La fuente destruida por el Ayuntamiento de Majadahonda en la Plazoleta de Santa Catalina (abajo a la izquierda) pasa a formar parte del recuerdo de los majariegos

JULIA BACHILLER. Son escasos los lugares de Majadahonda que guardan el encanto del paso del tiempo, unas veces debido al comportamiento incívico de los vecinos y otras por las decisiones mal tomadas por parte del Ayuntamiento al modificar o destruir el lugar. Ya ocurrió la pasada legislatura con la Casa de la Radio Argentina, un lugar histórico que fue destruido por la piqueta del concejal de Urbanismo, Ricardo Riquelme (PP), ignorante de su transcendencia y cuyo nombre pasará a los anales de esta ciudad por el desaguisado. En esta ocasión, la víctima ha sido la pequeña plazoleta junto a la Iglesia de Santa Catalina Mártir, un sitio al que recientemente hacíamos mención por la gente que allí se reunía y que lamentablemente con su comportamiento alteraban la convivencia de residentes y paseantes. Un grupo de personas deterioraban el lugar con su proceder realizando el llamado “botellón” y ensuciaban la zona desperdigando los restos del mismo por el lugar, además de causar daños a la discreta fuentecilla de sencillo diseño que decoraba el lugar.


Julia Bachiller

Julia Bachiller

A día de hoy sorprende comprobar la decisión tomada por el Ayuntamiento con esta fuente, aunque no tanto si escuchamos como recientemente en el último pleno municipal celebrado este jueves 29 de octubre (2022) la concejal de Ciudadanos, Ana Elliot. Debatiendo la situación de las instalaciones de la piscina de Huerta Vieja, la portavoz naranja recriminó al gobierno municipal PP-Vox su proceder a la hora de demoler en lugar de rehabilitar todo aquello que consideran que se ha deteriorado por falta de mantenimiento, opinión que también el partido socialista compartía. 


Entre la falta de papeleras y el comportamiento incívico del «botellón» dejando los restos sin recoger han degradado una de las escasas zonas públicas del municipio propicias para el deleite y la contemplación

En esta ocasión de nuevo hay muestra de ello, como puede comprobarse en las imágenes que envían a MJD Magazin algunos vecinos del lugar, los cuales se han sorprendido al ver como la tradicional y ya emblemática fuente ha desaparecido, cuando en sus esperanzas albergaban su rehabilitación. El resultado no es otro que proporcionar más lugar de asentamiento para estos individuos que habitualmente usurpan los bancos que rodean el lugar, por lo que habrá que saber el motivo de dicho proceder, así como de quien ha sido la idea de llevar a cabo esta absurda obra de cegamiento y destrucción. Resulta lamentable comprobar como al final de una legislatura los vecinos no son testigos de unas mejoras del mantenimiento de la ciudad, ni de la creación de nuevas instalaciones dignas de mención. Y tras mucho escuchar la existencia de un superávit de 61 millones, este beneficio tan solo ha dejado proyectos incumplidos o no finalizados. Eso sí, el dinero se ha evaporado en muchos actos musicales para distraer la atención del transeúnte, para desgracia de los residentes que no pueden descansar. Y es que una vez más, el gobierno municipal hace realidad el viejo refrán que afirma: “Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces”.

Majadahonda Magazin