FELIX G. PEDROCHE. *Militante del Partido Popular de Majadahonda y analista político-económico. Hoy se me antoja que una forma de valorar la permeabilidad social de un partido político reside en función de su enfoque e implicación en los graves problemas que hoy afectan a la ciudadanía. A saber: 1. Las «listas abiertas». 2. La independencia del Poder Judicial». 3. La eliminación del «derecho de veto en Naciones Unidas. Este «triángulo de conciencia», intocable para la casta política y denostado por propio interés, es el causante de los principales «problemas de fondo» que provocan el mayor escarnio social, ante la mirada de una casta política apesebrada e impávida, que sólo mira por su privilegiado estatus económico-social. Y ahora pasamos a su análisis individualizado:
1. La inexistencia de listas abiertas en los procesos electorales se debe al empeño de nuestros privilegiados personajillos en no acometer la necesaria reforma de la Ley Electoral, que les mantiene en la poltrona a pesar de sus continuos errores de táctica política una vez acceden al firmamento del cargo institucional. Allí «alguien» les introdujo en esa lista cerrada que luego los de a pié nos tenemos que tragar sí o sí. 2. Separación de Poderes. Nuestros partidos políticos se empeñan en el reparto de los miembros del Consejo General del Poder Judicial en función de no sé qué «criterio de reparto» que sólo ellos conocen, Este sirve para situar al frente a esos amiguetes de la carrera judicial, que luego en agradecimiento a su nuevo, privilegiado y vergonzante estatus profesional, lo antepondrán en favor de la benevolencia judicial. Así actuarán cuando –tal y como nos tienen acostumbrados– les pillen con el «carrito del helado», por utilizar algún símil más propio de las novelas tipo «Rinconete y Cortadillo» o del pícaro Guzmán de Alfarache. Nuestros antepasados literatos, con meridiana claridad, ya lo narraban. 3. La eliminación del Derecho de Veto en la ONU es algo tan necesario que nuestros políticos lo reconocen en «petit comité», pero no se atreven a exponerlo de manera oficial en sus intervenciones ante los foros de debate nacional e internacional. Esto constituye el profundo mal de fondo de la política internacional, que si no se remedia a tiempo, acabará llevándonos a una nueva conflagración mundial, que en formato de 3ª Guerra Mundial, supondrá el último y definitivo desastre del Planeta.
Los días 29 y 30 de junio (2022) España albergará la reunión internacional de la OTAN, compuesta por un colectivo de países que bajo la tutela interesada del imperialismo «yanqui», sentará las bases de la participación en ese dispendio de gasto absurdo basado en la destrucción. A ella asistiremos asustados, de perfil y de puntillas para intentar salir airosos, aunque no representemos nada. Y así seguir permitiendo la creación artificial de conflictos armados interesados para los oligarcas del lujo, basado en la aportación criminal de instrumentos de destrucción masiva. Seguramente nadie hablará allí de una forma definitiva de conformar un «Nuevo Orden Mundial» basado en la «No Permisividad» de cualquier conflicto armado localizado, en alabanza al Derecho Internacional y a la necesaria paz y concordia para el género humano. Esto sólo podrá lograrse si la Comunidad Internacional estimula la eliminación del pernicioso Derecho de Veto.
Estoy totalmente de acuerdo con las listas abiertas y la independencia del poder judicial. Sin embargo, discrepo sobre el tema del derecho de veto en la ONU. La ONU es una organización de mínimos realistas y gracias al derecho de veto se evitó un apocalipsis nuclear durante la guerra fría y cualquier otra conflagración mundial, algo que no logró la primitiva Sociedad de Naciones.