«Discutir las opiniones ajenas sin respeto puede generar conflictos innecesarios y agravar las diferencias. En lugar de fomentar un intercambio constructivo de ideas, este tipo de confrontación puede llevar a la incomprensión y el distanciamiento entre las personas. Al atacar o desacreditar las ideas de otros, se corre el riesgo de cerrar el diálogo y de polarizar más las posturas, lo que dificulta llegar a acuerdos o puntos en común. El respeto en el debate no solo previene estos conflictos, sino que también abre la puerta a la reflexión y a la posibilidad de cambio y evolución personal»

REGINA BUENDIA. El respeto a las ideas de los demás, aunque no coincidan con las nuestras, es fundamental para una convivencia armónica y constructiva. Escuchar y valorar perspectivas diferentes enriquece el diálogo, fomenta el aprendizaje y fortalece la empatía. No todas las personas piensan igual, y esa diversidad de opiniones es esencial para el crecimiento personal y social. Respetar no significa necesariamente estar de acuerdo, sino reconocer el derecho de cada individuo a expresar su visión del mundo. Solo a través del respeto mutuo se pueden encontrar soluciones colaborativas y se construye una sociedad más justa y tolerante. Discutir las opiniones ajenas sin respeto puede generar conflictos innecesarios y agravar las diferencias. En lugar de fomentar un intercambio constructivo de ideas, este tipo de confrontación puede llevar a la incomprensión y el distanciamiento entre las personas. Al atacar o desacreditar las ideas de otros, se corre el riesgo de cerrar el diálogo y de polarizar más las posturas, lo que dificulta llegar a acuerdos o puntos en común. El respeto en el debate no solo previene estos conflictos, sino que también abre la puerta a la reflexión y a la posibilidad de cambio y evolución personal. En conclusión, el respeto hacia las ideas de los demás y la manera en que abordamos las diferencias de opinión son pilares fundamentales para el crecimiento colectivo y personal. Solo a través del diálogo respetuoso y la apertura mental podemos construir puentes, aprender de los demás y fomentar una convivencia más pacífica y enriquecedora. Discrepar es natural, pero hacerlo con respeto es lo que nos permite avanzar como sociedad.

El Rincón de Pensar: cabecera, obra de la calígrafa Elena Chinarro Molina, vecina de Majadahonda, ilustradora del primer ejemplar de la Constitución colaborando con aquel genio que fue Luis Moreno

¿QUIÉN INVENTÓ LA PÓLVORA?. Resulta difícil fijar con exactitud la época de la invención de la pólvora; ni siquiera la de su aparición en los campos de batalla como causa eficiente de la artillería. Sobre este asunto se ha escrito muchísimo, pero generalmente con muy poco provecho y notoria falsedad, siendo copiosas las fábulas y leyendas que han contribuido a aumentar la confusión. Sin embargo, conviene consignar entre los datos más dignos de tener en cuenta, ciertos documentos convertidos a fines del siglo XVIII por los padres jesuitas de las misiones de China, en las que se señala el uso de la pólvora en aquel país, antes del siglo VIII de nuestra era. Tan remota antigüedad no parece excesiva para algunos autores; y apoyándose en los libros de los Vedas,y de los Agui-purana, nos dicen que la pólvora fue inventada por Wismarkamar, arquitecto de Vichnú. Por otra parte, los Códices indios, traducidos al inglés por orden del gobernador de Bengala, general Warren Hastings, dan como verídica la leyenda de que Alejandro Magno, en su gloriosa incursión hacia las márgenes del Hidaspes, había sido cañoneado por las fuerzas de Poro. No faltan también escritores entusiastas, como Visdelon, que bajan mucho en antigüedad, y fijan el siglo X de nuestra era, como fecha en la que se usaban cañones en China. Como contradicción evidente, citaremos el famoso libro de Marco Polo, que corresponde a las postrimerías del siglo XIII (1293) donde se describen las armas y los combates de los chinos, presenciados por el intrépido viajero, y donde no se habla más que de arcos. y flechas. Otra opinión también muy extendida, es la que atribuye a los árabes la invención de la pólvora. Autenticas o falsas, de todas esas versiones solo podemos inferir , que recién a principios del siglo XIV se produjo el conocimiento exacto del poder de este terrible agente, que de manera tan importante debía de influir en la marcha de la sociedad haciendo variar por completo el arte de la guerra. Todo esto, forma parte de la historia. Ahora, hay otra arma más terrible que la pólvora: la explosión nuclear que , de usarse, volveríamos a las hondas y la piedra.

