JULIA BACHILLER (OPINION). Resulta lamentable comprobar que el tejido empresarial y comercial de Majadahonda, tras sufrir las consecuencias de la pandemia, ahora se vea afectado por otra «epidemia» de robos en estos meses de enero y febrero (2023). Y habrá que recordar que desde la Concejalía de Comercio, dirigida por la concejal Silvia Saavedra (PP), durante esta legislatura y en estrecha colaboración con el Círculo de Empresarios, se han dedicado a dilapidar elevadas sumas de dinero en su llamada Dinamización del Comercio Local, o lo que es igual, contratar espectáculos musicales, que en su consideración benefician al comercio local. Ver (y oír) para creer. La realidad comercial de Majadahonda es bien distinta a estos «mundos de yuppy» en los que viven la concejala, la presidenta y la gerente. No solo los roban por la noche y por la mañana, sino que a día de hoy y desde el mes de noviembre de 2022 carecen de los tickets de parking para sus clientes. La adquisición de los mismos se tramita desde la asociación empresarial que, según dice, carece de presupuesto para adquirirlos hasta que el Ayuntamiento no les haga el ingreso de su subvención, según han asegurado algunos comerciantes a este medio de comunicación tras haber trasladado su protesta a la gerente. A pesar de que se declaran «liberales» en materia económica, la mencionada subvención parece ser el mayor y a veces único sustento de dicha asociación. De ahí que no muestre ninguna transparencia en lo relacionado con el número de socios, ingresos y gastos, y tan solo justifique a la Concejalía de Comercio con –desconocidas hasta ahora– curiosas facturas el gasto del importe que le ingresa el Consistorio. De ahí que todo este cambalache nos lleve a esta deducción: la imposibilidad de afrontar la compra de los mencionados tickets es una muestra del descontrol financiero que impera en la asociación.
En cuanto a la Concejalía de Comercio dirigida por el PP (que ya ni siquiera conserva el nombre de a quienes teóricamente debería servir porque son quienes la sufragan con sus impuestos), fuentes municipales aseguran que próximamente tendrá que dar explicaciones a los comerciantes del Mercadillo para explicar la “histórica operación asfaltado” que se acometerá en dicho lugar. El atolondramiento y celeridad con que se quiere ejecutar dicha operación tras años de inacción en la gestión, va a llegar en un momento en el cual el “Mercadillo” es «Trending Topic» en las redes sociales y en los medios de comunicación, registrando unos llenos apoteósicos que están compensando algo las tremendas pérdidas por la pandemia, Filomena y la crisis económica posterior. Habrá que esperar para que la concejal decida cuál es el nuevo destino del Mercadillo y el tiempo que tardan en asfaltar hasta que puedan regresar a su habitual ubicación. Nosotros estaremos atentos hasta ver que se le ocurre en esta ocasión, ya que los técnicos piensan que lo mismo les pone a los comerciantes un grupo musical para apaciguar su ira. Aunque eso sí, imaginamos que en colaboración con el Círculo de Empresarios.
Han sido varias las ocasiones en las que la Concejalía de Comercio ha visto incrementado su presupuesto por transferencia de crédito aprobado por el Pleno. Según datos públicos ofrecidos por la Plataforma de Contratación del Estado en su apartado de Contratos Menores, a continuación reflejaremos algunas de las inversiones que ha realizado la concejal Silvia Saavedra (PP) con el beneplácito del señor alcalde, y la colaboración del Circulo. Lo han hecho teóricamente para la «dinamización del comercio local», aunque dejamos a la libre valoración de vecinos y comerciantes dichos importes. Uno de las iniciativas más sorprendentes y difundidas fueron las “Noches de Verano en el Monte del Pilar”. En consideración de dicha concejal se hicieron con la finalidad de “dinamizar zonas comerciales y apostar por el ocio de calidad”. Desconocemos si los comerciantes de la zona se beneficiaron de dichos espectáculos a bastante distancia de sus comercios, a los cuales algunos de los asistentes acudían con su «picnic» preparado desde casa. Las 9 interpretaciones artísticas que allí se llevaron a cabo suman la cifra de casi 130.000 euros (concretamente 127.768,74€). Hubo más: las proyecciones cinematográficas “Cine de Verano” tuvieron un importe de 11.434,5€, a los que hay que sumar “Fontanería y electricidad para actividades al aire libre junio y julio 2022” por importe de 13.200 €. De los gastos de producción, como el montaje de escenarios, altavoces, mobiliario, servicio de catering para los artistas, etc. no hay constancia, pero el total de estos conceptos asciende a 152.403,24€. Casi 300.000 € para ver bailar a la concejala en sus redes sociales es un capricho musical que nos sale bastante caro.
Más tarde la concejal en el mes de octubre (2022) nos sorprendió con actuaciones musicales en terrazas. Debido a que los contratos menores no pueden exceder la cantidad de 15.000 euros, estos vienen reflejados en dos bloques, uno por importe de 13.556,84€ y otro bajo la descripción de “actuaciones musicales en terrazas” en la misma fecha por importe de 13.900,48€, que suman un total de 27.457,32 €. Este «troceo» de gasto ha sido expresamente desautorizado, prohibido y penado por los tribunales de Justicia, por lo que habrá que confirmar que técnicos han examinado y avalado con su firma el desaguisado. Otra de sus ocurrencias fue el “I Festival Marching Bands” en el mes de noviembre (2022) que según aseguraba el Ayuntamiento era una “Campaña de apoyo al comercio local y la hostelería”, por el cual se pagó un total de 13.490,29€. Y esto tan solo es una pequeña muestra de las iniciativas tomadas por la Concejalía de Comercio y su coste tan solo durante el pasado año 2022, a las cuales se tiene acceso público. Lo peor, por ello, está por venir.