las listas; tampoco, cuando quiso ser alcalde de Majadahonda y perdió las elecciones; y lo mismo le ocurrió como coordinador de la campaña de Ángel Gabilondo frente a Isabel Ayuso. Tampoco fue tenida en cuenta su aspiración a dirigir la Casa de América, pero, por fin, le llega esta embajada, y nos alegramos por él y lo sentimos por los diplomáticos de carrera. Estamos en una situación económica crítica, pero el Gobierno sigue creando puestos de trabajo innecesarios. Al presidente del Gobierno, que le gusta estar solo en bodas y bautizos, pide un pacto con la oposición para compartir este funeral económico. Y siguen los nombramientos prescindibles, mientras ha bajado un 2% la plantilla de médicos en España, y la atención primaria está desbordada. Un diagnóstico tardío es causa de agravamiento de la enfermedad y, a veces, del fallecimiento del enfermo. Pero no se aumentan las plantillas de médicos, mientras las de asesores y las de embajadores chusqueros están a reventar. Si Feijó pacta acuerdos, y sigue este desfile de amiguetes con cargo al Presupuesto, tendremos libertad para decir que Feijó es tonto. Esperemos que no nos dé ocasión para decirlo. Lea el artículo completo pinchando aquí.

 

 

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