joseJosé Luis Peñas, ex concejal del PP en Majadahonda, era el íntimo amigo de Correa, el capo de la trama Gürtel. Acaba de comenzar la promoción de su libro “Uno de los suyos. Confesiones del delator del caso Gürtel” (Península) y ha concedido entrevistas a Cambio 16, Europa Press, Efe, Infolibre y Voz Populi. En ellas menciona Majadahonda y reproducimos textual a integramente para los lector@s de MJD Magazin estas alusiones: “José Luis Peñas pasó, en pocos años, de funcionario del Ayuntamiento de Madrid a concejal en uno de los bastiones del PP, Majadahonda. Allí conoció a Francisco Correa, entonces uno de los hombres mejor relacionados de España, alguien que igual se reunía con Aznar, la mano derecha de Emilio Botín o Florentino Pérez. Durante esos años, Peñas se convirtió en su colaborador, su cómplice. Presenció las miserias y negocios turbios de otros, como Francisco Granados. En ese momento lo defendían todos -Cristina Cifuentes, Esperanza Aguirre, Mariano Rajoy- y Luis Bárcenas montaba en cólera porque ni un euro de los negocios de Correa iba a parar a Génova”, le dice a la periodista Karina Sainz Borgo.


joseEn la otra entrevista, el periodista Iñigo Aduriz lo define así: “Fue concejal del PP en Majadahonda, pero sus discrepancias con el partido le costaron una expulsión, por lo que José Luis Peñas (Madrid, 1964) decidió fundar otro. Era 2005 y en el nacimiento de esa nueva formación contó con la ayuda de quien entonces era un empresario de éxito, Francisco Correa. Una conversación que le escuchó al que después se ha considerado el cabecilla de la trama Gürtel levantó sus sospechas. Decidió grabar las conversaciones de Correa durante dos años y después denunciarlo, dando pie a una de las investigaciones por corrupción ligadas al PP más graves de los últimos años. Los detalles de ese periplo los cuenta en el libro Uno de los suyos (Península, 2016). Peñas narra las miserias y las oscuras relaciones que existen a veces entre el empresariado y la política”.

joseEn la agencia Europa Press mencionó Majadahonda en estos pasajes: “El exconcejal de Majadahonda José Luis Peñas, conocido por destapar el caso Gürtel tras presentar una denuncia en 2007, ha asegurado que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, era «una más de la pandilla de Génova intentando no sacar los trapos sucios«, instándole en algún momento a hacer una especie de «retiro espiritual» para mirar hacia otro lado. «Dimitió días antes de que imputaran a su delfín», ha agregado en alusión al expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González, investigado por su ático de Estepona. Sobre el exjefe del Gobierno madrileño, dice que le dio instrucciones para un pliego de condiciones relativo a la venta de unas parcelas en Majadahonda. «Habló con Arganda y al parecer de Arganda sale un ático y tendrá que defenderse en los tribunales y sobre todo pagándoselo él», ha señalado.

31En la entrevista con la agencia Efe, Peñas declara: «El delator de Gürtel: «Tengo más enemigos que Bin Laden». José Luis Peñas, exconcejal del PP en Majadahonda, se pasó dos años grabando conversaciones sobre la trama. Con la grabadora en el bolsillo de su camisa, registró mordidas, regalos a políticos como Francisco Camps y Rita Barberá y menciones a Esperanza Aguirre o Mariano Rajoy. Decenas de horas que en 2007 entregó a la Fiscalía y supusieron el germen de la investigación de la red corrupta. En una entrevista a Efe, celebrada muy cerca de la sede del PP de Génova donde hace años entraba y salía a todas horas -era, dice, uno de los pocos con acceso libre como asesor del partido-, Peñas desgrana algunos aspectos de este libro, una mezcla de «Torrente» y «El Padrino».
Jose_Luis_Penas-exconcejal_de_Majadahonda-Trama_Gurte_MDSIMA20160315_0034_14-Le sugiero un nuevo título para el libro: «Sexo, mentiras y cintas de vídeo». ¿Qué le parece?
– Sin duda. Los personajes que aparecemos, yo incluido posiblemente, somos arquetipos. Francisco Correa es un arquetipo que funciona en España y en muchos sitios del mundo. Es un tipo hecho a sí mismo, eso lo decía siempre, y profundamente machista. Ellos se pueden ir de putas todos los días, pero si tu mujer mira a un tío en la tele que está más cachas que tú, la pegas dos hostias. Así eran.
Describe a Correa como un misógino acomplejado cegado por la ambición. Cuénteme más virtudes.
– Era una persona con muchas carencias afectivas y cuando tuvo mucho poder y dinero se produjo una conjunción: miraba a todo el mundo por encima. Se podía permitir el lujo de tirarle un billete de 500 euros al suelo a un camarero para que lo cogiera o de coger a una prostituta, hacerle un análisis de sida, encerrarla en un hotel durante veinte días y llevarse la llave. Tenía una sensación de impunidad absoluta.
Deja caer que Cristina Cifuentes sabía de los tejemanejes.
– No es que supiera de la trama. A ninguna persona de Génova le interesaba el escándalo y cuando denunciamos la corrupción en Majadahonda nos dijo la obviedad que decían todos: «Calmaos, meteos en el congelador un par de añitos». Es la idiosincrasia de las sectas de los partidos.

libroY la propia editorial Península hace esta semblanza en su web: “Pasó, en pocos años, de funcionario del Ayuntamiento de Madrid a concejal en uno de los bastiones del PP, Majadahonda, donde conoció a Francisco Correa, entonces uno de los hombres mejor relacionados de España. Fue su colaborador, su cómplice. Presenció las miserias, las corruptelas, las noches más turbias y los negocios ennegrecidos del Don Vito madrileño y de otros, como Francisco Granados, que entonces llevaban la etiqueta de triunfadores. Este jefe de ordenanzas que un día entró en el juego sucio de la política pudo ver con sus propios ojos como alcaldes de diversas localidades firmaban contratos a dedo a cambio de un maletín con dinero y de qué forma gerifaltes de la política madrileña movían de sus puestos a sus secuaces si no eran dignos de su confianza: es decir, si no repartían el botín con los de arriba. Un día decidió que no podía seguir siendo testigo de todo aquello. Empezó a grabar conversaciones y a recoger pruebas que le servirían para llevar ante la justicia a aquellos que habían confiado en él. Lo hizo durante casi dos años. En noviembre de 2007, presentó una denuncia. Se convirtió en el gran delator. Y aquí lo cuenta todo: por qué dio ese paso, el miedo a ser cazado, todas las dudas, el no saber qué pasaría con él y si alguien le creería. Y la gran pregunta: ¿valió la pena?”.

Fuentes:

Planeta de libros

Cambio 16

Vozpopuli

Infolibre

Agencia Efe

Majadahonda Magazin