MANU RAMOS. El coronel de la Guardia Civil perteneciente al Estado Mayor, Miguel Ángel Domínguez Barranco, de 54 años de edad, fallecido el pasado 24 de enero (2022), fue velado en el tanatorio de Majadahonda cercano a su cementerio por un nutrido grupo de personas y en el acto formaron un cuerpo de guardia en la puerta del recinto dos agentes que le rendían todos los honores, ya que su pérdida ha causado una honda tristeza y pesar en el seno de la benemérita, así como entre familiares y amigos que lo conocían. Miguel Ángel Domínguez Barranco, que tenía su despacho en en la Dirección General de la calle de Guzmán el Bueno, lugar donde falleció, formó parte del equipo de trabajo del coronel Jaime Barceló Huguet, que dirigió la publicación «Decálogo de recomendaciones para un entorno seguro» de la Guardia Civil en las Islas Baleares. En 2018 intervino además en Toledo en las «Jornadas de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España: Turismo Seguro» con una conferencia sobre «Plan Turismo Seguro en la demarcación de la Guardia Civil«, que suscribió en calidad de teniente coronel del Estado Mayor del Mando de Operaciones Territoriales de la Dirección General de la Guardia Civil.

El órgano en el que servía tiene como función principal prestar apoyo a la Dirección Adjunta Operativa, el Mando de Operaciones y el Mando de Fronteras y Policía Marítima. Tras saberse la noticia del fallecimiento por el diario «Voz Pópuli«, el periodista Brais Cedeira de El Español lo definió como «un hombre de dilatada reputación y trayectoria en el cuerpo«. Y Confilegal añade: «Acababa de ser ascendido a coronel y todo indicaba, por su trayectoria, que tenía muchas posibilidades de llegar al generalato». Todas las asociaciones de guardias civiles de España han expresado sus sinceras condolencias por esta pérdida. «Queremos mostrar nuestro más sentido pésame y cariño a familia, compañeros y amigos», señalaron en la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC).

La enfermedad psicológica que provocó el fallecimiento del coronel Miguel Ángel Domínguez Barranco ha provocado que varias asociaciones de guardias civiles como la propia AUGC y la Asociación Profesional Justicia Guardia Civil (JUCIL), presionen al Ministerio que dirige el magistrado Fernando Grande-Marlaska porque «afecta en su mayoría a agentes de escala básica pero que, con en este caso, también a altos mandos de forma proporcional», comentaron al diario Público.  Dicha asociación remarca que en la Guardia Civil se produce «1 muerte cada 26 días», como ocurre desde hace años, y el promedio de agentes del instituto armado afectados con resultado de muerte es superior al de la sociedad y al de otros cuerpos policiales: en 2021 fueron 17 guardias civiles y 17 policías nacionales, 14 más que el año precedente, lo que supone un aumento de un 58,8% sobre una plantilla de 75.021 miembros de la Guardia Civil (datos oficiales de enero de 2021). De hecho, es el tercer agente de la benemérita que pierde la vida en el mes de enero de 2022. 

Las propuestas de la asociación AUGC son claras: «Es necesario externalizar el servicio de atención psicológica de la Guardia Civil, cosa que llevamos muchísimos años pidiendo. Ahora mismo este servicio se presta internamente, y es complicado que una persona que puede tener problemas dentro del cuerpo acuda a alguien que, por muy psicólogo que sea, no deja de ser un miembro de la cadena de mando«. También piden «armeros, para poder dejar el arma reglamentaria y no tener que llevarla fuera de servicio«, recuerdan desde la asociación, así como que existe alguna «garantía de que las bajas psicológicas no repercutan en la vida profesional» del agente afectado.

El problema en la Guardia Civil viene de lejos y tiene un lado oscuro: durante la década pasada 235 guardias civiles perdieron la vida por enfermedades psicológicas, en circunstancias que el Gobierno califica como «materia reservada» y sujetas a la Ley de Secretos Oficiales. «Si necesitas ayuda, hay recursos», señalaron.  «Los especialistas remarcan que las muertes por enfermedades psicológicas nunca tienen un único detonante, sino que son el resultado de factores psicológicos, biológicos y sociales que tienen tratamiento. Las personas con este tipo de conductas y sus allegados pueden recibir ayuda las 24 horas llamando al 112 o contactando con el Teléfono de la Esperanza (717 00 37 17)», informa la cadena Cope, que recoge la información de la Agencia Efe.