ALEJANDRO SALVADOR. Cuando respiramos con consciencia en todo momento y hacemos las cosas con gran atención sentimos una tranquilidad muy especial que nos permite vivir sin miedo, porque nos centramos en el momento de presencia que nos muestra quienes somos de verdad. Y esa verdad va a conseguir que podamos leer, ver y escuchar cualquier noticia sobre este virus de manera objetiva, imparcial, desapegada, para no implicarnos emocionalmente y no tomarnos las cosas como algo personal. Cuando observamos la realidad desde la presencia más atenta y centrada, descubrimos que todo es una ilusión porque nada es como nos lo cuentan, ya que cada uno lo describe desde sus emociones, que no reflejan mas que las diferentes caras del miedo. Y por eso hay quienes nos lo narran desde el enfado y la indignación, otros desde la desconfianza y la inseguridad, otros desde la preocupación, desde el resentimiento, desde la tristeza y la desilusión, desde la frustración y la impotencia, desde el pesimismo, desde el sufrimiento… Incluso los hay que nos lo dibujan desde la alegría, el humor o la esperanza.


Alejandro Salvador

Si conseguimos dejar de darle fuerza a las emociones y en su lugar ponemos un sentimiento de Amor, descubriremos que no hay que hacer ningún esfuerzo para echar fuera la oscuridad de una habitación, pues la sola presencia de una pequeña luz consigue que la oscuridad se transforme en claridad y el miedo en tranquilidad. Sería interesante que aprovechásemos la oportunidad que nos brindan todo este tipo de noticias para darnos cuenta de que una emoción o varias emociones nos remueven. Y tratar de utilizarlas como entrenamiento para apartarnos de nuestro ego y acercarnos más a la consciencia de nuestro ser. Particularmente, cuando me pongo frente a una de esas noticias, y cuanto más desagradable mejor, me relajo, respiro profundamente pero de manera suave y repito este maravilloso mantra: «gracias, te amo, te bendigo». Lo hago durante un buen rato y en mi rostro se dibuja una sonrisa porque acepto que todo esto es para que podamos despertar nuestra consciencia. Y es entonces cuando me doy cuenta de que el miedo no me alcanza y me siento en paz. Gracias. Para contactar con el autor pinche aquí.

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