El Rincón de Pensar de Regina Buendía (MJD Magazin)

ADIVINANZAS. Hoy, no voy a poneros tres adivinanzas; os contaré una historia y una sola adivinanza: Esta es una adivinanza popular creada a partir del mito y del enigma de Edipo. Según la mitología, Edipo fue hijo de Layo y Yocasta. Antes incluso de nacer, se le augura una vida desgraciada: el oráculo de Apolo en Delfos había comunicado a Layo que el hijo nacido de su esposa estaba destinado a matar a su padre. Cuando nació la criatura, Layo la entregó a un pastor para que lo llevara al Monte Citerón. Este lugar era un paraje frecuentado por pastores. Un pastor de nombre Melírope, lo encontró allí y lo entregó a los reyes de su país, Pólibo y Mérope, los cuales lo criaron como si fuera su propio hijo. Cuando Edipo creció, visitó el oráculo de Delfos para conocer su destino. Éste le informó que su destino era matar a su padre y casarse con su propia madre. Alarmado por este vaticinio, decidió abandonar a los que él consideraba sus verdaderos padres. Huyó, y en su camino se encontró con Layo, en un cruce; Al no querer cederle el paso, se produjo un incidente que acabó con la muerte del rey. El oráculo empezó a cumplirse. En su huida, llegó Edipo a Tebas donde la Esfinge tenía aterrorizada a la población con sus constantes enigmas, y devoraba a aquellos que no sabían resolverlos. Le planteó el siguiente enigma a Edipo: «¿Cuál es el ser que tiene cuatro pies por la mañana, dos al mediodía y tres por la noche, pero que, contrariamente a la generalidad de los seres existentes, es tanto menos rápido cuantos más pies? Edipo descubrió el enigma y la Esfinge se precipitó suicidándose desde una roca. Como premio por haber resuelto el enigma, los tebanos le entregaron en matrimonio a la reina viuda, Yocasta. Así se cumplió el vaticinio que Edipo trató de evitar. La adivinanza: ¿Qué animal es el que anda, de mañana a cuatro pies, a mediodía con dos, y por la tarde con tres?. La respuesta, al final.

Del pergamino al ordenador: solo 6.000 años de antigüedad de la escritura frente a los 2 millones de años que tiene el «Homo Habilis» o a los 350.000 años del «Homo Sapiens«

LA ESCRITURA, UN «INVENTO» DE SOLO 6.000 AÑOS DE ANTIGUEDAD. En el Rincón de Pensar anterior, prometí hablaros de la Escritura y su maravillosa aventura. He consumido mi espacio en el Magazin, pero, cumpliré mi promesa, aunque solo sea para apuntar el inicio y lo haré de la mano del escritor francés Georges Jean. “Aunque los hombres nacen y mueren desde hace miles de años, solo escriben desde hace 6.000”. “Existen desde hace miles de años numerosos medios para transmitir mensajes a través de dibujos , signos e imágenes. Pero la escritura propiamente dicha no existe sino a partir del momento en que se constituye en un conjunto organizado de signos o de símbolos, gracias a los cuales los usuarios puedan materializar y precisar claramente todo lo que piensan y sienten o saben expresar. Un sistema semejante no se elabora en un solo día y la historia de la escritura es una historia, larga, lenta y compleja. Una historia que se confunde con la de los hombres, una novela apasionante, de la cual nos faltan, aún hoy día, algunas páginas. Todo empieza entre el Tigris y el Eufrates en Mesopotamia. Esta región de Oriente Medio, que se extiende desde el Golfo Pérsico a Bagdad , estaba entre el sexto y primer milenio antes de nuestra era, repartida entre el país de Sumer, al sur, y el país de Akkad, al norte. No se pueden llevar registros de cuentas oralmente. Por esta razón, totalmente prosaica, nació la escritura“, (Continuará). La respuesta a la adivinanza: El hombre. (Como respondió Edipo al enigma de la Esfinge: el hombre utiliza cuatro pies mientras anda a gatas y tres en la vejez por usar bastón).

 

Majadahonda Magazin