«Uno es muy libre de opinar lo que quiera, dentro de un decoro, tanto el que escribe la columna como el comentarista de ella, pero hay unas normas, o debieran de tenerse en cuenta. La primera y principal es no esconder su personalidad con un sencillo nombre, pseudónimo o mote, lo que sea. Es muy fácil decir lo que sea sin dar uno su nombre, de esta manera es mucho más fácil decir herejías y nadie se entera de quién es el que ha pecado. Se esconden con un ligero nombre de Antonio, Jaime, Majariego, o lo que sea, y así es más fácil soltarse, incluso insultar (sí, insultar) y soltar la lengua a través de sus dedos, sin que nadie de su entorno pueda achacarle nada a nadie, porque se ha puesto un antifaz para pasar desapercibido y que nadie les señale con el dedo»

JOSE Mª BABOT VIZCAINO. Los «Tapados». Haciendo un alto en mi camino de mis profundas reflexiones y sin eco alguno por parte del Ayuntamiento de mis quejas y denuncias contra la opinión de quien mal maneja los destinos de nuestra ciudad, paso a poner en claro a los comentaristas de esta magnífica revista, para aclarar algunas cosillas, por si fuera de su interés. La semana pasada fue la gota que colmó el vaso de agua, pero siempre ha sido así y así seguro seguirá. Uno es muy libre de opinar lo que quiera, dentro de un decoro, tanto el que escribe la columna como el comentarista de ella, pero hay unas normas, o debieran de tenerse en cuenta. La primera y principal es no esconder su personalidad con un sencillo nombre, pseudónimo o mote, lo que sea. Es muy fácil decir lo que sea sin dar uno su nombre, de esta manera es mucho más fácil decir herejías y nadie se entera de quién es el que ha pecado. Se esconden con un ligero nombre de Antonio, Jaime, Majariego, o lo que sea, y así es más fácil soltarse, incluso insultar (sí, insultar) y soltar la lengua a través de sus dedos, sin que nadie de su entorno pueda achacarle nada a nadie, porque se ha puesto un antifaz para pasar desapercibido y que nadie les señale con el dedo. Esto es lo principal y primordial. Yo nunca he insultado a nadie y no escondo mi identidad, como suelen hacer la mayoría de los que osan comentar, tanto a favor como en contra. No me retraigo de opinar contra los «tapados» tanto a favor como criticar su falsa opinión de mí. Soy una persona noble, digo lo que pienso sin tapujos, y ya sé que decir la verdad, a veces, parece insultante, pero no es así. Y solo digo que «quien se pica, ajos come». 

José Mª Babot Vizcaíno

HUBO UN COMENTARISTA QUE ME TILDABA CONCRETAMENTE DE NO SER ESPAÑOL después de haberme estudiado e indagado mi primer apellido, según entendí, que bien pudiera ser que lo entendí muy mal. Lo acepto, pero tal como lo escribió, si me tilda de vivir lejos de España, lo cual no es cierto porque vivo en Majadahonda (Madrid), entendí que tiene a Cataluña como otro país. Entonces ¿quién es quién?. Lo que digo y mantengo es que para escribir en público lo primero es identificarse para apechugar con las consecuencias de lo que una persona es capaz, y reo de sus propias palabras. Yo acepto de muy buen grado las críticas que se me hacen y las que me hagan por mis palabras escritas y publicadas, pero, por favor, identifíquense, solamente como norma de educación. Un saludo a todos aquellos que critican mis escritos contra la persona, a esa mujer-alcalde, con pantalones, foránea y catalana, que mal dirige los destinos y belleza de nuestra ciudad, y a esos tapados de identidad. Dije, y mantengo estas palabras, por ratificar lo que he escrito: ¿no es ella una mujer? ¿no es alcalde? ¿no lleva pantalones? ¿no vive fuera de Majadahonda? ¿no es catalana de nacimiento? ¿dónde están mis insultos?. No los veo.

LAS «CASUALIDADES» EN LAS OPOSICIONES DE ARQUITECTO MUNICIPAL. Esta carta, no es ni la primera que escribo ni será la última en criticar las actuaciones, pésimas a mi juicio casi todas ellas, del Equipo de Gobierno del PP en el Ayuntamiento de Majadahonda. Si no es por pitos es por flautas, pero los quejosos ya somos un número que empieza a ser elevado y que se han decidido a poner coto a las pésimas actuaciones de esta mujer alcalde, con pantalones, foránea y catalana, junto a todos sus acólitos del PP. Hasta ahora eran numerosas mis quejas por el abandono total y manifiesto del recorte de los setos, el arreglo de los parterres de la Joya de la Corona (Gran Vía), el pavimento de alguna marquesina de autobuses, etc etc. Es una verdadera porquería como lo deja estar la mujer que está al frente del Ayuntamiento y que, siguiendo su pauta, la siguen sus concejales del PP. Y ahora salta la liebre con unas oposiciones en la que solo hay 2 plazas, y, curiosona la cosa, han aprobado solo 2 presentados y los demás no han sido aptos. Curioso de verdad. No me lo puedo creer, pero cosas veredes, amigo Sancho, que decía Miguel de Cervantes. Es de esperar que esta mujer alcalde, con pantalones, foránea y catalana, piense un poco y se decida a pensar y creer que ya no se la quiere en este puesto. Y que lo mejor que pudiera hacer es irse a la población en la que habita a descansar, ya no del ajetreo que pudiera tener en Majadahonda, que no lo tiene por inacción, sino porque es de suponer que debido a sus «aciertos», aquí ya no le queda nada que hacer porque ella cree que ya ha hecho bastante. 

