JULIA BACHILLER. El Vicario Parroquial de Santa Genoveva Torres de Majadahonda ha anunciado este lunes 9 de agosto (2021) su traslado, que tendrá lugar el próximo mes de septiembre. El joven sacerdote Fernando de Cárdenas finaliza así su labor pastoral en nuestra ciudad, donde sin lugar a dudas deja un grato recuerdo, más acentuado en aquellos que integran la “Familia de Santa Genoveva”, como así definen a sus parroquianos, pero también en los que de una manera u otra hemos tenido el placer de conocerle. En su despedida deja unas emotivas palabras que dicen así: ”Peregrinar nos enseña que la vida es también un camino hacia una meta: la santidad. Y, como en todo peregrinar, en este camino de la vida también hay etapas. Os escribo estas líneas para anunciaros que termino una etapa preciosa entre vosotros, una etapa que ha durado 7 años en la que me habéis hecho crecer enormemente y que he disfrutado muchísimo gracias a vosotros. Una etapa en la que me he sentido muy querido y de la que sin ninguna duda puedo decir que han sido hasta ahora los años más felices de mi vida, en la que me he encontrado personas maravillosas que han caminado junto a mí, con las que he fraguado una amistad verdadera y para siempre». Una etapa llena de desafíos apasionantes que el Señor me ha ido poniendo por delante y que, con mis torpezas e inexperiencia, he afrontado de la mejor manera que he sabido”.


La carta la acompaña con su recuerdo y agradecimiento: “Siento una pena muy grande al tener que dejaros. Esta pena la considero algo bueno, pues lo contrario no sería un buen síntoma. Llegué a Santa Genoveva con tan solo 24 años siendo seminarista y sin ninguna experiencia. Vosotros me habéis enseñado a ser sacerdote. Por eso, mi sacerdocio para siempre será al estilo PSG, porque es aquí donde me he convertido en el sacerdote que soy. Pena al dejar una parroquia a la que durante estos 7 años he tratado siempre de amar con pasión en cada momento y en cada uno de vosotros. Ese ha sido mi mayor empeño: quereros a cada uno con todo el corazón. Desde que fui ordenado en abril del 2016 hasta hoy, he compartido con vosotros alegrías y tristezas, aciertos y equivocaciones, éxitos y fracasos… Como dice San Agustín refiriéndose al sacerdocio, me he hecho padre para vosotros, pero hermano y amigo con vosotros y por eso ahora me cuesta tanto dejaros, porque os he conocido y os quiero a todos muchísimo”.

Y concluye con un sentimiento repleto de sinceridad: “Santa Genoveva será para siempre mi parroquia”. Y un deseo: “que me guardéis siempre en vuestra oración, encomendéis mi nueva misión y que acojáis y queráis tanto como a mí a quien venga a serviros en mi lugar. Que sigáis construyendo Santa Genoveva, en todos los sentidos, formando una piña con el Padre David, al que agradezco de corazón todos estos años de trabajo compartido”. Y para finalizar expresa que “humildemente os digo que siempre y en todo lugar mi intención ha sido serviros lo mejor que sé y llevar hasta vosotros el amor del Corazón del Señor. Es lo que he tratado de hacer en todo momento. Pero, siendo muy consciente de mi debilidad y de mis pobres capacidades, pido perdón al Señor por mis pecados y mis equivocaciones y también pido perdón a aquellos que se hayan sentido desatendidos o, incluso, no debidamente tratados por mí. Por otra parte, todo lo bueno que haya podido hacer no lo consideréis mérito mío, sino del Señor, que como dice mi lema sacerdotal: “No soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mí” y es Él el que hace su obra a través de mis pobres manos”.

Por otra parte el Padre David Benítez, párroco de Santa Genoveva, con unas sentidas palabras se debate entre la despedida de un buen compañero y amigo, y la bienvenida del sacerdote que le sustituirá: ”Como el Padre Fernando dice en sus palabras, la vida de un sacerdote tiene etapas, es un camino. Muchas veces os decimos que los curas somos los que estamos de paso en vuestra parroquia, y así es. Pero no por sabido es menos difícil para mí este momento de la separación de este equipo sacerdotal que tantos y tan buenos frutos ha dado a lo largo de estos años”. A lo que añade: “Siento una gran tristeza por ello, pero a la vez una gran alegría, porque el joven que llegó hace 7 años se ha convertido en un gran sacerdote con la experiencia suficiente para prestar su servicio en otros lugares. Y eso es mérito de todos los que formamos la familia de Sta. Genoveva”. Por último, señala un sentimiento muy humano que en ocasiones olvidamos atribuir a los sacerdotes: “Doy gracias a Dios por el ministerio del Padre Fernando, que ha ayudado a tantas personas de la parroquia, y a mí el primero, a ser un mejor sacerdote y párroco. Puedo juraros que sin él no habría llegado hasta aquí. Los feligreses de la parroquia y la forma en que la sentís como vuestra, sois la prueba de que el Padre Fernando y yo hemos compartido muchas cosas buenas y grandes alegrías, personales y sacerdotales; también hemos tenido nuestros malos momentos evidentemente”.

Para finalizar reitera así su agradecimiento: “Como le he dicho más de una vez personalmente en estos días, y desde la confianza que tenemos: gracias “Fer” por tanto y perdón delante de todos, por todo lo que me he equivocado. Sé, y quiero compartirlo con todos, que han sido los mejores años de la parroquia hasta ahora y desde luego los mejores años de mi sacerdocio. Gracias por tu disponibilidad, servicio y paciencia conmigo; por tu amistad”. La tristeza de una despedida en esta ocasión viene acompañada de una bienvenida: “También os pido, como el Padre Fernando nos ha dicho, que acojáis y queráis tanto como a él a quien vendrá a serviros en su lugar. Se trata del Padre Carlos Pérez Criado, un sacerdote joven que lleva sólo un año ordenado. Rezad desde ya por él y por su ministerio entre nosotros y ayudadle a que también se convierta, con el pasar del tiempo, en un gran sacerdote. Ambos necesitaremos de vuestra ayuda”. Y para finalizar apunta: “El Padre Fernando termina sus palabras citando su lema sacerdotal, yo quiero hacerlo citando el mío: “Sé fiel hasta la muerte y recibirás la corona de la vida”. Esa corona es la que el Padre Fernando nos ha ayudado a buscar siendo fiel. Recordad, como digo siempre, que la fidelidad es el nombre del amor en el tiempo; el del Padre Fernando entre nosotros terminará pronto, como lo hará el mío cuando Dios y la Iglesia a la que amamos tanto, dispongan”.

 

Majadahonda Magazin