MARIANA BENITO. El popular programa de contactos en televisión «First Dates«, en su edición de este miércoles 19 de abril (2023), tuvo como protagonistas a dos vecinos de Majadahonda: Irene y Alejandro. Este último, funcionario de Policía (36 años) «sonriente y convincente», vivía con su familia en este municipio, se fue a Las Rozas con su pareja hasta que al año y medio rompieron, y ahora ha vuelto a su ciudad de origen con sus padres. Ella es funcionaria de Renfe (34 años) «ordenada e ilusionada», les gustan los viajes, salir a Madrid por la zona de Ponzano y Retiro, coincidiendo en valorar sus respectivos viajes a Tailandia. «¡Que majos somos!», confesó ella entre bromas y veras. Y el lo confirmó: «¡claro que sí!». Hubo cita, se cayeron bien y quedaron ya fuera de cámara para conocerse mejor: ¡pareja a la vista!… y todo queda en casa, concretamente en Majadahonda.
El propio programa resume así el «final feliz»: «Alejandro, su cita, se ha presentado como un hombre que no pierde la esperanza de encontrar el amor y al ver a Irene se ha llevado una buenísima impresión. Ella no ha exclamado un «¡wow!» ni ha visto algo horrible, simplemente ha sentido que su cita era “bien, aceptable”. Irene ha bromeado con un “¿Qué estamos haciendo aquí?” y Alejandro le ha contado que también vivía en Majadahonda y que tenían la misma edad. Por culpa de una amiga, Irene ha comenzado a fijarse en el calzado de los hombres y al ver las zapatillas de Alejandro ha sentido que no le pegaba, pero nunca se sabe y tras un brindis, se han ido para la mesa. Al saber que Alejandro es policía, Irene ha sentido que tenía un imán para las agentes de la ley, algo que no le importa porque le parece una profesión admirable».
«La soltera ha querido saber si Alejandro era aventurero y él le ha contado que le encantaba viajar, y que había aprendido a hacerlo solo. Su último viaje fue a Tailandia, se fue un mes y fue el mejor viaje de su vida. Ella ha ido 3 veces al país asiático, pero ha escuchado atentamente como había sido la aventura de su cita. Irene ha sentido curiosidad por saber si su cita tenía una casa en propiedad y Alejandro le ha contado que en ese momento estaba viviendo con sus padres. Había estado viviendo con su pareja en Las Rozas y tras una ruptura repentina, descubrió que estaba con una persona que no era real. Mantenía una vida paralela con otro hombre, no trabajaba dónde le había dicho que trabajaba, no vivía en el sitio que decía… “Era una persona ficticia”, finaliza. Pero ahora ambos parecen haber encontrado una «chispa» verdadera y… ¡van a intentarlo!.