FELIX G. PEDROCHE. Reflexión política en este mes de julio (2022). Hoy se me antoja una forma de valorar la permeabilidad social de un Partido Político en función de su enfoque e implicación en los graves problemas que hoy afectan a la ciudadanía. A saber: 1. Las «listas abiertas». 2. La independencia del Poder Judicial. 3. La eliminación del «derecho de veto en Naciones Unidas«. Este «triángulo de conciencia», intocable para la casta política y denostado por propio interés, es el causante de los principales «problemas de fondo» que provocan el mayor escarnio social, ante la mirada de una casta política apesebrada e impávida que sólo mira por su privilegiado estatus económico-social. Y ahora pasamos a su análisis individualizado: 1. La inexistencia de listas abiertas en los procesos electorales se debe al empeño de nuestros privilegiados personajillos en no acometer la necesaria reforma de esta Ley Electora. Ella les mantiene en la poltrona a pesar de sus continuos errores de táctica política. Una vez acceden al firmamento del cargo institucional nadie puede removerlos porque alguien les introdujo en esa lista cerrada que luego los de a pie nos tenemos que tragar sí o sí.
2. Nuestros partidos políticos se empeñan en el reparto de los miembros del Consejo General del Poder Judicial, en función de «no sé qué» criterio de «reparto» que sólo ellos conocen. Les sirve para situar al frente a esos amiguetes de la carrera judicial, que luego en agradecimiento a su nuevo, privilegiado y vergonzante estatus profesional, antepondrán en favor de la benevolencia judicial cuando –tal y como nos tienen acostumbrados– les pillen «con el carrito de helado» por utilizar algún símil más propio de las novelas tipo «Rinconete y Cortadillo» o del «Pícaro Guzmán de Alfarache«, que con meridiana claridad ya narraban nuestros antepasados literarios. Y ya para concluir con la exposición: 3) La eliminación del Derecho de Veto en la ONU es algo tan necesario y que nuestros políticos reconocen en petit comité, pero que no se atreven a exponer de manera oficial en sus intervenciones ante los foros de debate nacional e internacional, que constituye el profundo «mal de fondo» de la política internacional. Si no se remedia a tiempo, acabará llevándonos a una nueva conflagración mundial, que en formato de 3a Guerra Mundial, supondrá el último y definitivo desastre del Planeta.
España albergó la reunión internacional de la OTAN, compuesta por un colectivo de países que bajo la tutela interesada del imperialismo yanqui, sentó las bases de la participación nacional en ese dispendio de gasto absurdo basado en la destrucción. A él asistimos asustados, de perfil y de puntillas para salir airosos aunque no representamos nada, para seguir permitiendo la creación artificial de conflictos armados interesados para los oligarcas del lujo y basados en la aportación criminal de instrumentos de destrucción masiva. Nadie habló de una forma definitiva de conformar un «Nuevo Orden Mundial» basado en la «No permisividad» ante cualquier conflicto armado localizado, en loor al Derecho Internacional y a la necesaria paz y concordia para el género humano, que sólo podría lograr la Comunidad Internacional en base a la eliminación del pernicioso Derecho de Veto en Nueva York.