En su Atlas de Geografía Humana, el periodista Miguel Sanchiz plantea desde Majadahonda un debate sobre los dos modelos de cárcel moderna: Noruega (foto de la izquierda), Países Bajos, Uruguay (reinserción) frente a El Salvador (aislamiento), en la imagen de la derecha

MIGUEL SANCHIZ. (22 de febrero de 2025). Atlas de Geografía Humana: Prisiones y Modelos. Las prisiones modelo son sistemas penitenciarios que rehabilitan en lugar de castigar. El sistema penitenciario tradicional ha sido objeto de numerosas críticas debido a su enfoque punitivo y la alta tasa de reincidencia de los reclusos. Sin embargo, algunos países han implementado modelos innovadores que buscan la rehabilitación en lugar del castigo, logrando reintegrar a los presos a la sociedad de manera efectiva. Uno de los casos más emblemáticos es el de las cárceles abiertas en Noruega, como la prisión de Bastøy. Este centro ofrece a los internos condiciones de vida más humanas, con acceso a la naturaleza, trabajo remunerado y educación. El objetivo es fomentar la responsabilidad y la autonomía de los reclusos, preparándolos para una reinserción efectiva. Como resultado, Noruega tiene una de las tasas de reincidencia más bajas del mundo.

Miguel Sanchiz

Otro modelo exitoso se encuentra en Países Bajos, donde las políticas de rehabilitación han reducido significativamente la población carcelaria. En lugar de castigar, el enfoque está en la terapia, la capacitación laboral y el apoyo psicológico. Esto ha llevado al cierre de varias prisiones debido a la baja cantidad de internos. En América Latina, un ejemplo notable es el de la cárcel de Punta de Rieles en Uruguay. Este centro penitenciario permite a los internos administrar negocios dentro de la prisión, desde panaderías hasta talleres de carpintería, promoviendo su autosuficiencia y facilitando su reinserción en la sociedad.

POR OTRO LADO, EN EL SALVADOR, EL SISTEMA PENITENCIARIO HA TOMADO UN RUMBO DIFERENTE con la construcción del Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), una de las prisiones más grandes y estrictas del mundo. Diseñada para albergar a miles de pandilleros y delincuentes, este modelo ha sido elogiado por su impacto en la reducción de la criminalidad. No obstante, también ha sido objeto de críticas por parte de organizaciones de derechos humanos debido a las condiciones de encierro y la falta de acceso a programas de rehabilitación y reinserción social. El contraste entre estos modelos demuestra la diversidad de enfoques en el sistema penitenciario mundial y la importancia de encontrar un equilibrio entre la seguridad y la reinserción efectiva de los reclusos. Las prisiones modelo no solo reducen la reincidencia, sino que también transforman vidas, brindando segundas oportunidades y fortaleciendo el tejido social.

Majadahonda Magazin