FEDERICO UTRERA. El videoartista Bill Viola suele decir que las imágenes que tomamos en nuestros viajes son más un reflejo interior que exterior. Desde este original punto de vista, Londres no envejece del todo mal a pesar de haber extraviado definitivamente el divino tesoro que glosaba el poeta Rubén Darío. Me veo en el espejo del Hotel en el mestizo y multicultural barrio de Shepherds Bush, que hace frontera con el más elegante y señorial de Kensington, y han pasado treinta años. El clima de la City ya no es tan frío ni húmedo -el cambio de glaciación manda– ni mi interés hoy son los lugares turísticos ni las compras. Ahora –la edad impera– las inquietudes son culturales y aquel joven aventurero que trasegaba con su novia para deambular entre multitudes por Trafalgar Square, tomar cervezas en los pubs de Coven Garden, deslumbrarse con los grandes almacenes Harrods o ir al mercadillo de Camden Town para adquirir «chupas» y pantalones de cuero viejo, se ha hecho “mayor”. Sigue los pasos de John Lennon y Yoko Ono, pero no para buscar sus discos sino su huella videográfica, más desconocida, lo que me lleva hasta el angosto pasaje de Mason Yard o la espectacular librería Waterstone. Hay que afinar el tiro y lamentablemente dejo de lado el British Museum o la National Gallery para ir a la Tate Modern, santuario del arte audiovisual. Por allí han pasado ya Jonas Mecas, Bruce Nauman, Andy Warhol y Nam June Paik aunque la oferta más contemporánea, siendo interesante, defrauda por su escasa calidad y su narrativa cinematográfica. El videoarte no es el cine y la mayoría de los artistas confunden los géneros. La cámara sustituye al pincel, el plasma o LED al lienzo pero el color es sustituido por el tiempo y esa alquimia en el uso de la cámara lenta o rápida no está todavía al alcance de la mayoría.
Satisfecho por el paseo en la Tate la siguiente estación tiene parada en Regent Street. Al otro lado del muro espera Bansky, el nuevo genio del arte urbano. Gracias a las gestiones de Guy Chapman (Make a Noise) y a la invitación de Lauren Morgan (Carousel) me introduzco en «The Art of Banksy», que presentan como «la exitosa exposición que ha llevado las más emblemáticas obras de Banksy a más de 1,5 millones de visitantes en 15 ciudades de todo el mundo». En efecto, ahí están 150 obras en 2.000 metros cuadrados con sus célebres «Girl With Balloon», en tres variaciones de color, «Flower Thrower», «Rude Copper» o el «Turf War» de Churchill. La muestra insiste en que no está autorizada por el artista pero el apoteósico «merchandising» lo delata: ya que la obra del grafitero anónimo no está al alcance, al menos poseer una camiseta o un vaso como recuerdo de una exposición histórica. Ya me lo decía también el novelista Juan Goytisolo, que solo aceptó los premios Europalia y Cervantes y quizás por eso no le dieron el Nobel: ya que no podemos conocer a fondo otras culturas, al menos degustemos sus gastronomías.
Un crítico se siente huérfano si no añade un «pero» y en mi caso son dos: a la extraordinaria exposición de Bansky, no obstante, le falta la traducción a otros idiomas o al menos los subtítulos en inglés de los vídeos de su amigo y editor gráfico que explica su arte. El autor es más internacional y global de lo que los ingleses piensan y el Brexit no ha ahuyentado del todo a los visitantes internacionales, pese a los precios de la que quizás sea la ciudad más cara de Europa. También se echa en falta más apoyo audiovisual o arte en movimiento: Bansky no puede ser ajeno a la era digital y no puede quedarse solo como artista analógico y estático. Y si Yoko Ono utilizó el vídeo para agrandar su faceta de «performer» y ampliarla como videoartista, también el grafitero nacido en Bristol o en su defecto sus galeristas o editores podían tomar una cámara y filmar algunas de sus creaciones presentes o pasadas. A Bansky lo hemos visto en España en varias exposiciones (no demasiadas) y sabemos que el actor Antonio Banderas presume de poseer uno de sus murales en una de sus innumerables casas, pero en Regent Street faltaban más pantallas para disfrutar más tiempo de la alucinante y grandiosa exposición del artista británico más contemporáneo.
Todo lo contrario que lo presenciado en la Royal Academy of Arts con la exposición de Marina Abramović, que se exhibe a unos pocos cientos de metros de Bansky, muy cerca de Picadilly. En esta ocasión debo la invitación a Jessica Armbrister y nunca agradeceré lo suficiente el detalle. He preguntado a la galerista Juana de Aizpuru si es cierto que ella trajo una exposición de fotografía de Marina Abramović en los años noventa o si ya me traiciona la memoria. Los «arqueólogos» del videoarte como yo dudamos si su primera estancia en España fue en galerías como La Gallera de Valencia, escenario en 1998 de la videoinstalación «La Caza«, una pieza visual y sonora compuesta por monitores y proyectores que formaba parte del proyecto general «El Puente». O en 2002, cuando ofreció por primera vez en España el taller de performance «Cleaning the House» (Limpiando la casa) en una casa rural de la localidad lucense de Antas de Ulla, organizado por el Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC) en el que 28 participantes se mantuvieron totalmente aislados del exterior durante 7 días. Lo único cierto y verdad es que este 30 de noviembre de 2023 la videoartista cumple 77 años y lo hace desde Londres de manera esplendorosa.
