Luis del Val

LUIS DEL VAL. Ya saben ustedes que en España hay más perros que niños. Creo que los niños menores de 14 años son aproximadamente 5 millones, mientras los perros llegan a los 7 millones y medio. Salgo bastante a pasear, porque como no creo que me vayan a seleccionar para las próximas olimpiadas, camino mucho. Entre hora y media y dos horas. Y veo a los dueños de los perros que sacan a pasear a sus mascotas. Bueno, algunos más parece que han sacado a pasear al perro y al móvil, porque al perro ni le miran. Hay un porcentaje de dueños de perro, ya mayores, que no llevan el móvil, y observan a su mascota, y se detienen, cuando el perro va a hacer alguna de sus necesidades fisiológicas, y le hablan, y le llaman por su nombre, y creo que se sienten acompañados. Eso representa ente el 15 y el 20% de perros que me imagino que son felices, cuando se acerca la hora del paseo. El resto de los perros, los que salen cuando su dueño/a saca el móvil a pasear, me parece que están muy frustrados, porque sus amos se dividen entre los que caminan sujetando al perro con la mano derecha y teniendo la vista fija en el móvil que sujetan con la mano izquierda, y los que llevan el móvil en la mano derecha y asen la correa del perro con la mano izquierda. Y tiran de él, sin saber si el perro huele, mea, olfatea un rastro o, sencillamente, se pone a cagar, acción para la que deben aplicar mucha determinación -me refiero a los perros- porque los del móvil se piensan que los cánidos pueden andar y cagar a la vez.


En el municipio en el que vivo, en Majadahonda, el ayuntamiento ha puesto dispensadores gratuitos de bolsas para recoger excrementos. Pero los que tienen la vista fija en el móvil, a veces, se detienen, pero nunca sabrán si su perro se está rascando una oreja o está llenando la acera de mierda. Estos dueños y dueñas -los he visto- cuando salen a pasear con sus parejas y se sientan en una terraza, suelen prestarle a su acompañante semejante atención a la que prestan a sus perros. Lástima que los perros no se enteren de este detalle, porque podría servirles de consuelo. Lea el artículo publicado en «La Región» de Orense este 21 de enero de 2022.

 

 

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