MIGUEL SANCHIZ. (15 de octubre de 2024). La esperanza del creyente: una ventaja en un mundo de incertidumbre. No pretendo hacer proselitismo ni imponer mis creencias a otros, pero como creyente, no puedo evitar sentir que mi fe me otorga una ventaja significativa frente a la incertidumbre del futuro. En un mundo lleno de preguntas sin respuesta, tener una esperanza basada en una creencia espiritual me proporciona un sentido de propósito y paz que, creo, es más difícil de encontrar para quienes se identifican como agnósticos o ateos. A lo largo de mi vida, y especialmente durante mi experiencia profesional en lugares como Garabandal (Cantabria), he encontrado una profunda conexión con mis creencias religiosas. Este lugar, conocido por sus significativas apariciones marianas, ha sido un punto de inflexión en mi vida espiritual. Las experiencias y las historias compartidas por la comunidad allí, me han fortalecido en mi fe y han consolidado mi convicción de que hay algo más allá de esta vida.
PARA MÍ, LA FE NO ES SOLO UN REFUGIO EN TIEMPOS DE DIFICULTAD, SINO UNA FUENTE CONSTANTE DE ESPERANZA. La creencia en una vida futura y en un propósito más grande que trasciende lo mundano me da una perspectiva única sobre la existencia. Esta esperanza no se basa en pruebas tangibles, sino en una profunda convicción y en la experiencia de lo espiritual en mi vida cotidiana. Es una esperanza que colma mis anhelos de significado y que, en última instancia, me hace más feliz. Comparo esta experiencia con la de amigos y conocidos que no comparten mi fe. He observado que, para muchos de ellos, la ausencia de una creencia en algo más allá de lo tangible a veces puede llevar a un sentido de vacío o desesperanza, especialmente cuando enfrentan situaciones difíciles o la incertidumbre del futuro.
ESTO NO SIGNIFICA QUE NO PUEDAN ENCONTRAR SU PROPIO SENTIDO DE PAZ O PROPÓSITO, pero creo que el camino es más arduo sin la perspectiva de una esperanza trascendental. Mi intención al compartir esto no es persuadir a otros de adoptar mis creencias, sino simplemente expresar cómo la fe me ha brindado una ventaja emocional y espiritual. En un mundo lleno de incertidumbre, tener una esperanza en un futuro más allá de lo que podemos ver y tocar es, para mí, una forma de encontrar paz y felicidad. Es una ventaja que valoro profundamente y que me ayuda a navegar las complejidades de la vida con una confianza serena.
Magnífico artículo, con ese chute de optimismo y esperanza, que plasmas en él, y puede ayudarnos con tus palabras, a muchos, que tristemente nos falta ese gran empujón para estar a tu altura, con tus creencias.
Totalmente de acuerdo, la fé es junto con creer lo más importante para un buen cristiano.
La fé debe ser permanente y no motivo de solo pedir ante una contrariedad, Dios está siempre y solo recordar que sus tiempos son diferentes a los nuestros, producto del esfuerzo que debemos realizar personalmente.
Gracias Miguel hermano de la vida
Para mí la fe es un don maravilloso que me ha dado Dios.
Gracias Miguel.
Creo que no es imprescindible para ensalzar y destacar el provecho que le produce el hecho de ser creyente el compararse con aquellos que no disponen de este sostén.