JOSE Mª BABOT VIZCAÍNO. ¿Qué mas le queda por hacer al gobierno socialmita para dejarnos desangelados?. Les queda mucho, ya lo sé, pero van ganando, día a día, un palmo de terreno hasta lograr lo que ansían con verdadera gana: tenernos en un puño y no poder mover un dedo sin su consentimiento. Parece ser que como no pueden trastear a su gusto, al gobierno actual le atacan por los cuatro costados. Y esta vez toca ir anulando el idioma español en las distintas comunidades, con eso de la autonomía, deshaciéndolo en cada una, poco a poco, se sea o no independentista, solo para lograr de una vez la consolidación del movimiento republicano. Esto llegará, si les dejamos a los socialmitas. Y no tardará mucho al paso que van.

Ahora le ha tocado el turno a lo más preciado para un ciudadano de cualquier país: que no puedas hablar en todo el territorio nacional tu propio idioma, con el que nos parieron nuestras madres y con el que nos entendemos a las mil maravillas todos los que estamos cobijados y amparados bajo la bandera española. La ministra Isabel Celaá, esa que hace lo contrario de lo que ejecuta para los demás, lleva a sus hijos y ahora a sus nietos a colegios de pago y religiosos. No es eso, precisamente, lo que tiene entre manos. Lo contrario sí, es decir, «yo hago lo que me da la gana pero vosotros, trabajadores, que no sois nada, tenéis que pasar por el aro, que nosotros, los rojos-comunistas, decimos y hacemos lo que creemos conveniente para los nuestros, aunque éstos también cobren lo suyo, como los demás trabajadores».

Para demostrarlo, baste la frase que dijo en determinado momento una persona más que sabia ante un micrófono: «Nosotros somos promotores de talentos«. Como Zapatero, que se quedó paralizado después de soltar esta otra frase: «la tierra no pertenece a nadie, salvo al viento«. Es que son relistos y doctos. Una nación de ovejas engendra un gobierno de lobos. El problema de España es que quienes eligen a los gobernantes no son las personas que leen los periódicos, sino las que se limpian el tafanario con ellos. Y esto lo dijo Churchill, no yo.

El problema es que este Ejecutivo, con esto del idioma, ha cedido al chantaje de los separatistas con el apoyo de los comunistas que están dentro del Gobierno. Y con su secretario general haciendo de presidente del mismo, ya que Pedro Sánchez sólo preside la república de su casa. Esto que han hecho con el idioma español es, al fin y al cabo, un golpe de estado lingüístico, ninguneando la Constitución actual, puesto que nuestra Carta Magna dice en su artículo 3: «El castellano es la lengua oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla. Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas comunidades autónomas de acuerdo con sus estatutos».