El Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA) de Majadahonda ha denunciado que la Junta de Castilla y León prosigue aplicando la bromadiolona como veneno para acabar con las poblaciones de topillo campesino (Microtus arvalis) en esta región. Esta denuncia ha sido planteada a través del Programa Antídoto, una iniciativa que engloba a nueve organizaciones dedicadas a la conservación de la naturaleza entre las que se encuentra GREFA, y con ella se quiere instar al gobierno de Castilla y León para que cese de inmediato el uso de dicho veneno. Esta sustancia ha sido sido excluida del registro oficial de productos fitosanitarios del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA) y su uso está prohibido debido a las graves daños que causa en el medio ambiente y a la fauna. «La bromadiolona es un veneno rodenticida muy persistente en el medio natural: transcurridos más de trescientos días desde su ingesta por un roedor, la concentración en su organismo solo se reduce a la mitad. Este hecho ocasiona una cadena de envenenamientos en los depredadores de roedores, como es el caso del milano real, especie catalogada en España como “En peligro” y cuya principal población invernante mundial se encuentra en Castilla y León», señala el comunicado de Programa Antídoto.


Cebo envenenado con bromadiolona

A pesar de que la Junta de Castilla y León se escuda en la «vía de la excepcionalidad» para aplicar este veneno para combatir este veneno, GREFA y el resto de ONG naturalistas tienen serias dudas sobre la efectividad de esta sustancia para luchar contra la plaga de topillos. «En la plaga de 2007 los estudios confirmaron que las poblaciones de topillos decayeron igualmente y en iguales periodos de tiempo en las zonas tratadas con rodenticidas que en las no tratadas«, señalan estas agrupaciones y recuerdan que esta situación se ha repetido «al menos en 2011 y 2014». Desde el Programa Antídoto se señala que «buena parte de los problemas actuales con los roedores agrícolas podrían solucionarse con las técnicas alternativas. Sin embargo, estas medidas apenas se están aplicando. Ni se ha dado prioridad a la lucha biológica, es decir, a fomentar los depredadores naturales de los roedores y sus hábitats para que las poblaciones de los primeros sean más estables y abundantes, ni se están utilizando técnicas de manejo de cultivos como el labrado de las alfalfas que superen los umbrales de riesgo y otras».

El topillo campesino es una especie de roedor de la familia Cricetidae distribuido ampliamente por Europa y algunas zonas de Asia. Es un animal de pequeño tamaño, que ronda entre los 8 y 13 centímetros de longitud, de la que mayor parte de la misma corresponde a la cola. Es un roedor puramente herbívoro y goza de una alta explosividad reproductiva lo que da lugar a que en las temporadas reproductoras se originen las denominadas como «plagas de topillos» debido al alto número de crías que nacen. Estos repentinos incrementos en las poblaciones se ven reforzados ante la falta de depredadores entre los que se encuentran especies en peligro de extinción o amenazadas como el milano real.

 

 

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