La cafetería del Cerro sobrevive al Covid gracias a un hostelero de hierro: «partido a partido»

MANU RAMOS. El hostelero que ha invertido en Majadahonda ha recibido 3 mazazos: los políticos y sus obras públicas que ahogan al pequeño comercio y a los contribuyentes con sus impuestos, la crisis económica de 2008 y la pandemia de 2020. Dos años antes de abrir ‘La Esquina del Calderón’, la familia Nahtani se hizo cargo de un local propiedad del Atlético de Madrid en el Cerro del Espino de Majadahonda. «Aquel bar solo funcionaba en días de partido», recuerda David, «y mis padres le dieron vida, les fue muy bien». En ese punto, una vez cosechado el éxito rotundo en la ciudad deportiva majariega, decidieron dejar de trabajar para el club e iniciar una aventura por su cuenta. Fue entonces cuando abrieron el nuevo restaurante, que se mantiene en pie hasta hoy y «por muchos años», sesea David. «Por aquí han pasado un montón de jugadores y directivos», comenta. «Esta era la sede de muchas peñas ‘Atléticas’ y el club siempre mandaba a alguien en sus aniversarios». Pero el derrumbe del histórico estadio obligó a David a despojarse de todo sentimentalismo y a cambiar el rumbo de su negocio.


Samuel Mtnez

El periodista Samuel Martínez R. cuenta en el diario «La Información» la historia de un hostelero que ha sobrevivido al Covid, a la crisis económica de 2008 y a las obras públicas con las que los políticos, en alianza con las constructoras, aplastan al pequeño y mediano comercio incluso en época de crisis económica y sanitaria con el dinero de los impuestos, que además pagan sus sueldos: «Tres ‘mazazos‘ y sigue vivo: el bar que se sobrepone al derrumbe del Calderón. Tras 20 años en las inmediaciones del campo, la cervecería de David Nahtani superó el ‘adiós’ del estadio, evitó caer durante unas obras públicas que lo invisibilizaban y, ahora, se mantiene pese a la pandemia». Y tira de memoria: «El Atlético de Madrid está en segunda división. Fernando Torres pone, por vez primera, un pie sobre el manto de césped del Vicente Calderón en un encuentro oficial, y la familia Nahtani, «que nunca se había dedicado a la hostelería», abre las puertas de ‘La esquina del Calderón‘ en la calle Virgen del Puerto, junto al río Manzanares y a pocos minutos del estadio. Los 16 años siguientes, su bar participará de los éxitos ‘colchoneros’ a ritmo de cervezas, platos y bocadillos; pero también de los sinsabores: «A fin de cuentas… ya se sabe lo que es ser del ‘Atleti'».

Sin embargo, todo eso terminó para este hostelero el 21 de mayo del 2017, cuando el equipo disputó el último partido a orillas del río para trasladarse al flamante Wanda Metropolitano. «Fue un auténtico mazazo«, reconoce David, «pero no ha sido el único». Tras la muerte de su padre, quien fundó el restaurante, varios contratiempos han amenazado la viabilidad del negocio, pero, cuenta, «nosotros nos hemos ido adaptando». Su bar es el mejor ejemplo —la viva imagen— del «partido a partido«. Pero no fue el caso de ‘La Esquina del Calderón‘, ni de algunos otros que se decantaron por seguir apostando por la zona. «Hemos pasado a ser un bar de fútbol, a un restaurante de barrio», desliza David. «El Calderón nos daba la seguridad de que con los 4 o 5 partidos al mes (entre Liga, Copa del Rey y Champions) podíamos ir funcionando». Cuando eso se desvaneció, tuvieron los suficientes reflejos como para darle un vuelco al local. Quitaron la mayoría de la decoración ‘rojiblanca’ —siempre «manteniendo la esencia», insiste—, modernizaron el mobiliario y ampliaron la carta. Eso les valió para atraer a un nuevo público entre las familias del barrio y entre los trabajadores de de Madrid Río. «También hay que tener en cuenta que nosotros siempre hemos dado comidas», subraya David, «muchos de los que solo ‘hacían barra’ para los días de fútbol lo tuvieron más difícil«.

Majadahonda Magazin