MIGUEL SANCHIZ. Esteban Hernando se define como «genéticamente emprendedor, tozudo, dinámico, comprometido y gordito» al tiempo que confiesa que «desarrollo mi experiencia empresarial a través de múltiples empresas, todas tecnológicas, aportando experiencia de 20 años en la creación desde cero de valores de mercado y sostenibilidad empresarial. Y en mi tiempo libre disfruto de mi familia y de esto mismo». Esteban se ha propuesto «cambiar el mundo y nadie me podrá convencer de que no soy capaz o que pierdo el tiempo. Soy consciente de que moriré en el intento, pero me iré con la sonrisa de haberlo intentado y casi logrado. Otro pierden el tiempo viendo la tele ¿no?». Por eso la definición que más le gusta es la de «CEO en múltiples proyectos de Tecnología orientada a cambiar el mundo».

Esteban, ¿qué respuesta tienes a tus acciones? –El mundo necesita un verdadero cambio social, la comunicación y la educación es la piedra angular de las sociedades europeas y aunque los modelos están obsoletos y cada vez los medios son más «felacientes” y la educación más “crealelos”, las personas que creemos en un mundo diferente necesitamos hacer cosas diferentes. Poseo un conjunto de herramientas, un ecosistema, creado por mi equipo para poco a poco interferir en el modelo comunicativo y conseguir que la información real llegue a la gente real. Es simple de entender y una labor titánica de hacer. Esto es nuestro grupo de comunicación. Nuestro actual éxito solo tiene un secreto… Trabajamos como los que más y todo lo que ganamos lo reinvertimos en el proyecto. En septiembre del 22 tendremos un cuarto estudio de realidad virtual con 70 m2. La apuesta es muy fuerte, la respuesta social es impresionante. Has introducido tecnología de manera que incluyes vídeos ¿cómo funciona esta técnica? –La gente joven oye y ve todo a alta velocidad, ¿cómo pretendes que lean?. Su cerebro y sentidos necesitan otros estímulos. Esto es lo que hacemos. Excitar correctamente la capacidad cognitiva de la gente que nos ve y sigue para que no tenga la sensación que saber lo que pasa en su entorno les cuesta mucho esfuerzo.

Tienes una TV de Madrid con fantásticos estudios en Fuenlabrada, doy fe de ello, ¿qué opinas de la TV como sistema de comunicación? –¿La tele? ¿Qué tele?. La de los de siempre, ¡pregúntales a ellos!. La de los que siempre mandaron en la opinión publica y ahora no pueden está muerta y la están ahora mismo enterrando. La tele era una herramienta unidireccional de ordeno y mando, creadora de ideologías de masas y promotora y destructora de gobiernos y sistemas democráticos. Ahora los contenidos son bidireccionales y reactivos, una gran oportunidad para proyectos como el mío, con conciencia y consciencia social, pero una poderosísima herramienta para el poder, donde puede, si quiere, manipular persona a persona el mensaje, sin tener como colectivo consciencia de ello. Los medios y su papel como control al poder, poder fáctico o cuarto poder de la democracia, se diluye… Esto hay que entenderlo y por supuesto acotarlo. ¿Cómo? Con conocimiento y acceso a él. Fuera de los poderes establecidos. Interfiriendo los interfaces analógicos de nuestros sentidos con el mundo monopolista de los de siempre. Incluido las BigTech

Quieres cambiar el mundo para que sea ¿cómo el de Aldous Huxley? –Perdona Miguel, no sé quien era Aldous Huxley, no me gusta leer. Pero sí te explico el mundo que yo veo. La inteligencia humana se desarrolla en función de muchos parámetros, entre ellos la necesidad de ir hacia una evolución. El ser humano no está creado o programado para estar inmóvil en la sociedad, necesita crear, aprender, valorar, desarrollar, empatizar, relacionarse… Necesita crear un ecosistema para con otros que nos identifique como animales sociales y que ponga en valor el concepto de la inteligencia que como colectivo desarrollamos. Al igual que cuando programas nodos de Inteligencia Artificial, cada uno de ellos responde en función de unos parámetros que desarrolla él mismo y que tienen que ver con un aprendizaje especifico. Cuando lo ponen en común… magia. Esto mismo es lo que necesitamos aprender hacer como colectivo. Segunda parte: «Necesitamos fabricas de libre pensamiento, de creación, de análisis común, fábricas de enlazar cerebros»