MANU RAMOS. «Estamos recogiendo y repartiendo productos de higiene, azúcar y leche, y las fotos recogen las últimas cosas que nos quedan por si queréis publicarlas y así la gente sabe también que desde Santa Genoveva hacemos una importante labor social y caritativa, ayudando también a otras parroquias de Madrid». Con estas palabras, un responsable eclesiástico se ha dirigido a MJD Magazin para agradecer que «nos han ayudado jóvenes voluntarios de la parroquia. Hemos dado 700 litros de leche, 300 kg de azúcar y otros tantos de higiene básica, que es lo que ahora más se necesitaba». La labor del párroco David Benítez en esta acción solidaria la recoge también la Agencia SIC (Servicio de Información Católica) bajo el título «La Iglesia de Madrid da de comer al hambriento en tiempo de pandemia» y en la que incluye a Santa Catalina, la parroquia que dirige el sacerdote Francisco Ruano:

Santa Genoveva Torres Morales. «Esta parroquia de la localidad de Majadahonda ha puesto en marcha una campaña de recogida de donativos específica para estos tiempos, una Operación Kilo virtual COVID-19 para seguir ayudando a los más necesitados, y ha repartido ya 1.600 kilos de alimentos de primera necesidad. Jóvenes voluntarios de esta parroquia de Majadahonda han repartido entre las familias necesitadas de la zona los alimentos recogidos en la Operación Kilo COVID-19, llevada a cabo de manera extraordinaria en el mes de abril». Santa Catalina Mártir. «La parroquia primitiva de Majadahonda atiende a unas 200 familias desde que comenzó el confinamiento, a las que suministra productos de primera necesidad pero también, en algunos casos concretos, ayuda económica puntual. Además del Banco de Alimentos, la parroquia cuenta con donativos de particulares y con un equipo de mujeres voluntarias que se encargan de realizar las compras masivas para surtir el almacén». Por otra parte SIC recuerda que «la curva de emergencia social comenzó a crecer casi en paralelo a la de emergencia sanitaria».

«Cuando Cáritas Diocesana de Madrid reveló, el 23 de abril de 2020, que las solicitudes de ayuda se habían triplicado con el coronavirus y que en su gran mayoría eran para cubrir las necesidades primarias de alimentación, no hacía sino poner sobre papel una realidad que las parroquias de Madrid habían detectado casi desde el día mismo en que se decretó el Estado de alarma. «Muchas se han enfrentado a esta nueva realidad social con menos voluntarios, ya que eran personas de riesgo, y con menos recursos debido a las propias dificultades de abastecimiento ocasionadas por el confinamiento. Pero a su vez, con mayores dosis de creatividad para poner en marcha campañas de recogida de donativos y de alimentos entre los feligreses y así hacer posible que las ayudas hayan aumentado un 94 % de mediados de abril a mediados de mayo», concluye la noticia de SIC. Y por último, nuestra lectora May Ferreira‎ informa que «en estos tiempos de incertidumbre, tristeza y preocupación quiero compartir la solidaridad de una familia amiga que ha donado para Cáritas Santa Catalina bolsas de alimentos no perecederos y una bolsa para higiene personal. Esas bolsas se repartieron entre familias de las más vulnerables de nuestro domicilio. Esa ayuda ahora nos resulta esencial ya que apenas tenemos alimentos. Nuestro suministrador de todos los meses, el Banco de Alimentos está prácticamente vacío, pero las necesidades aumentan cada día. Gracias amiga por tu generosidad».