El cirujano taurino Daniel Vaca Vaticón presidió los actos de entrega de trofeos de la Feria de Majadahonda 2016 y pocos conocen que es quizás una de las primeras autoridades españolas en materia de sanidad dentro de las plazas de toros. Numerosos trabajos de investigación, estudios y entrevistas así lo atestiguan y Majadahonda lo acoge como uno de sus residentes, aunque él es de Portillo (Valladolid) y veranea en Almería. Al doctor Vaca le acompañaron además en el acto una buena parte de los aficionados y aficionadas taurinas de Majadahonda y MJD Magazin ilustra las sabias palabras de este médico con el testimonio gráfico que de ellos obtuvo durante el citado acto.
“El Norte de Castilla”, a través del periodista Angel Capellán, también lo entrevistó: «Nosotros deberíamos decidir el equipo médico de las plazas de toros», le declaró. Y lo argumenta: los festejos taurinos que dejan más heridos son los del alba «porque los corredores suelen salir bebidos y sin descansar». El doctor Vaca, o simplemente Daniel, como a él le gusta que le llamen en su pueblo natal, Portillo, ejerce como cirujano taurino en diversas plazas, sobre todo, en la Comunidad de Madrid y en la provincia de Guadalajara. Aprovecha sus vacaciones para recuperarse del «ataque de alegría que sufrió» en el preámbulo de la celebración de una fiesta, con motivo de su jubilación como cirujano de la Seguridad Social, en la que unos 200 compañeros de toda España le esperaban en el interior de la fortaleza de la villa portillana para reconocerle toda una trayectoria como profesional y personal.
¿Por qué decidió dedicarse en sus ratos libres a ejercer la cirugía taurina?
-Por afición. Siendo de Portillo, ¿a quién no le gustan los toros? Ya con catorce o quince años corría algunos encierros, y poco a poco me fui aficionando a la fiesta de los toros. En Madrid, donde resido, de niño me llevaban a las Ventas. Y precisamente a través de un amigo mío que, curiosamente era el anestesista de la plaza de toros de esa plaza y que iba con el doctor Máximo García de la Torre (padre del doctor Máximo García Padrós), me hice miembro de Sociedad Española de Cirugía Taurina y un día, a primeros de los noventa, me llamaron para cubrir un festejo taurino y hasta ahora, que llevo más de mil festejos.
¿Quién compone el equipo médico de una plaza de toros?
-Desde octubre de 1997, en las corridas de toros, novilladas picadas y en las de rejones es necesario que vayan dos cirujanos, un médico general, un anestesista y una enfermera. En el resto de los festejos, curiosamente cuando más peligro y cogidas hay, es obligatorio solo que vaya un cirujano, un médico general y una enfermera, nada más.Y nosotros deberíamos decidir el equipo médico, porque yo, personalmente, considero obligatorio un anestesista.
¿Qué influye para que haya más cogidas en un festejo popular?
-Influye la zona, el tipo de festejo, cómo se realice, el tipo de público que acude, los horarios y otras cuestiones como el alcohol, las drogas, las bravuconadas…
¿Qué tipo de lesiones más frecuentes se suelen producir por asta de toro?
-Estadísticamente, en los toreros profesionales, las cogidas más frecuentes se producen en los miembros inferiores por la parte anterior y en los corredores, también suelen ser en los miembros inferiores, pero por la parte posterior. Estas son las más frecuentes, aunque nosotros consideramos a un cogido por un toro como un politraumatizado.
Y prosigue: “Ligar todos los destrozos nos llevó más de dos horas, la cornada fue muy grave”. Como doctor que intervino a Morante en Huesca, Daniel Vaca concedió una entrevista a la revista “Aplausos” en la que detalló todos los pormenores de la operación. Se la realizó el periodista Íñigo Crespo, al que le confesó: “La cornada fue muy grave, Morante sangraba mucho porque el pitón rompió todos los músculos adheridos al fémur y a punto estuvo de atravesar el muslo como si se tratase de una cornada en sedal. El cuerno entró en el tercio medio del muslo izquierdo y llegó hasta el trocante mayor que se encuentra junto a la cadera. Los destrozos fueron tremendos. En esa zona hay muchos vasitos de arterias y venas; ligar todo nos costó más de dos horas puesto que hablamos de una zona muy amplia y muy profunda”. Son palabras del Doctor Daniel Vaca, responsable de la enfermería de la plaza de toros de Huesca, quien intervino a Morante de la Puebla de la gravísima cornada sufrida por su primer oponente. “Desde que lo cogió nos dimos cuenta de que la cornada era muy grave porque lo tuvo prendido varios segundos interminables”, subraya.
“El problema de una intervención así es la enorme cantidad de vasos que hay que ligar. Cuando se trata de cornadas que afectan a alguna de las arterias principales lo que se hace en la enfermería es una ligadura de urgencia para cortar y colocar unos puntos de referencia y a partir de ahí se le traslada a un hospital para aplicarle cirugía vascular”, explica el Dr. Vaca. “Le colocamos cuatro drenajes y le enviamos a la UVI del Hospital San Jorge donde ayer por la mañana su propio apoderado solicitó su traslado a la Clínica Quirón de Zaragoza. Su evolución fue buena, le tuvieron que poner sangre, cosa que ya sabíamos y ahora sólo toca esperar porque una cornada de estas características puede tener complicaciones incluso pasados varios días en forma de hematomas o infecciones”, sostiene.
Una de las aclaraciones que el doctor Daniel Vaca explica es la anestesia, dado que a la vista del parte médico se han hecho distintas interpretaciones. “El anestesista de nuestro equipo es el Dr. Velasco que es extraordinario y que durante más de cincuenta años ha estado en el Hospital Clínico”, expone, antes de puntualizar: “Nosotros utilizamos siempre que se puede anestesia local y luego una sedación profunda del paciente, que fue lo que hicimos con Morante. De este modo el paciente está sedado pero no intubado y posee respiración espontánea. Esto evita otros problemas que pueden presentarse en una operación”. Sobre este tipo de anestesia, el facultativo revela: “En el Congreso de Cirugía Taurina presentamos un trabajo sobre la anestesia y sedación que fue muy bien acogido”.
Cuando trató a Morante de la Puebla el torero llegó a la enfermería “consciente” e incluso a juicio del doctor Vaca “muy tranquilo, fue una cosa que me llamó la atención. Estaba sereno y se portó fenomenal antes, durante y después”. Sobre los plazos de recuperación, el facultativo opta por la prudencia. No cabe otra cosa que esperar y aguardar acontecimientos. “Todo lo que se hable de eso es especular”, asegura. “Si no hay complicaciones, que quiero dejar muy claro que se pueden presentar en cualquier momento porque estamos hablando de intervenciones muy delicadas, a lo mejor podría llegar a Ronda. Pero es aventurarnos y meternos en un terreno que nadie puede vaticinar. Mi opinión es la cautela y la prudencia”, concluye. Y Morante sigue toreando.