MANU RAMOS. «En muchas oficinas se ha trabajado al 50% por la reducción de personal, se ha retirado a personal sensible con patologías previas o mayores de 60 años y por el cierre de varias oficinas por contagios. Se han tenido que cerrar y desinfectar por ejemplo, en la Comunidad de Madrid ha ocurrido en Majadahonda, Manzanares, Villalba… y dos veces en Las Rozas. El resto de la plantilla ha estado asumiendo el exceso de trabajo. Son también héroes que a pesar de las circunstancias se han mantenido en su lugar realizando un servicio a la sociedad». La periodista Susana Moneo de la Cadena Cope ha relatado en un reportaje como los carteros son «los otros héroes de la crisis del coronavirus. Son también un servicio esencial. Los carteros han seguido trabajando durante el confinamiento y a mayor ritmo que antes». Y añade: «Mucho trabajo y en unas condiciones lamentables, la primera semana del encierro no se les proporcionó protección. Tuvieron que buscarse sus propias mascarillas y guantes, los que pudieron encontrarlas, hasta que se les repartieron desde la administración. En la delegación de Antonio el día 16 de marzo (2020) llegaron 9 mascarillas para 25 personas. Hasta la segunda semana no hubo EPIS para todos: mascarillas, guantes y geles. Trabajaron con el temor de no saber a qué te enfrentas, de aquí para allá con miedo a contagiarte: ”tocamos todos los telefonillos, todos los portales, los botones de la luz, los buzones, los botones del ascensor, los timbres…, todo es un posible contagio”. Y lo hacen una media de 50 veces al día. No se quieren ni imaginar, “no ya si está desinfectado, sino cuándo se ha limpiado por última vez”.


Susana Moneo (Cope)

Me quito la ropa en la cocina: «Antonio tiene 50 años y vive con su mujer y su hijo. Cuando llega a casa después del reparto, su ritual es siempre el mismo desde que comenzó la pandemia. Entra directamente a la cocina, se quita los zapatos y la ropa de trabajo que va a la lavadora y de ahí al baño, a la ducha, para preservar la salud de su familia. Intentan guardar incluso una distancia “por si acaso”. Son claros candidatos a que se les haga el test rápido por su continuo contacto con la gente. Desde CSIF piden que se les realicen esos test y que se prevea el mantenimiento de EPIS “unos meses después de que esto termine”, añade.

Sobre todo comunicamos ERTES: «Además del reparto del correo habitual, ha aumentado la entrega de paquetes por las compras por internet y especialmente las notificaciones certificadas, muchos burofax para comunicar ERTES “damos sobre todo malas noticias” explica Antonio, cartero de Galapagar. Tal era el nivel de correo que se decidió no entregar paquetería tras la primera semana de confinamiento. Sólo lo urgente. Esta semana se ha vuelto a la normalidad de las entregas con mucho acumulado, “hay muchas notificaciones oficiales, de la agencia tributaria, todo lo que se dejó a un lado por la suspensión de los trámites administrativos”. etc… Las oficinas continúan abiertas aunque con horarios restringidos y sigue yendo público. Hay comunicaciones que no se pueden entregar por ausencia, se deja el aviso y deben ir a la oficina a recogerlos».

Llevan comida a los sanitarios. «muchos carteros cuando terminan su jornada laboral, continúan al pie del cañón con su furgoneta. Llevan de manera absolutamente desinteresada material a los hospitales, y comidas y suministros, equipos de protección a los hoteles o pisos donde están acomodados médicos y enfermeras, personal sanitario que ha dejado su casa por seguridad de sus familias. Es una actividad absolutamente voluntaria a la que se han sumado decenas de carteros. ¿Qué sería de una sociedad sin comunicaciones?, ¿qué pasaría si no llegaran las notificaciones?, Y cómo o cuándo habrían llegado los materiales imprescindibles para el trabajo de los sanitarios, esas EPIS, o las comidas que muchos voluntarios cocinan para llevar a médicos y enfermeras tras sus agotadores turnos? Son los otros héroes». Escuche el programa completo.

 

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