La exposición es amplia, original, deslumbrante y rigurosa. Suenan los ecos de Bill Viola en sus dos videoinstalaciones «humanas» (utiliza actores como performers) y de hecho se menciona en el catálogo la obra «Six Heads» (2000) del norteamericano. «Nude with Skeleton» (2002/05) recuerda inevitablemente a los sepulcros de Bill Viola en «Emergence» (2002), pero con la novedad de que Marina Abramovic le da vida con sus actores, mientras que «The House with the Ocean View» (2002) evoca una recreación en vivo de la «Habitación para Santa Catalina (2001)» de Viola solo que la «performance» le da una espectacularidad y movimiento que resulta asombrosa. Lamentar únicamente que los observadores ni la prensa puedan hacer fotos de ellos –sí en cambio del resto de la exposición– porque sus trabajos son arriesgados (hay un par de desnudos integrales) y con fuertes exigencias interpretativas. Por ello merecerían el reconocimiento de los medios especializados y del público aunque solo fuera a nivel doméstico y en las redes sociales. Ese «plus» de reconocimiento social a su trabajo en forma de visibilidad pública fue el que llevó a otros «performers» del videoarte como Weba Garretson, John Fleck, John Hay, Melina Bielefelt, Hector Contreras, Dan Gerrity, etc… a ser conocidos en las obras videográficas de Bill Viola. Y es que la profesión de actor o «performer» conlleva esa misma condición de proyección social, por lo que resulta muy incómodo y extraño ver a los vigilantes de la exposición intentar impedir fotos o, en el colmo de la exageración, pedir que se enseñe el contenido privado de los móviles para borrarlos, como presencié durante mi visita, lo cual podría ser incluso un acto ilegal.
Por el contrario, desde el punto de vista estético y artístico, la exposición es un éxito. Y no ha sido una muestra abonada a lo «fácil» con obras solo conocidas. O una simple retrospectiva. Por ejemplo, no hay ni rastro audiovisual de «The Artist Is Present» (2010), la Performance de 3 meses en el MOMA de Nueva York que la hizo mundialmente famosa y que se conoce popularmente como «El Reencuentro«. Aquel emotivo vídeo refleja como a Marina Abramovic le sorprende en la misma mesa su ex marido Ulay (1943-2020) como un espectador más después de su conocida ruptura sentimental y artística. Y hubiera sido muy llamativo para el público nuevo volver a verlo. En cambio, los viajes con Ulay a la muralla China y al desierto del Gobi sí están representados, pero de forma testimonial. En conclusión: Marina Abramovic sigue pletórica y llena de vida, física, espiritual y artísticamente. Y el hecho de que sea la primera mujer que expone en la prestigiosa Royal Academy of Arts le hace entrar por méritos propios no solo en la Historia de la «Performance» sino también en la del Videoarte.
Y un último apunte sobre los valores emergentes en el escenario artístico londinense. Esta vez fue la pintora y artista Giovanna Cantone, la que nos invitó a la inauguración de la exposición de la pintora y escultora visual Alma Berrow titulada “Ecco” en la Lamb Gallery de St. George Street, también en el centro de Londres. Alma Berrow es una joven artista londinense que experimenta con los materiales y soportes de forma original. Y aunque aún le falta indagar en lo audiovisual en general o el videoarte en particular, esta muestra ya atisba que nos encontramos ante una artista que quiere también abrirse paso en el siempre apreciado panorama artístico de la capital británica. *Federico Utrera es autor de “Viola on Video”, primera biografía y catálogo razonado del videoartista norteamericano Bill Viola y ha dirigido talleres en Festivales de Cine, Universidades y Centros Culturales sobre otros videoartistas como Nam June Paik (Corea), Wolf Vostell (Alemania), Yoko Ono (Japón), Fernando Arrabal (España), Julian Rosefeldt (Alemania), Michel Houellebecq (Francia), Josep Beuys (Alemania), Charlotte Moorman (EE.UU) o Pedro Garhel (España).
Muy interesante!
Maravilloso artículo de Federico Utrera, pleno de sensibilidad y buen estilo, que me reconcilia con este Magazin después de los tiempos de desnorte gacetillero en que estaba entrando.
Personalmente, Banksy me parece un genio, pero Marina Abramovic creo que está muy sobrevalorada. No obstante, habrá que ir a Londres este invierno próximo.
La verdadera identidad del artista #Bansky podría revelarse en una acción legal ante el Tribunal Superior de Londres https://twitter.com/annetestuz/status/1710552207706247223
Mi imperio romano es marina abramovic
Así criticó Bansky la llegada de los Juegos Olímpicos a Londres en 2012. Economía, invasiones militares, inmigración y explotación infantil. Visualización de lo que no se ve. https://twitter.com/10CarlosAlvarez/status/1702966798847467783
MIRAR: Marina Abramovic dice que estuvo en coma hace cuatro meses y CASI muere. https://t.me/RealTimeDailyNews/3660
¿La entrevista es en un urinario?
https://twitter.com/SchumanKimm/status/1715747772450632053
Estoy muy orgullosa de revelar esta increíble obra de arte Painting for Saints, creada por #Banksy como agradecimiento a todos aquellos que trabajan con y para el NHS y nuestro hospital. Temporalmente en exhibición @UHSFT . Un telón de fondo inspirador para hacer una pausa y reflexionar en estos tiempos sin precedentes.
https://twitter.com/paulahead99/status/1258072683843145728
Mira la fecha de ‘entrega’ del oportunista bansky y nada de anónimo q está detrás una galeria famosa de Londres
El Instituto Marina Abramović se hizo cargo del Queen Elizabeth Hall del
@southbankcentre en Londres del 4 al 8 de octubre, mientras que al otro lado del río, en la @royalacademy se exhibe una retrospectiva de su vida y obra.
https://www.berlinartlink.com/2023/10/17/marina-abramovic-southbank-centre-royal-academy-london-exhibitions-review/
Que bien escribes, super bien documentado. Enhorabuena¡
Buen trabajo¡¡¡ Te veo en forma