FELIX G. PEDROCHE. Continuamos nuestro paseo matutino, y ya cruzamos la gran avenida o eje vertebrador del tráfico majariego, la innovadora Avenida de España de Majadahonda. Inmediatamente aparecen los espacios ajardinados, que vislumbran una calidad urbana en sus edificios muy diferente al depauperado centro urbano. Aparecen las parcelas individuales, con sus cuidados espacios de césped, flanqueando la piscina y el consiguiente espacio forestal que denotan ese sobrevenido nivel de vida, consecuente con la especulación urbana. Y por fin llegamos a la super revalorizada, denominada coloquialmente «Milla de Oro«, ese área urbana ubicada junto al Monte del Pilar. Una zona recalificada, procedente del paraje boscoso indicada anteriormente. Es aquí donde la cota de precio de suelo edificable alcanzó su máximo esplendor (precio por m2), coincidiendo con la época pasada de la denominada en el argot sectorial «burbuja inmobiliaria«. Hablamos del año 2004 al 2006, una etapa urbanística en que los promotores hacían acopio de suelo finalista (recalificado urbano), barajando unos precios de repercusión de suelo en la edificación en torno al 65% del precio de edificación.
Es en esta misma etapa donde nos encontramos, poniendo ahora la lupa política, con el estallido de la Gürtel, ese macro escándalo político nacional cuyo epicentro dio la cara dentro del despacho del político de turno al frente del Ayuntamiento y que acabó envolviendo al resto de consistorios gobernados por los diferentes y sucesivos grupos políticos del Partido Popular. Hoy todos ellos son de sobra conocidos por todos los sufridos vecinos de a pié, que no resultaron ungidos por las millonarias recalificaciones urbanas, pero en cambio tuvieron que soportar esa explosión en el precio del m2 de vivienda, hoy inviable para una inmensa mayoría de sus vecinos, abocados a la emigración a otros municipios más acordes con su nivel adquisitivo, sobre todo los jóvenes majariégos con iniciativa de emancipación.
Allí se encuentra como testigo mudo e implacable de una época de excesos y falta de control el edificio en ruinas de la London School of Economics, junto a la Estación de Cercanías de Majadahonda. Una muestra de buenas intenciones de la extinta entidad bancaria Bankia, que le retiró la subvención en pleno proceso edificatorio, una vez fue esquilmada por los políticos al frente de su Consejo de Administración e intervenida por el Fondo de Garantía de Depósitos. Hoy ha sido absorbida por la entidad bancaria La Caixa. Y junto a ella, La «cutre-estación de Cercanías» de RENFE en Majadahonda. Una instalación de transporte público indigna para una localidad donde el lujo y la ostentación se observan a través de sus diferentes espacios urbanos. Próximo capítulo: «los contrastes de Majadahonda, con personas sin hogar e impresionantes viviendas unifamiliares».
Pues una pena la milla de Oro, yo hace 40 años iba a buscar setas de cardo y espárragos por esa zona, y piñones. Entre los Ricos y el Atléti se fue to a tomar porculo. Jajajajajajaja