VICTORIA GARCÍA PASCUA. Muchas personas sufren de una u otra forma los efectos del COVID-19, ya sea por padecer la enfermedad, tener familiares que la están sufriendo, por la situación de estrés generada por el propio confinamiento o por las incertidumbres económicas, laborales o de otro tipo. Así son los casos que desde Cruz Roja Majadahonda-Las Rozas nos enfrentamos en nuestro día a día. Para prestar apoyo psico-social frente a esta situación, los 10 voluntarios del equipo de salud de la Asamblea local han adaptado su actividad a las nuevas condiciones impuestas por la epidemia. El equipo de salud está compuesto por Jaime, como referente del equipo, Araceli, Marian, Alicia, Nicole, Carmen, Ana Belén, Alfonso y Eva, además de la técnico Ruth. En total son 4 médicos, 3 enfermeras, 1 farmacéutica, 1 profesora y 1 psicóloga clínica.


Todos se sienten orgullosos de la respuesta de Cruz Roja Española (CRE) a la crisis y de poder prestar un servicio personalizado de apoyo y acompañamiento psico-social a las personas que lo necesiten. La prioridad de esta intervención. Según Jaime, que es también vicepresidente de la Asamblea local, «son las personas enfermas de coronavirus y sus familiares, especialmente aquellas que han perdido a alguno de sus seres queridos y que no han podido participar en el cuidado y despedida de los mismos». «Pero también –añade- hemos tratado de mantener nuestros programas esenciales focalizados en las personas más vulnerables, reinventándonos en nuevos formatos, como la Campaña Especial de Seguimiento Telefónico a mas de 80 personas, usuarios de los Talleres de Salud coordinados con los centros de mayores de Las Rozas y Las Matas, identificando a aquellos especialmente vulnerables ante el COVID-19, para informarles, ayudarles y detectar sus necesidades».

«Como todos nuestros talleres antes de la epidemia eran presenciales –continua- hemos tenido que reconvertir la actividad que estamos desarrollando y ahora se realiza mediante plataformas multimedia Teams, Zoom, Skype para relacionarnos interna y externamente. Al principio hubo cierta resistencia en los usuarios al cambio de formato, por falta de habilidades en el manejo de nuevas tecnologías, aunque la mejora es progresiva y es muy evidente día a día». En cuanto a cómo van a vivir la “nueva normalidad” estas personas, Jaime estima que los mayores, frágiles y dependientes, no solo conforman una población de mayor riesgo y con peor pronóstico. Para ellas, el proceso de desescalada necesariamente será mas lento y cuidadoso  y  será necesario tener bien protocolizada la actuación para evitar nuevos contagios. EXPERIENCIAS: Entre las experiencias más impactantes que han vivido, el equipo relata, a modo de ejemplo, dos casos. El primero atendido por Carmen y Ana Belén y el segundo por Araceli y Ana Belén.

CASO 1.-D. L. perdió a su marido el 23 de de marzo a los 4 días de ingresar en Hospital Puerta de Hierro, donde ella también estuvo internada, con diagnostico de COVID -19. No pudo verle en ningún momento del ingreso ni ser consciente de su fallecimiento, porque sus hijos decidieron no comunicárselo. Dada de alta y trasladada al domicilio de sus hijos, estos le informaron del fallecimiento de su esposo. Ha pasado con ellos los 15 días de aislamiento, y ahora, aunque dice que se encuentra bien, sin medicación, atraviesa una situación de profunda tristeza, depresiva, y añorando mucho a su marido. Le hemos puesto en contacto con nuestra compañera psicóloga clínica Ana Belén, que además es colaboradora del programa CRE “Te Escucha“, para ofrecerle nuestros recursos de apoyo psico-social y seguimiento personalizado a través de unas pautas, a fin de ayudarla. D. L. se ha mostrado muy agradecida a CRE y en concreto a Carmen y Ana Belén por el apoyo que está recibiendo en estos momentos tan duros. Actualmente, le estamos haciendo un seguimiento telefónico semanal de apoyo general y psico-social, y tiene nuestra disposición para ser consultados a demanda en cualquier momento que nos necesite. Hemos percibido una importante mejoría en su estado de ánimo, aunque viviendo su duelo. Es posible que la próxima semana ya vaya para su casa, momento en que reforzaremos nuestra presencia.

CASO 2.- E. R. es limpiadora de la Residencia para personas mayores Reina Sofia de Las Rozas. Vive con su padre de 90 años y su madre de 83. Según nos contó, ha vivido la experiencia más dura e impactante de su vida. Durante la semana del 10-18 de abril (2020), se ocupó de limpiar el modulo C de una residencia donde estaban los ancianos infectados, finalmente firmó su renuncia el 18 de abril ante una situación que le desbordaba… «Los trabajadores activos estamos hechos polvo, no podemos más. Es muy duro física y emocionalmente», dice. En la primera entrevista nos relató que padecía insomnio, pesadillas y angustia. Reportamos el caso a Ana Belen, la psicóloga, porque, aunque ella decía que estaba bien, posteriormente vimos que había desarrollado un trastorno de estrés postraumático, que es una enfermedad desencadenada por una situación muy estresante.

VOLUNTARIOS AFECTADOS POR «EXPERIENCIA MUY IMPACTANTE». Actualmente, le estamos haciendo un seguimiento telefónico semanal de apoyo general y psico-social, y tiene nuestra disposición para ser consultados a demanda en cualquier momento que nos necesite. “La acción social de CRE genera orgullo de pertenencia”. Pero no solo los usuarios sufren el impacto de lo que está ocurriendo. Los voluntarios tienen también que asumir una experiencia muy impactante. Lo definen de una manera muy contundente: “Sienten orgullo de pertenencia a CRE”. Pero la adaptación ha tenido un recorrido no siempre fácil: “La situación de alerta sanitaria, y la respuesta de CRE ante esta situación, con la puesta en marcha de los programas “CRE Responde”, “CRE Te Escucha”, sitúa al voluntariado en el centro de estas operaciones. Para adaptarnos a este cambio, hemos pasado por una especie de travesía del desierto, con diferentes etapas de adaptación: negación, miedos, etc… hasta llegar a esta nueva forma de actuar, con distintos hábitos de trabajo de los que ahora nos sentimos muy orgullosos, porque con ellos contribuimos a crear un mundo más solidario que responde al desafío que supone una Pandemia Mundial. Ofrecemos nuestra ayuda de forma desinteresada, atentos a las necesidades de la comunidad y contribuyendo a la solución de sus problemas, siempre anteponiendo nuestra vocación de servicio público. Todo el equipo voluntarios destaca la satisfacción personal que les otorga su trabajo”.

Majadahonda Magazin