“Parada reglamentaria en Navacerrada. Brutales las puertas del Lamborghini Murciélago LP640”. El rally Majadahonda-Torrecaballeros (Segovia) que salía del restaurante majariego Panorama desató comentarios de todo tipo como el de José Lopez: “Brutal”. “Ha comenzado Rock and Road! Nuestra ruta Torrecaballeros Rally! Destino: las mejores carreteras de montaña! Os dejamos una pequeña muestra de lo que hemos reunido! Seguid atentos!”, decían los organizadores y Francisco Moreno Rodriguez lo corroboraba: “Fantásticos coches y el Murciélago una joya”. “A grandes rasgos la Rock & Road es un grupo de amigos abierto a quien quiera disfrutar de su deportivo. En este caso hemos participado en el Torrecaballeros Rally, una ruta en la que el objetivo es disfrutar al máximo y por supuesto hacerlo con cuidado y civismo, ya que al final no solo los que conducen tienen que disfrutar, también los demás usuarios de la vía han de hacerlo” decía la revista Car. Y el periodista Rafa López San Martín lo contó de esta manera:
“El punto de encuentro inicial se produjo en el Bar Panorama, situado en la localidad de Majadahonda. Ahí se dieron cita más de 25 exclusivos vehículos, a cada cual más impresionante. Después de un desayuno, nos dan los rutómetros y precedemos a salir hacia la sierra Madrileña. Primer destino, Navacerrada. No encontramos demasiado tráfico así que la ruta es muy fluida, delante llevo un Ferrari 430 Spider expulsando por los escapes un sonido celestial, así que ventanillas abajo y a deleitar a mis oídos. Como a la salida del Bar nos hemos desperdigado un poco, la parada de Navacerrada es ideal para hacer el reagrupamiento. Cuando llego allí ya hay unos cuantos participantes aparcados en el parking superior, así que esperamos al resto mientras los “poco usuales” coches captan las miradas de casi todo el que pasa por ahí. Ahora llega lo bonito, es lo que oigo antes de empezar a ver como todos se dirigen a sus respectivas máquinas. Esta parte de la ruta es la que se hace 100% por carreteras reviradas pero increíblemente preciosas, yo jamás había pasado del puerto de Navacerrada, pero después de esto creo que no me contentaré con dar la vuelta en el parking de la estación. Chapó por los que eligieron el recorrido.
Este “tramo” se hizo querer, pues entraron en juego varios factores que unidos mejoraron la experiencia de conducción. El primero es que íbamos muy relajados, lo cual es de agradecer ya que se trata de disfrutar y para correr ya existen los circuitos. El segundo es que este tipo de coches, por muy relajado que circules emiten un sonido espectacular, y si son 25 al mismo tiempo ¿para qué quieres la radio? Y el tercero es que el VW Passat All-track que yo llevaba (ya hablaré sobre él en otro artículo) se sentía como en casa por esas carreteras algo bacheadas, y ayudó a que me pudiera concentrar en todo lo demás. Esta ruta llegó a su fin en el pueblo de Torrecaballeros, donde procedimos a comer como unos señores en un hotel de la zona. Los coches quedaros expuestos para quien quisiera verlos mientras tanto en el parking. Daba gusto ver a los niños correr de coche en coche gritando “¡quiero este mamá!” Después de comer, de los cafés y pasar el momento “bajón” llegó el momento de poner rumbo a Madrid, esta vez ya por autopista y cada uno por su cuenta. Aunque existía la posibilidad de ver la final de la Champions en el Bar Panorama de Majadahonda, preferí oírlo de camino al pueblo. Este magnífico día se había terminado, pero esta ha sido la primera de muchas, y esperemos ver la evolución de este club que tanto potencial tiene.
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