MIGUEL SANCHIZ. (5 de diciembre de 2024). A propósito del Black Friday. Hace poco, mientras navegaba por internet, me encontré con una historia inquietante sobre el origen del Black Friday. Según esta versión, el término se remontaba a un oscuro episodio histórico relacionado con la venta de esclavos a precios rebajados, un viernes cualquiera. La idea me estremeció. ¿Cómo podría una práctica tan cotidiana y global como las compras con descuento tener raíces en algo tan terrible? Pero luego, con más curiosidad que resignación, decidí indagar un poco más. Resulta que esa historia, que circula ampliamente en redes sociales, carece de fundamento histórico. El verdadero origen del Black Friday tiene más que ver con la economía contemporánea que con la esclavitud. Según investigaciones serias, el término nació en Filadelfia, Estados Unidos, allá por la década de 1950. Era el nombre que la policía local daba al viernes posterior al Día de Acción de Gracias, cuando las calles se llenaban de un tráfico descomunal provocado por las hordas de compradores que buscaban aprovechar las primeras grandes ofertas antes de Navidad.
ESE CAOS ERA UN VERDADERO DOLOR DE CABEZA PARA LOS OFICIALES, QUIENES BAUTIZARON EL DÍA COMO «BLACK FRIDAY» debido a las largas jornadas de trabajo y el desorden que provocaban las multitudes. Más tarde, en los años 60, los comerciantes vieron una oportunidad para resignificar el término y lo asociaron con la idea de pasar de los números «rojos» a los «negros» en sus balances contables, gracias al volumen masivo de ventas. Reflexionando sobre esta historia, me resulta interesante cómo un evento comercial tan popular puede generar tanta confusión sobre su origen. También me hace pensar en lo fácil que es adoptar creencias erróneas cuando no hacemos el esfuerzo de cuestionar lo que leemos.
HOY, EL BLACK FRIDAY ES MUCHO MÁS QUE UNA TRADICIÓN ESTADOUNIDENSE. Es un fenómeno global que mueve miles de millones de dólares y redefine cómo consumimos, para bien o para mal. Sin embargo, la historia detrás del término nos recuerda algo crucial: debemos abordar las narrativas que nos llegan con un ojo crítico. Saber de dónde vienen las cosas que forman parte de nuestra vida cotidiana no solo nos conecta con el pasado, sino que también nos da herramientas para pensar mejor el presente. Así que, la próxima vez que aprovechemos una oferta del Black Friday, tal vez valga la pena recordar su origen real. Porque, aunque la fiebre del consumo pueda ser intensa, entender el contexto siempre tiene un valor que va más allá de los descuentos. Así que, mientras tanto, al lunes 2 de diciembre ya lo han bautizado: Cyber Monday.
Muy interesante artículo de actualidad en estos tiempos, nos enseña el por qué, se denomina así este “viernes negro”, y lo bueno, es que nos anima a indagar más, picándonos nuestra curiosidad. Muchas gracias
Está claro que el Black Friday no es más que un invento del comercio para vender más, en muchas ocasiones de forma fraudulenta al cambiar los precios, pero gracias Miguel por mostrarnos su origen y por decirnos que detrás de cada evento popular siempre hay un significado que puede no ser lo que pensamos.
Salud
Salud Miguel, gracias por tu aporte…los «senior citizens» debemos aprender algo nuevo todos los días. Buenas brisas desde Bariloche…!!!