DR. MICHAEL GREGER (M.D. FACLM). *La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria María José. A la mayoría de las mujeres se les dice lo que tienen que hacer, en lugar de cuáles son los hechos, para que tomen una decisión con conocimiento de causa. “Vender pruebas para detectar el cáncer puede ser fácil”, se puede leer al principio de un editorial en el Journal of the National Cancer Institute. “Exagera los riesgos para instigar miedo. Ofrece esperanza exagerando los beneficios de las pruebas de detección. Y no menciones los daños [que causen las pruebas]. Con el cáncer es incluso más fácil, porque no hay ningún diagnóstico que cause más miedo. Y todos conocemos el mantra: «la mejor protección es una detección precoz». Ponlo en duda y alguien puede dejar caer que te falta un tornillo. Y no están exagerando: Nueve de cada diez mujeres están mal informadas sobre las mamografías, cuando muestro un folleto de la American Cancer Society que advertía a las mujeres: “Si todavía no te has hecho una mamografía, tendrías que examinarte algo más que los pechos”.
“Un cribado puede llevar a beneficios importantes, pero también a daños importantes”, seguimos leyendo en el editorial. “Es difícil transmitir una idea que parece contradictoria: que hacer un cribado no siempre ayuda e incluso puede ser dañino. Hay encuestas que han indicado que la mayoría de la gente cree que hacer pruebas para detectar el cáncer es casi siempre una buena idea y pocos creen que pueda haber un perjuicio [o que sea posible que haya un perjuicio]. En el material de información para el paciente, las referencias que se hacen de pasada a daños potenciales están enterradas en una ola de beneficios, lo cual lleva a engaño. La prueba de detección del cáncer que se ha estudiado con más atención es la mamografía. “En los últimos 50 años, más de 600 000 mujeres han participado en 10 ensayos aleatorizados, cada uno de los cuales incluía unos 10 años de seguimiento. Teniendo en cuenta este extraordinario esfuerzo de investigación, resulta irónico que la mamografía siga siendo uno de los puntos más polémicos entre la comunidad médica. Efectivamente, en medicina hay pocos campos que levanten más pasiones… que la cuestión de someter a las mujeres a pruebas para la detección precoz del cáncer de mama, en un estadio con más probabilidades de curación. Irónicamente, ambos lados acusan a los medios de estar con el lado contrario.
Sin embargo, esta misma polémica proporciona información. Debería decirnos algo. Para tener algo de contexto, comparemos con un ensayo que incluía menos de 150 hombres, con un seguimiento de menos de 2 años, que fue suficiente para convencer a los médicos de que había que tratar la hipertensión grave. Los beneficios del tratamiento eran demasiado evidentes. Por contraposición, el hecho de que sigamos debatiendo los beneficios de las mamografías 50 años después, incluso tras 10 ensayos con 600.000 mujeres, sugiere que esta prueba no supone una diferencia tan grande, que hay un delicado equilibrio entre un beneficio modesto y un daño modesto. Sin embargo, esto da por sentado que la gente considera de forma objetiva las ventajas y los inconvenientes. Si tenemos en cuenta las industrias de miles de millones de dólares que están implicadas (desde los fabricantes de las máquinas de mamografías hasta los radiólogos que las leen) podría ser peor que eso.
Varias organizaciones publican recomendaciones contradictorias sobre las pruebas de detección del cáncer. Algunas recomiendan hacerse mamografías desde los 40 años, mientras que otras dicen desde los 50. Algunas dicen que hay que hacérselas cada año, otras cada dos años y algunas recomiendan que las mujeres no se hagan ninguna mamografía de forma rutinaria. Hay una preocupación cada vez mayor por los conflictos de interés, tanto financieros como emocionales, que interfieren en la generación de pautas. La gente puede asentarse tanto en la posición que ha tomado que pueden dejar de ver con claridad. Algunos expertos razonables están de acuerdo en que el conjunto de las evidencias sugiere que hacerles mamografías a mujeres de 40 años tiene algún beneficio… Que los beneficios de esta prueba se hayan exagerado no quiere decir que no salve vidas y que las mujeres no deban hacerse ninguna. La cuestión es ¿los beneficios pesan más que los riesgos? Esa es una decisión que tiene que tomar cada mujer por sí misma, pero no puede tomarla sin conocer todos los hechos.
