Montesquieu (1689-1755) «resucita» y habla en profundidad de los principales temas de actualidad en España y Europa: «la ciudadanía y la prensa libre garantizan que la concentración de poderes sea cuestionada y corregida»

MIGUEL SANCHIZ. Charles-Louis de Secondat, barón de La Brède y Montesquieu (1689-1755), fue un pensador ilustrado francés conocido por sus contribuciones a la teoría política. Su obra más destacada, «El espíritu de las leyes«, ha dejado una huella duradera en la filosofía política. Montesquieu abogaba por la separación de poderes como salvaguarda contra el abuso de autoridad, influenciando la redacción de constituciones modernas. El pueblo, en general, no ilustrado, poco había oido hablar del tal Montesquieu. Fue el histórico socialista Alfonso Guerra quién lo sacó a relucir a finales del siglo XX al proclamar en España que «Montesquieu ha muerto«, frase que él siempre ha negado y en cualquier caso matizado, pero desde entonces, el barón de La Brede y Montesquieu está en boca de todos. De ahí la pertinencia de esta Entrevista Imposible que se publica este mes de enero de 2024, a los 335 años de su nacimiento y 269 años de su fallecimiento. Y es que hay cosas que ocurren y se piensan hace 2 y 3 siglos pero siguen estando de vigente contemporaneidad.


Entrevista Imposible de Miguel Sanchiz

Buenas tardes, Señor Baron, es un honor tenerlo con nosotros hoy. Comencemos por el tema de actualidad: la Unión Europea. ¿Cómo ve usted la evolución de este proyecto de integración europea?. Montesquieu: La Unión Europea es un experimento audaz que busca superar las rivalidades históricas entre naciones. Sin embargo, es crucial mantener un equilibrio entre la centralización y la autonomía de los estados miembros para preservar la diversidad cultural y la participación ciudadana. Siguiendo con los desafíos actuales, ¿cómo debería abordar Europa la cuestión de la desigualdad social y económica?. Montesquieu: –La desigualdad es una amenaza para la estabilidad social. Europa debe implementar políticas que promuevan la equidad, como impuestos progresivos, acceso igualitario a la educación y medidas para garantizar salarios justos. La cohesión social es esencial para el bienestar a largo plazo.

¿Cómo considera que la separación de poderes puede aplicarse en el contexto europeo actual?
Montesquieu: –La separación de poderes sigue siendo fundamental para evitar la tiranía. En el ámbito europeo, es esencial garantizar que las instituciones ejecutivas, legislativas y judiciales actúen de manera independiente y se controlen mutuamente para salvaguardar la libertad y la justicia. En la actualidad, observamos la importancia de mantener este equilibrio en la toma de decisiones y en la salvaguardia de los derechos individuales. Las instituciones europeas deben ser transparentes en sus procesos y responsables ante la ciudadanía. Además, la independencia judicial es esencial para asegurar que las leyes se apliquen imparcialmente, protegiendo así los principios fundamentales de la democracia. La aplicación de la separación de poderes también implica que el poder ejecutivo no debe interferir indebidamente en las funciones legislativas y judiciales. La participación activa de la ciudadanía y una prensa libre son herramientas cruciales para garantizar que los poderes se mantengan separados y que cualquier intento de concentración de poder sea cuestionado y corregido. En resumen, la separación de poderes sigue siendo una piedra angular para la estabilidad y la justicia en Europa, y su aplicación rigurosa es esencial para salvaguardar los principios democráticos en el mundo contemporáneo.

¿Cuál es su opinión sobre el auge de los movimientos populistas en Europa y cómo se podrían contrarrestar?. Montesquieu: –Los movimientos populistas pueden surgir cuando hay descontento. La respuesta adecuada implica abordar las preocupaciones legítimas de la población mediante un diálogo abierto y políticas inclusivas. Además, fortalecer las instituciones democráticas y promover la educación cívica puede contrarrestar la manipulación populista. En relación con la seguridad, ¿cómo podría Europa abordar las amenazas cibernéticas y garantizar la protección de la información?. Montesquieu: –La seguridad cibernética es crucial en la era digital. Europa debe invertir en tecnologías avanzadas y colaborar en la formulación de normas internacionales para proteger la privacidad y prevenir ciberataques. La cooperación entre países es esencial para hacer frente a estas amenazas transnacionales.

Pasando a la diplomacia, ¿cómo cree que Europa debería gestionar las relaciones con potencias globales como China y Estados Unidos?. Montesquieu: –Las relaciones internacionales deben basarse en el respeto mutuo y la cooperación. Europa debe buscar un equilibrio entre sus intereses y valores, fomentando el diálogo y la colaboración en áreas de interés común, al tiempo que defiende sus principios fundamentales. En cuanto a la crisis de los refugiados, ¿cómo podría Europa trabajar hacia soluciones más sostenibles y humanitarias?. Montesquieu: –La crisis de los refugiados requiere solidaridad y compasión. Europa debe liderar esfuerzos para abordar las causas fundamentales de la migración, al tiempo que mejora las políticas de acogida y garantiza la protección de los derechos humanos de los refugiados ¿Cuál es su perspectiva sobre la autonomía de las regiones dentro de los estados europeos y cómo deberían abordarse las tensiones separatistas?. Montesquieu: –La autonomía regional puede fortalecer la diversidad cultural, pero debe equilibrarse con la unidad estatal. Es esencial buscar soluciones dialogadas para abordar las tensiones separatistas, asegurando que las aspiraciones regionales se expresen dentro del marco legal y constitucional.

En relación con la integración social, ¿cómo puede Europa gestionar la diversidad cultural y religiosa de manera inclusiva?. Montesquieu: –La diversidad es un activo, pero requiere políticas que fomenten la integración y el respeto mutuo. La educación intercultural, la promoción del diálogo y la protección de la libertad religiosa son fundamentales para construir sociedades inclusivas y armoniosas. ¿Cómo podría fortalecerse la legitimidad democrática de las instituciones europeas y aumentar la participación de los ciudadanos?. Montesquieu: –La legitimidad democrática se basa en la participación ciudadana. Europa debería fortalecer los mecanismos de representación directa, como las elecciones europeas, y garantizar una comunicación transparente y accesible para acercar las instituciones a los ciudadanos. Finalmente, ¿cómo ve usted el papel de la juventud en la configuración del futuro de Europa y qué medidas podrían tomarse para involucrar más a los jóvenes en la política?. Montesquieu: –La juventud es el motor del cambio. Fomentar la educación cívica desde temprana edad, ofrecer oportunidades de participación activa y escuchar sus preocupaciones son pasos cruciales. La inclusión de la voz juvenil en la toma de decisiones garantizará una Europa más dinámica y justa en el futuro.

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