JOSE Mª BABOT VIZCAÍNO. De sobra es sabido que hay dos opciones políticas: derechas e izquierdas. Las otras, en este escrito, no cuentan por su escasa presencia en el Congreso. Y dentro de cada una de ellas hay varias palabras sinónimas que le ubican a uno en el sitio en el que se les dice. Así, a los de derechas se les llama fachas, pero no se les denomina así como piropo ni para encasillarles. No. Cuando se les llama de esta manera es para insultar, además con rabia, con mucha rabia. Se les salta los ojos de sus cuencos para denigrar o para reír, cosa que me da la impresión, y juzgo por mí, que este epíteto nos trae al pairo. Seguro que hay muchas personas que ignoran de donde viene la palabra «facha«, y si alguien quiere tener una leve, muy leve idea, escribo algunos detalles. Y si les sigue interesando, que busquen en los libros a tal efecto. Este vocablo viene del fascismo italiano en la Segunda Guerra Mundial. A los italianos se les dijo que eran el fascio (pronunciado faschio) y de ahí derivó a facha, en español. Más o menos por ahí va la cosa.


Babot Vizcaino

De la otra parte, la izquierda tiene varias, llamémosles, ramas: socialistas, republicanos, comunistas y no se si hay algo más, que pudiera ser que sí porque esta opción abunda como la yerba en los campos. Creo que no, pero a todos ellos, comúnmente, se les denomina, como si fuera un insulto, que a veces se lo toman así, con la palabra «rojos» o «rogelios«. Y si a uno de ellos, a cualquiera de las tres clases, se les llama así, botan como si fueran una pelota, de rabia que les da, y no me explico el por qué. Es un nombre como otro cualquiera, pero les enerva. Creo que es la palabra que más odian y temen que se les diga, porque ese  mote o injuria (¿insulto?) viene de que el ejército ruso de la Revolución llevaba la bandera roja, roja, rojísima, la estrella de cinco puntas estaba tintada en rojo y por eso se les llamó «rojos», porque el ejército se autollamaba así. De ahí vienen también las Brigadas Rojas. Y a los republicanos, si les llaman rojos, les molesta, muchísimo no, lo siguiente. Para que no se confundan (al fin y al cabo tenemos la misma bandera), han quitado una franja roja y han colocado un trapo morado. Y no digamos a los comunistas, que son éstos los verdaderos rojos. Y a los otros, por añadidura.

Ahora, a los de derecha se ha dado por llamarles además, «cayetanos». No saben lo que a mí este ¿insulto? me hace gracia, ya que tiene aires alegres, de verbena, es muy chispero. Es como con la bandera española. Los  catalanes, valencianos y aragoneses,  a los que respeto profundamente, tienen, aunque discrepen, la misma bandera en el fondo, aunque luego la adornen con imágenes, estrellas, escudos, o cosas por el estilo. Esa bandera es la repetición de la española, tal y como yo la vislumbro. La española tiene tres bandas, dos de color rojo y una de color gualda, siendo ésta el doble que las franjas rojas. Y las otras banderas, que son la misma, unas en horizontal y otras en vertical…(¿?) están fundamentadas en las cuatro barras rojas, aunque empiecen por las franjas amarillas, que es el fondo de su enseña claro, para no identificarse mucho con la bandera española.
Los catalanes cuentan (no sé si como chascarrillo) que fue San Jorge quien, supuestamente, al morir en guerra, (no se cual) bañó su mano en su sangre y la restregó en la tierra quedando marcadas las cuatro  barras con la sangre de sus cuatro dedos. Y de ahí cuentan que hicieron su bandera. No obstante creo que lo cuentan por contar, porque la realidad es que fue tomada de la señera de los Reyes de la Corona de Aragón, que era la que usaba el Rey de Aragón, o algo por el estilo. Pero si se mira bien, es repetición de las franjas de la bandera española: roja y gualda repetitivamente. Esto es solo un apunte sobre el origen de la diversidad de las cosas, en este caso ha tocado signos políticos y banderas, que son más parecidos de lo que creemos.
Majadahonda Magazin