AGENCIA EFE. La legislación promulgada hace casi diez años para evitar los daños de los tendidos eléctricos a las aves ha resultado «fallida» y esas torres y líneas siguen siendo trampas mortales para miles de aves, muchas de ellas muy amenazadas y objeto de ambiciosos programas de protección y conservación. Así lo han denunciado las organizaciones agrupadas en la Plataforma Sos Tendidos Eléctricos, que han incidido en el que el decreto aprobado en 2008 estableció la obligación de adoptar medidas “antielectrocución” y “anticolisión” en las Zonas de Protección (que generalmente coinciden con los espacios que tienen alguna figura de protección). [GREFA Majadahonda convocó a numerosos medios de comunicación para explicarles, mediante una ruta guiada en autobús e «in situ» por toda la Comunidad de Madrid, cuales son los «puntos calientes» de mayor peligro para las aves].


Las aves se mueven por todo el territorio y se electrocutan en cualquier tendido aéreo de cable desnudo, ha denunciado esta plataforma, que ha criticado el “reduccionismo geográfico” de la norma y ha exigido que las medidas para evitar los daños, que consisten básicamente en aislar las torres y los cables y en señalizarlos para que sean visibles, se extiendan a todo el territorio. Responsables de varias de las organizaciones que integran la Plataforma han mostrado en el campo a los medios de comunicación ejemplos de postes y tendidos en los que se está registrando una “sangría” de muertes por electrocución o colisión, pero también instalaciones debidamente aisladas y señalizadas.

Búho real electrocutado en Majadahonda

Los primeros, los postes y tendidos más “mortíferos”, estaban en la localidad madrileña de Majadahonda, en un lugar muy frecuentado por grandes rapaces para alimentarse; los segundos, los tendidos “salvapájaros, en la localidad -también madrileña de Valdemorillo. Entre las miles de aves que cada año mueren electrocutadas se encuentran águilas imperiales, águilas perdiceras, águilas reales, avutardas o búhos reales, objeto todas ellas de ambiciosos proyectos de conservación en los que se están invirtiendo importantes cantidades de dinero para asegurar su conservación. Así, los “mortíferos” tendidos eléctricos son la primera causa de muerte de esta emblemática y protegida especie, ha observado Nicolás López (SEO/Birdlife). Sobre el terreno, Nicolás López y Juan José Iglesias (del Grupo para la Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA) han mostrado a los periodistas cómo deben ser los postes para asegurar que los “posaderos” sean seguros y los cables visibles, y han incidido en que las soluciones son sencillas y baratas. Además de la SEO y de GREFA forman parte de esta Plataforma: Acción por el Mundo Salvaje, la Asociación Española de Agentes Forestales y Medioambientales (AEAFMA), Ecologistas en Acción, la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, la revista Quercus, la Sociedad Ibérica para el Estudio y Conservación de los Ecosistemas y WWF-España.

Han explicado que sólo ocho comunidades autónomas tienen normas propias para fijar como obligatorias medidas de protección de la avifauna en todos los tendidos de todo su territorio, pero han insistido también en que las aves no entienden de ni de fronteras ni de espacios protegidos y que miles de muertes se están registrando a escasos metros de lugares con un altísimo nivel de protección. El decreto de 2008 establece además que el coste de las medidas correctoras debe ser asumido por la administración, pero las organizaciones que integran esta Plataforma han insistido en que ese coste debe ser asumido por las compañías eléctricas.

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Majadahonda Magazin