El escritor de Majadahonda Ramón Moreno López de Ayala y su nuevo libro sobre Leonardo Da Vinci

MANU RAMOS. «Leonardo da Vinci copió a los apóstoles Juan y Pedro para su obra de La última cena del Libro de Horas Sforza de Giovan Pietro Birago, artista de la corte milanesa donde ambos trabajaban». El desempleado de Majadahonda que emprendió una colección de novelas titulada «El sello de Dios» (www.sellodedios.com) publica, de manera independiente en Amazon, el cuarto título en apenas 2 años. Lo extraordinario de esto es que en cada novela Ramón Moreno López de Ayala revela «importantísimos misterios que hasta ahora habían permanecido durante siglos ocultos al entendimiento, a partir de que observara un milagro en el sol en su peregrinación al santuario Mariano de Medjugorje en 2016″, señala sobre su obra.


Comparativa de los apóstoles Pedro y Juan representados por Leonardo da Vinci (en medio) en La última cena a semejanza de las diferentes representaciones de Birago en el Libro de Horas Sforza: arriba, Pedro (con el cuchillo) y Juan en el Huerto de Getsemaní, y abajo los apóstoles Pedro y Juan en la santa cena. (The British Library Board (Add. MS 34294)).

El autor de Majadahonda desveló antes en otro libro el significado oculto de la enigmática firma de Cristóbal Colón y su verdadero rostro, después de 500 años de misterio. También que Leonardo da Vinci representó en La Virgen de las rocas una escena vivida por un fraile franciscano que fue arrebatado 8 veces al cielo, como dejó escrito en un manuscrito del siglo XV titulado ‘Nuevo Apocalipsis’ y que debe obligar al museo del Louvre de París y a la National Gallery de Londres a cambiar su título. Y dio nombre y apellido al conocido rostro del hombre universal de Leonardo da Vinci, también conocido como Hombre de Vitruvio. Ahora, en esta cuarta entrega de la colección de «El sello de Dios» titulada «El criptorretrato», además de descodificar el enigmático «Retrato de Luca Pacioli con discípulo», que era el profesor de matemáticas de Leonardo da Vinci en la corte milanesa, revela que el genio de Vinci copió para su obra maestra de La última cenalas figuras de los apóstoles Pedro y Juan. A estos, Leonardo los representó, en el refectorio del monasterio de Santa María de la Gracia, con los mismos atributos que lo había hecho en el Libro de Horas Sforza el iluminador de la corte milanesa Giovan Pietro Birago, cerca de 1490, mostrando a Pedro con encanada barba y un cuchillo, y a Juan con una belleza aniñada y andrógina. Y a juzgar por las imágenes, parece evidente que Leonardo da Vinci representó en la santa cena, terminada en 1498, al evangelista Juan y a Pedro, asiendo en su mano el mismo cuchillo, tal y como los ideó Birago. Sobre la mayor o menor semejanza comparativa de las imágenes, debemos añadir, además de la diferencia de estilos de ambos artistas, que, según los expertos, del mural de Leonardo hoy día solo podemos ver un 20% de la obra original.


Lámina del Libro de Horas Sforza, realizado por el miniaturista italiano de la Corte de Milán, Giovan Pietro Birago, representando al joven Juan (el Evangelista) y a Pedro con un cuchillo, ambos con libros, mientras Jesús reza en el Huerto de Getsemaní justo antes de ser traicionado por Judas, que le entregará para su crucifixión. (The British Library Board (Add. MS 59874)).

