J. F. MTNEZ/ J. RUBIO. «No me paro a pensar si el Fuenlabrada pincha o no sus partidos. Nosotros tenemos una situación envidiable en este momento. Si la situación fuese al revés pues sí estaría esperando a que fuera a pinchar, pero nosotros tenemos que aspirar a ganar nuestros partidos, nada más«. Con estas palabras, el entrenador del Rayo Majadahonda Antonio Iriondo se pronuncia sobre las declaraciones realizadas por Eloy Jiménez, el míster del Fuenlabrada, en las que este deseaba la derrota de los majariegos en su próximo duelo y en encuentros sucesivos. Unas afirmaciones sobre las que Iriondo responde con su habitual tono de humildad: «Me parece normal, él tiene que pensar así. Si fuera lo contrario estaría haciendo un mal papel. Él tiene que pensar que tiene que ganar sus partidos y que los que están por encima pinchen. No ha dicho nada fuera de lo que es normal. Es su deseo de que eso ocurra y simplemente lo ha manifestado. Me parece absolutamente normal». Iriondo contesta así a las preguntas formuladas por Radio MJD a pocos días del domingo (12.00), día en que el equipo disputa uno de sus partidos más difíciles de la temporada, que califica de «final». En esta entrevista, el entrenador del Rayo Majadahonda también responde a otras cuestiones de interés, como la forma en la que afrontan los jugadores el difícil equilibrio entre tensión y nervios en un momento tan trascendental para el equipo con vistas a disputar de nuevo el play off de ascenso a Segunda A como el celebrado en 2017 ante el Racing de Santander.


Usted tiene muchos partidos históricos a sus espaldas, ¿Ha vivido esta emoción el alguna otra ocasión? –Son situaciones parecidas que te encuentras al final de la liga en partidos que son clave para conseguir un objetivo y aunque hayas vivido muchas situaciones similares, siempre la última es la única. Estamos pensando cuando usted entrenaba en Primera División y vivió los últimos momentos del Rayo Vallecano. Pero también ha sido líder con otros muchos equipos como el San Fernando de Cádiz, incluso aquí en Madrid o hasta en Japón pero ¿qué tiene esta de diferente a las demás? –Esta es en Segunda B para subir a Segunda A y yo había vivido muchos ascensos a Segunda B. El año pasado lo vivimos en esta categoría cuando nos metimos en cuartos y este año veremos si conseguimos mejorar la clasificación. Eso hace que el equipo tenga esperanzas y que todos los que estamos alrededor también las tengamos. Eso crea un clima especial. El partido frente al Racing de Santander fue el primer play off a Segunda A que disputaba el Rayo Majadahonda en su historia ¿este partido con el Fuenlabrada se le parece en algo o al menos desde ese punto de vista tiene menos tensión? –No creo que falte tensión. Tanto el Fuenlabrada como nosotros sabemos lo que nos jugamos a estas alturas de temporada. Una victoria es importantísima y yo creo que es un partido que va a a tener la tensión competitiva adecuada, la correcta y la que se da en estos casos. Es casi como una final.   

Nadie está matemáticamente en el play off, ni siquiera el Mallorca que es el que está haciendo mejores registros en la Segunda B. ¿Esto es un handicap o ya se puede decir que Majadahonda va a tener play off por segundo año consecutivo? –Esta es una liga de regularidad. Evidentemente llevamos una regularidad mejor que la de los demás y por eso vamos primeros. Dentro de esa regularidad, si seguimos en esa misma sintonía estaremos clasificados para el play off, que en este momento es el objetivo primordial. Vamos a ir trazando los objetivos poco a poco. El primero era asegurar la categoría, el segundo es ahora meternos en el play off. Y luego si se nos ponen a tiro, trataremos de buscar otros objetivos. En este momento, dada la situación del campeonato y los partidos que quedan, un resultado te hace cumplir este objetivo y otros venideros. Pero si no cumples ese resultado, pues a lo mejor no te puedes ni meter en play off. Esto está muy interesante y es estupendo poderlo vivir. El fútbol es pasión y tensión. Y hay que saber manejar esos momentos únicos que no todo el mundo tiene la oportunidad de vivir y que nosotros, todos los integrantes del club y los aficionados, lo vivimos con emoción propia este tipo de situaciones.

¿Es aquí cuando a los jugadores más veteranos se les pide ese punto de tranquilidad, liderazgo o ejemplo que los jugadores más jóvenes quizá no tienen por falta de experiencia? Capdevila, en la final del Mundial, decía que en el autobús era un manojo de nervios y en el campo no quería que le pasasen la bola por si fallaba… –¿Recuerdas cuando Raúl subió a primera división y debutó con 17 años ante el Atlético de Madrid? Parecía un auténtico veterano y rápidamente se asentó en Primera División. La tarea mía es en todo momento no contemplar la edad y de ello pueden salir beneficiados los jugadores jóvenes. El jugador veterano ya tiene una edad y a lo mejor no puede debutar ya en equipos de Primera, pero la idea es que todo el mundo tenga su responsabilidad y que sepa manejarla. Si alguno de los integrantes no sabe manejarla por lo que sea, lo pagan todos. En estas situaciones da igual la edad, todos tienen que sentirse capaces de afrontar una situación así. Este es un deporte de conjunto. Si dos lo manejan bien y cuatro no, todo ese conjunto desaparece, es un juego de conexiones en ataque y defensa. Si se producen estas situaciones negativas, el equipo no funciona. Intentamos tratar estas situaciones para ser capaces de manejarlas independientemente de la edad.

Hablaba de Raúl, ¿quizá el secreto de este joven es que se divertía cuando hacía su trabajo? –No. Estoy diciendo que Raúl tenía el mismo comportamiento que un hombre de 38 años que ya lo ha dejado y que se toma las cosas de otra manera. Si con 17 años eres capaz de no tener ese miedo escénico del que se habla cuando te juegas algo grande o hay 100.000 personas en el estadio, ese comportamiento se asemeja a uno que tenga muchas vivencias de ese estilo en su haber. Tratamos de que los futbolistas, aunque sean jóvenes, cuando llegan situaciones así no les altere lo que pasa ni las consecuencias que ocurren dentro de ese rectángulo. Tratamos de que estén los 90 minutos concentrados en ese rectángulo. Cuando alguien se sale de esa tensión competitiva y se pasa la línea de la presión de todos los agentes externos, de todos los estímulos que puede haber en ese rectángulo, eso va en contra del rendimiento del equipo y del jugador.

Lo decía porque cuando uno ve a Neymar y se ríe cuando falla en ese tipo de situaciones compruebas que algunos futbolistas parecen niños jugando en el patio de un colegio. ¿Es la risa el mejor sedante? –Cada uno tiene su modelo para estar concentrado. Lo que buscamos es que el jugador sea consistente y para hacerlo tiene que tener una concentración siempre en lo que está haciendo. Si Neymar necesita reírse, pues es su modelo. Nosotros dentro de un mismo equipo hay otros que no pueden echar una carcajada y tienen que hacer otras cosas, pero el objetivo es el mismo: estar donde hay que estar. Cada uno tiene sus propios sistemas, dependiendo de su cultura y su forma de ser. ENTREVISTA COMPLETA EN RADIO MJD

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