MARC MONFORTE (Nastic.cat). «En el Cerro del Espino de Majadahonda se reunieron aproximadamente ochenta aficionados, muchos de ellos venidos desde Tarragona en el desplazamiento organizado por el club. A pesar del frío y el resultado final, se pudieron ver miembros de las peñas Amigos del Nàstic, El Nàstic o Orgullo Grana». Así describe la web «Nastic.cat» el ambiente de los aficionados tarraconenses en Majadahonda. Y su analista Marc Monforte asegura que muchos se quedaron sin entrar al estadio por el alto precio de las entradas. Así empieza su crónica: «Ves que el club prepara desplazamiento en Majadahonda: 60 € viaje + hotel + entrada. Piensas que es buen precio y que es necesario dar un empujoncito al equipo en un partido crucial para la salvación, sabes que independientemente del resultado te lo pasarás bien rodeado de nastiquers y amigos, y te acabas apuntando.


Sábado. Aproximadamente 7 horas después de salir con bus de Tarragona, entre comida y paradas, llegas al campo y te sientas. Tienes las piernas y el cuerpo dolorido del viaje y sabes que climatológicamente no será un partido fácil, viento frío que te va calando poco a poco, adobado con algún copo de nieve que no sabes muy bien de dónde ha salido. Te abrigas al estilo ninja, preparado para la batalla, sólo son visibles los ojos. Pasan los minutos y el frío es cada vez más intenso, el juego insultante no ayuda a hacerte sentir mejor, te hiela el alma y la fe en la salvación, voces que en el campo dicen que no hay deseo, intensidad, ni fútbol, sabes que acabarás perdiendo y dando una imagen lamentable a la que ya estás acostumbrado.

Que ola de frío. Pies congelados y cuello dolorido por el frío, pero también de gritar y renegar. Las manos te hacen daño, te extraña, llevas guantes pero no son suficientes para mantenerte calentado. Pita el árbitro el final. Sólo unos cuantos componentes del equipo se dignan a venir a saludar a la afición, quizás los menos culpables de todo, algunos nuevos y de la cantera. Te sientes insultado por el resto. Luis Suárez, mientras marcha hacia el vestuario, hace un gesto de desprecio a la afición cuando alguien le pide ir a saludar, ahora ya tienes claro que no tienen vergüenza. Antes de subir al bus del equipo, un aficionado que también viajó a Madrid le recrimina al mismo Suárez su actitud con la afición y él viene a responder que tenía frío y que si se le siguen recriminando cosas le pondrá una cara nueva. Por lo visto los aficionados no tienen frío ni merecen ningún respeto, están hechos de cartón. «Bravo Luis, bravo, eres un sinvergüenza.»

Si hablamos de lo visto en el terreno de juego, la cosa tampoco mejora. Martín hace aparecer a Barrada en el once cuando él mismo dice que no está bien físicamente, un contrasentido al que yo añado que dudo que mejore físicamente antes de final de temporada. Sadik aún no sé que aporta al equipo, ni presiona, ni va bien por arriba, ni hace jugadas individuales, ni … es un «Ni-Ni». Fali continúa haciendo un juego brusco verbal y físicamente, se veía venir la expulsión. Instantes antes de ver la segunda amarilla, tras una jugada por banda donde ya fue merecedor de tarjeta, debería haber sido sustituido. Por cierto, como eché de menos a Thioune. Bernabé pienso que falla en el gol, no sé si deslumbrado por el sol o porqué, pero hace muy poco para detener el balón.

Al inicio del partido, justamente comentaba con mi hermano el tema del sol, echábamos de menos una gorra durante el inicio del encuentro. Cabe decir, que el portero ha sido uno de los mejores en los últimos partidos y también en Majadahonda hizo buenas paradas. Palanca y Cotán quedaron al margen de los despropósitos e hicieron un buen partido, aportando criterio, juicio y dosis de fútbol. Así pues, en el partido en el que teníamos que aferrarnos a la permanencia, hicimos todo para sentenciarlo a muerte. La salvación ha pasado de «modo milagro» a «modo espejismo». Para que os hagáis una idea de la dificultad, lo de la multiplicación de los panes y los peces, o la separación de las aguas del Mar Rojo quedaría en anécdota si se lograra la salvación. A pesar de todo lo explicado, siempre habrá cosas positivas del viaje a Majadahonda, a destacar la buena compañía de los nastiquers y el «bocadillo de calamares». Os lo dice un loco por el Nàstic.

Majadahonda Magazin