El debate Morata/Gerard recuerda el «Duelo a garrotazos» de Goya (Museo del Prado)

J. FEDERICO MTNEZ. No me refiero al debate Morata/Gerard, ni situar a Llorente a 80 metros de la portería, ni a la suplencia del campeón de champion Azpilicueta (capitán del Chelsea) o a la ausencia de Iago Aspas. Tampoco a la cabezonería y chulería de Luis Enrique, ni a la imprevisión de Rubiales con las vacunas o con el cesped de ese estadio fantasma llamado La Cartuja. España es la primera potencia del mundo en fútbol según PIB (puede que con la crisis haya bajado un escalón en favor de la Premier), un ejemplo que la mismísima Angela Merkel exhibió a los distintos presidentes: «Para salir de la crisis hagan ustedes un país como han diseñado el fútbol». Escoger a los mejores desde la base, sin enchufismos, máxima profesionalización y eficacia de recursos, nada de politizar el juego, sin trampas ni mentiras, fair play y deportividad, coraje, táctica y habilidad.


Morata y Gerard: juntos somos más fuertes

Sin embargo, el empate ante Suecia, la misma que nos trajo tantos turistas en otra época en la que venir a España era un desafío al mundo a causa del franquismo (padecíamos un boicot internacional parecido al que hoy sufre Cuba), nos destapa nuestras miserias. Suecia nos trajo en los años 60 el topless y las relaciones sexuales libres, pero hoy nos ha enviado una radiografía exacta de España: pitos a Morata (yo el primero en la intimidad de mi hogar), como antes se pitó a Piqué hasta echarlo de la selección y olvidando que cuando Madrid (Sergio Ramos) y Cataluña (Piqué, Puyol) se juntan, podemos ser campeones del mundo de lo que queramos. El «duelo a garrotazos» de Goya nos hunde a todos en el fango en lugar de ayudarnos mutuamente para salir de él (¿aprenderemos algún día o es algo genético?) y aunque no soy fans de Luis Enrique ni de Morata tengo que reprimirme en favor de un beneficio colectivo: ¡Viva España! (aunque dado el peso del equipaje, cuanto más cerca viva, mejor).

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