A las mujeres se las bombardea con información sobre las mamografías de tal manera que uno pensaría que ya deberían saber bastante sobre ellas. Nada más lejos de la realidad. Nueve de cada diez mujeres encuestadas sobreestimaban enormemente los beneficios de las mamografías o no tenían ni idea. Pero esto no es culpa de las mujeres. Está claro que el sistema las informa mal. La mayoría de las mujeres estadounidenses no parecían entender siquiera el concepto básico de mamografía y directamente creían que el cribado previene o reduce el riesgo de contraer cáncer de mama. Esto hace que surja la duda de cuán bien informadas están las mujeres. Parece que a las mujeres se les dice lo que deberían hacer, pero no cuáles son los hechos que necesitan saber para tomar decisiones con conocimiento de causa… Como resultado del paternalismo y la cultura del lazo rosa, casi todas las mujeres tienen una impresión equivocada de los beneficios de una mamografía… Lo que resulta más chocante es que las que consultaban a menudo con su médico y leían folletos sobre salud estaban un poco peor informadas. ¡Era como si sus médicos las estuviesen anti-informando!
El problema es que este tipo de percepciones imprecisas y exageradas de los beneficios de las pruebas evitan que las mujeres tomen una decisión informada. Confundir a las mujeres, sea de forma intencionada o no, sobre los beneficios de una mamografía, es un asunto grave. Todos los que están metidos en el negocio de informar a las mujeres sobre las pruebas deberían recordar que los sistemas médicos son para los pacientes, no a la inversa. No deberíamos estar vendiendo pruebas de detección. Deberíamos darle a los pacientes las cifras que necesitan para que decidan por ellos mismos. Precisamente por eso quería abordar el polémico tema. La cuestión de si las mamografías hacen más mal que bien puede llegar a provocar un cambio radical en el estado del conocimiento médico, alterar nuestra visión sobre la práctica ética y cambiar nuestra aplicación de los principios de detección. Hay mucho en juego en esta conversación, porque la vida de las mujeres está en peligro. Lea los 13 informes científicos del Dr. Greger sobre mamografías y cáncer.
RESUMEN. ¿Qué hemos aprendido?: La mamografía es la prueba de detección del cáncer que más se ha estudiado, y aun así a día de hoy sigue siendo uno de los asuntos más polémicos en medicina. Pongámoslo en perspectiva: un único ensayo con menos de 150 hombres y un seguimiento de menos de dos años fue suficiente para convencer a los médicos de que había que tratar la hipertesión grave, mientras que se ha debatido sobre las mamografías durante 50 años, y seguimos haciéndolo incluso después de diez ensayos con 600 000 mujeres. Las pautas varían y las recomendaciones sobre las pruebas para detectar el cáncer pueden ser contradictorias. De igual modo, se pueden exagerar los beneficios de las mamografías. Un 90 % de las mujeres encuestadas sobreestimaban enormemente los beneficios de las mamografías o no tenían ni idea, y la mayoría de las mujeres estadounidenses no parecían entender el concepto básico de prueba de detección y creían que la mamografía “previene o reduce el riesgo de contraer cáncer de mama”.
¿Las mujeres están mal informadas, sea de forma intencionada o no? “Como resultado del paternalismo y la cultura del lazo rosa, casi todas las mujeres tienen una impresión equivocada de los beneficios de una mamografía… Lo que resulta más chocante es que las que consultaban a menudo con su médico y leían folletos sobre salud estaban un poco peor informadas”. El cribado puede aportar beneficios y perjuicios, así que habría que decirles a las pacientes cuáles son los hechos para que puedan tomar decisiones informadas, en lugar de decirles lo que deberían hacer o informarlas mal para poder sacar beneficio económico de los procedimientos de detección. Esta es solo la primera entrega de una serie de 14 sobre las mamografías. Existe tanta confusión, además de tantos intereses económicos y corrupción de manos de una industria millonaria. Como con cualquier decisión importante que tenga que ver con la salud, necesitas conocer todos los riesgos y beneficios para poder tomar tus propias decisiones informadas.
Las mamografías son súper necesarias!! Sin ellas, muchas de nosotras no estaríamos hoy aquí.
Hay que proteger nuestra sanidad pública, para que se sigan haciendo cribados anuales de esta prueba y no solo cuando tengas síntomas, ya que puede ser muy tarde.
Un saludo y abrazo a todas
No es cuestión de lemas ni de hooliganismo, sino de reflexión y la pregunta del Dr. Greger, basada en estudios científicos sobre enfermas de cáncer que se hicieron mamografias, sigue ahí: ¿Es posible que las mamografías no salven tantas vidas como pensamos? Le dejo este otro enlace: https://nutritionfacts.org/es/2021/10/12/es-posible-que-las-mamografias-no-salven-tantas-vidas-como-pensamos/