El Mercadillo de Majadahonda este sábado 26 de septiembre (2020)
LIDIA GARCIA. «¡Deberían de hacer una visita al mercadillo de Majadahonda que como foco de infección no tiene precio! Hoy está a reventar, con control de aforo pero con gente de todas las localidades de Madrid». La opinión de María Climent expresada este sábado 26 de septiembre (2020) es solo un ejemplo de como se ve la pandemia de Covid 19 desde este popular lugar comercial que antes del coronavirus era el más visitado de la Comunidad de Madrid. Otros asistentes, sin embargo, piensan lo contrario: «Hoy he estado en el Mercadillo de Majadahonda y era una delicia verlo reverdecer de nuevo. No es ocioso recordar que ante esta epidemia, la responsabilidad individual es el mejor antídoto contra el virus: con mascarilla, distancia social y al aire libre se puede ir a cualquier lugar a comprar, si no queremos hundir la economía«, señala Mar Martínez, que envía además un vídeo de la «conferencia internacional de Médicos y Juristas desde Holanda» de la doctora Natalia Prego Cancelo para sustentar sus tesis:
La policía municipal controló los accesos
«En mi país, España, los centros de salud están cerrados, los ancianos aislados y los niños atemorizados. El otro día una niña decía en TV que con la máscara no podía respirar bien pero era mejor que morirse. ¿Quien ha introducido la idea de la muerte en sus pequeñas cabezas?». Y esta es la división de opiniones en un país que lo discute todo, que lo habla todo, que lo cuestiona todo. Para unos, lo prioritario es la salud y la responsabilidad colectiva. Para otros, lo fundamental es la subsistencia económica y la responsabilidad individual.
Obligatoriedad de limpieza de manos y mascarilla
Quizás ambos lleven razón o quizás ninguno. Es la tragedia que marca nuestro tiempo y que de momento (dos verdades que chocan, decían los griegos) ha dejado las fotografías de un soleado y espléndido sábado en Majadahonda. Uno más. Y seguro que no será el último. ¿Hasta cuando? De momento una cosa sí es segura: nadie lo sabe. Y hay que vivir estos días como si no existiera mañana. Así lo hacen ya las tres cuartas partes de la humanidad en Africa, Asia, América y Oceanía por otras razones que no son víricas sino solo para sobrevivir. Y quizás haya llegado el momento en Europa de aprender a vivir también así.