LAS INVERSIONES EN MAJADAHONDA CON EL DINERO DE NUESTROS IMPUESTOS. Estoy ya hasta el gorro de la ignorancia que tiene esa mujer alcaldesa con pantalones, foránea y catalana, que se mofa con entera tranquilidad de mis quejas, que son para mejorar los desperfectos que se han ido sucediendo a través de los meses en Majadahonda,. Y que esta mujer alcaldesa y sus acólitos, que esa es otra, se choteen o le den la espalda a una de sus obligaciones como Equipo de Gobierno del Ayuntamiento. El que yo proteste, denuncie o lo que sea, sobre unos desperfectos en nuestra ciudad es casi de obligado cumplimiento, creo yo, su arreglo a la mayor brevedad posible. Y no se puede, bajo ningún concepto, obviarlo durante meses, meses, y meses, sin explicación alguna, que eso es lo que yo menos necesito. Obras son amores y no buenas razones, colocadas a dedo por quien sea que tenga el poder omnipotente de hacer y deshacer, que se supone que es la alcaldesa. No, no y no.

EL PUESTO EN EL QUE LA HAN COLOCADO SUPUESTAMENTE POR «ENCHUFE» DE SU PARTIDO EN MADRID (ni lo aseguro ni lo desmiento, es una suposición), exige una dedicación absoluta y esta mujer alcaldesa con pantalones hace de su capa un sayo. Eso ni es correcto ni está medianamente bien. Está muy mal. Yo sé que usted y sus acólitos piensan, y lo creen más que de sobra, que me cansaré antes de escribir más quejas antes que ustedes hagan algo en favor de Majadahonda, pero los majariegos saben, y van enterándose cada día más, de quiénes son ustedes. El dineral que se llevan de los impuestos de Majadahonda es tirarlo a la calle mientras que ustedes se lo llevan a otras poblaciones. En las próximas elecciones, si la mayoría no votara al partido que tenemos gobernando aquí, ese mismo dineral se quedaría en nuestra ciudad y se podría emplear más libremente en mejorarla con creces, porque es mucho dinero el que mensualmente sale de aquí. Los desperfectos que los dos ayuntamientos últimos han dejado a la intemperie no se subsanan ni se atacan otras necesidades, tanto personales como edificables o de otras modalidades.

EL FALSO FEMINISMO DEL PANTALÓN Y LA IMITACIÓN DEL HOMBRE POR LA ALCALDESA. Desde hace tiempo ya me va hiriendo el caletre la moda, ya antigua, por no decir antiquísima, de llevar falda o pantalón. Antiguamente todas las mujeres llevaban falda. Nadie se lo puede negar a los que peinamos canas o ya no tenemos ni eso. Tenemos, como ejemplo, a aquella mujer que fue pareja del llamado antes «coletas», que la hizo ministra de no se qué.Y esa ahora ex ministra que cuando habla lleva pantalones, vocea, grita, chilla, brama, etc, etc, da la nota. De ahí, supongo yo, viene el quejido de esa mujer, y otras, como la apellidada Belarra o la tal «Yoli». Sin embargo, llevando el atuendo femenino de siempre, me refiero a la falda, se les templarían los ánimos y se comportarían como lo que son: el animal más bello de la faz de La Tierra. Se les muda el color en cuanto imitan a los hombres y se quieren comportar como ellos, que los violentos para tener razón pegan puñetazos. Eso pasa en todos los ámbitos y tenemos, ¡cómo no! a la alcaldesa foránea y catalana de Majadahonda que lleva la prenda netamente masculina de siempre, y se comporta, en sus actuaciones ayuntamienteriles, como una energúmena, puesto que desprecia olímpicamente a sus concejales quitándoles la palabra cuando hablan con términos aceptados por la Real Academia Española de la Lengua (RAE).

O DESPRECIA A LOS VECINOS CUANDO TRASLADAN SUS QUEJAS, que obvia y excusa por ser, nos, quienes somos. Solamente conozco a la susodicha por fotos y nunca la he visto con el ajuar típico femenino, de ahí, supongo yo, su inactiva actuación como «alcaldesa» (llamémosla así) que al ser colocada a dedo por su partido en Madrid, se cree con derecho a desafiar  a todo bicho viviente, creyendo ella que tiene razón en todo. Con la potencia que la dieron al nombrarla alcaldesa, sabe que tiene en su mano un poder inigualable dentro de Majadahonda. Y sabe también que el que difiera en algo de ella, le sentencia a un «NO» perenne y lo llevan crudo esa o esas personas. Por eso, calculo yo, que lo de mis continuas quejas sobre el recorte de los setos tiene los días asegurados en su crecimiento, pues estos no dejan de crecer a lo ancho y a lo bajo haciendo ya, casi imposible, el que los peatones pasemos por determinadas aceras sin tener que reverenciar a los citados setos. Calculo yo que los pantalones tienen mucho que decir en estos asuntos de mis continuas quejas vecinales. Así lo veo, así lo creo, así lo escribo y así lo transcribo. Supongo y creo firmemente que si esa mujer se cambiara de moda y volviera a la de siempre, sería y actuaría de otro modo, pero ¡ay¡, se ha impuesto la moda de los pantalones y la imitación masculina. Y así nos va.

Majadahonda Magazin