“Ahora se ceban con Dover, que se disuelve tras 24 años de éxito. No perdonan a las Llanos que vinieran de Majadahonda en lugar de Carabanchel, que cantasen en un inglés de cole bilingüe pijo, que su satanismo resultara tan comercial y satinado como su afición al photocall. Los feligreses siguen demandando malditismo fetén, muebles por la ventana, orgías en cementerios y una venérea por año”. El cronista musical Jorge Bustos escribe en el diario El Mundo sobre la disolución del célebre grupo musical originario de Majadahonda que tanto éxito cosechó en los 90. Y lo hace sin prejuicios ni pelos en la lengua.