Rayo Majadahonda puede tirar por la borda toda una temporada si no endereza el rumbo en esta Semana Santa 2022

J. FEDERICO MTNEZ. El Rayo Majadahonda volvió a hacer un «Tudelano«, esta vez en el Cerro del Espino, donde este domingo 10 de abril (2022) no solo perdió con justicia un partido contra otro de los equipos en descenso, sino que dejó escapar los puestos de «play off» de ascenso a Segunda A en el último tramo del final de esta liga 2021/22. No está todo perdido porque aún quedan 7 partidos y 21 puntos en juego, además de que el Celta (que también goleó al equipo majariego), perdió también en casa, lo cual deja este duelo por la quinta plaza como una pugna entre cojos y tuertos, pero la sensación que dejó la plantilla rayista fue de que le flaqueaban las piernas justo en el momento más crucial del campeonato.


J. Federico Mtnez

De hecho así entró en el partido, con una «flojera» anímica y física sorprendente, frente a un Talavera que sacaba las uñas y los dientes en cada jugada o balón dividido. El naufragio del Rayo Majadahonda fue de los que hacen época y merecerían formar parte de la historia del club, ya que se asemejaba  al que padeció el Titanic, con todas las líneas haciendo aguas. El portero Champagne, que desde aquella goleada celtiña ya no es el mismo y va sumando pifia tras pifia hasta desdibujar toda su imponente trayectoria, regaló el primer gol. Y fue extraño en este guardameta «murciélago», porteros que suelen llevar este apelativo porque se cuelgan del larguero y no salen casi nunca. Esta vez dejó la línea de gol dos veces y a punto estuvo de ocasionar otro tanto más, además de un tercero por su embarullado juego de pies. Nereo no supo sacar ni un solo balón jugado, quizás porque el patrón de juego de Abel Gómez tampoco lo permite. Y así, a pelotazo y tentetieso, que cuando adolece de precisión no tiene nada que ver con el «juego directo» del que tanto presume el entrenador, se hace muy difícil ganar partidos que se tuercen desde el principio.


Abel Gómez no dio con la tecla

El resto de la defensa, salvo Casado y Philipe, fue para olvidar: Alvaro Vega tuvo que ser sustituido mientras Cristian «chupaba» banquillo, y a Borja solo se le computó un pase magistral a los pies de Mawi, ya que no fue capaz de llegar ni una sola vez a la línea de fondo como hacía antaño. Del centro del campo mejor olvidarse. El prodigioso Nando esta vez fue neutralizado y no dio pie con bola, Mario parecía una marioneta deslavazada y atolondrada y Tropi, salvo su golazo por la escuadra, que a la postre resultó un espejismo, no puso orden ni concierto en la medular. Adelante, Néstor Albiach puso mucho empeño pero con evidentes signos de fatiga, mientras que Héctor y Rubén demostraron por qué jugar con dos delanteros centros es incompatible para la mayoría de los entrenadores, además de hacer un partido absolutamente romo en materia de ataque: ni dispararon entre los tres palos, ni se zafaron de sus marcadores ni aportaron al equipo nada más que sus frustraciones y sus protestas al árbitro. Los suplentes tampoco dejaron mejor huella, salvo Mawi, que marró una ocasión de oro en el citado balón que le puso Borja a los pies. Y es cierto que Susaeta le puso calma, Juanjo el empuje y buen hacer que le venían caracterizando, Clau Mendes velocidad y ganas arriba y Javi Gómez su calidad de siempre, pero estos dos últimos tenían que bajar a remar muy abajo para suplir la labor de quienes debían subir el esférico, por lo que llegaban arriba agotados.

Demasiados cambios en el once inicial

Además, los cambios llegaron muy tarde y no lograron desenmascarar a un Talavera que desde el minuto 15 con el primer gol y el 25 con el del ex rayista Vicente, que tuvo la deferencia de no celebrarlo, practicó descaradas pérdidas de tiempo con lesiones simuladas que sacaban de quicio a los jugadores rayistas, que en esto no evidenciaban su veteranía. En definitiva, domingo de Ramos en el que la plantilla mereció salir con palmas, pero no de aplausos, sino con las que simbólicamente se azotaba a los reos incapaces de purgar sus culpas ante los jurados populares. ¿Oportunidad de redención? El Domingo de Resurrección, 17 de diciembre, a las 12.00 de la mañana frente al SD Logroñés, un equipo que va a abajo (no es el Logroñés «bueno»), lo que dadas las circunstancias, lo hace aún más temible. 

Majadahonda Magazin