Esta revelación evidencia que la figura de san Juan no representaba a María Magdalena, como el escritor norteamericano Dan Brown hizo creer a través de su afamado bestseller mundial de El código Da Vinci, y del que vendió millones de libros en todo el mundo. Así pues, este escritor majariego contradice la teoría conspirativa y herética de Brown para establecer una verdad oculta por cinco siglos. Adviertan los lectores que Dan Brown tiene el mismo apellido que el escritor local, de nombre Ramón Moreno, pero en inglés. “Brown” significa ‘Moreno’. ¿Casualidad?… Nada en la colección de novelas de «El sello de Dios» es casual y todas las revelaciones que se presentan tienen relación, y para muestra un ejemplo: El iluminador del Libro de Horas Sforza, de quien Leonardo copió al joven y agraciado Juan (el Evangelista) y a Pedro (que etimológicamente significa ‘Piedra’), al cual había representado adormilado con un cuchillo bajo una montaña de piedras, mientras Jesús rezaba en el Huerto de Getsemaní, justo antes de la llegada de Judas con la guardia del templo para su arresto (antes de ser crucificado), se llamaba Giovan Pietro Birago, nombre que oculta el misterio desvelado, pues «Giovan» significa ‘Juan’ (que etimológicamente significa ‘Dios ha dado su gracia’, según Benedicto XVI en audiencia general de 5 de julio de 2006). «Pietro» significa ‘Pedro’ (‘Piedra’), y «Virago» significa ‘mujer varonil’, pues del hombre extrajo Dios a la mujer y por eso se llamó así. Por lo tanto, en el nombre del iluminador de la corte milanesa de los Sforza se escondía el misterio de los dos apóstoles copiados por Leonardo da Vinci: Juan (Giovan) y Pedro (Pietro), y la identidad confundida de la Virago ‘mujer varonil’ que generó tanto escándalo años atrás, al tomar la figura de Juan como la de María Magdalena e inventar una trama herética con ello.

Anunciación de Cristóforo de Predis en su obra Leggendario Sforza-Savoia, cerca de 1468, comparada con la realizada abajo por Leonardo da Vinci cerca de 1472.

Pero en este cuarto título de la colección de «El sello de Dios», llamado «El criptorretrato», no solo se revela que Leonardo copió a Birago las figuras de dos apóstoles (Pedro y Juan) para su última cena. También revela el antecedente de que Leonardo copió la composición de su obra conocida como La Anunciación del sordomudo artista milanés Cristóforo de Predis, inspirándose en la Anunciación con la que este iluminó su obra Leggendario Sforza-Savoia. Leonardo pintó La Anunciación alrededor de 1472, cuando vivía en Florencia, con apenas veinte años. Y Cristóforo de Predis pintó su Anunciación para iluminar su obra Leggendario Sforza-Savoia, realizada para conmemorar el enlace matrimonial entre el entonces duque de Milán, Galeazzo Maria Sforza y Bona de Saboya, acontecido el 9 de mayo de 1468. Leonardo debió conocer la obra de Cristóforo durante la embajada diplomática que en 1471 realizó Galeazzo Maria Sforza a la Florencia de los Médici con un deslumbrante séquito de 800 caballos

Nº 23 en la manga de la Virgen

Este fulgor de aquella embajada debió deslumbrar a todos, incluyendo a un joven Leonardo que, años después, en 1482, cuando contaba ya 30 años, decidiría trasladarse a vivir a la corte milanesa. La similitud de las composiciones y el paisaje de fondo tan diferenciador, con un murete que sirve de mirador al paisaje montañoso de la entrada de un puerto marítimo a una ciudad, así lo atestigua. Además, el escritor Ramón Moreno descubre en «El criptorretrato», entre otros, el símbolo numérico que Leonardo da Vinci escondió en el brazo de la Virgen de La Anunciación, en el que el pliegue iluminado de la manga del vestido esconde la cifra 23, y con la que se hace referencia al conocido salmo bíblico número 23: «El Señor es mi pastor, nada me faltará…».

Colección de novelas publicadas de «El Sello de Dios»

En la próxima entrega, la quinta de «El sello de Dios», bajo el título de «El misterio de La última cena», se descodificará esta afamada pintura del genio de Leonardo da Vinci y el mensaje que esconde dicha composición. Todo tiene relación con el plan de Dios para la salvación del hombre hasta el fin de los tiempos bíblicos profetizados. Y todo se está cumpliendo… Y es que ya lo dijo el biógrafo de Leonardo da Vinci, Giorgio Vasari (1511-1574), cuando lo tachó de «divino artista», porque en verdad su arte era divino… «Esperen a leer lo que revelarán las próximas novelas de «El sello de Dios», ¡cambiarán el mundo!», concluye su autor.

Majadahonda Magazin