MANU RAMOS. La segunda y última parte de la entrevista de Fernando S. Tavero, periodista del diario AS, con el capitán del Rayo Majadahonda, Jorge Casado, es más personal e íntima y en ella, aprovechando la tranquilidad del mes de junio (2023), hace balance de la temporada 22/23. El futbolista confiesa que el éxito al ser fichado por el Real Madrid se le subió a la cabeza siendo tan joven hasta el punto de que la fama puede causarte un vértigo que llega «a confundirte». «Pero la madurez de entonces no es la de ahora», le indica el periodista. Y él responde: «Eso es. Esta temporada por ejemplo. Estaba hecha una m*** al principio y mira cómo acabé. Pues en ese momento, haber hecho lo mismo. Es decir: “Joder, que tú puedes con esto”. Y a mí no me gusta echar balones fuera. Que si la afición, el entrenador, el club… Eso a mí no me gusta. Si el problema es mío, es mío. Habré jugado mejor o peor en los lugares donde he estado, pero siempre he intentado dar el 100%. Pero el fútbol no es solo eso. El aficionado quiere siempre lo mejor sobre el campo, pero detrás hay una vida y si hay gente que no sabe gestionarlo… Hay mucha vida detrás de ser futbolista«.
¿Es complicado de gestionar esa atención mediática?. –Sí. Yo tuve mi época tonta. Eres un niño, te empieza a entrar dinero… Que si compras cosas de marca, que si coches… Te confundes. El Real Madrid está muy encima también, no te dejan salir del carril, te transmiten valores. Yo cuando jugaba en el Rayo teníamos un campo de césped artificial que me encantaba. Era una auténtica castaña (risas), estaba fatal, pero me sabía cada bote que daba el balón en el campo. El campo suma mucho». Antes hablaba de comprar ropas de marca y descarrilarse. Raúl se opone a eso. –Eso he escuchado, que tienen un régimen interno muy estricto y me parece bien. Raúl ha pasado por aquí y sabe lo que es en el futuro. Me estoy sacando el tercer nivel de entrenador. En el futuro, posiblemente sea igual. No por putear, sino por ayudar. Para reconducir. Sí, a mis compañeros jovencitos que suben se lo digo. Es normal que con 16 años estés con la tontería, pero intento que, si se salen un poco del camino, si sacan la patita, que vuelvan a guardarla. Habla como un veterano. ¿Se ve con carrete?. –Ha sido un año un poco complicado por la lesión, la verdad, porque psicológicamente he estado bastante jodidillo. Sí, he pasado por momentos jodidos y cuando la cabeza no está bien, lo demás no funciona. Lesiones que nunca he tenido y he recaído. Lo he pasado muy mal. Pero con ayuda he salido adelante y me siento orgulloso. Fíjate, desde febrero para acá he jugado prácticamente todos los partidos, casi todos los minutos y rindiendo a un gran nivel. Yo me veo jugando. Lo que tengo claro es que quiero retirarme yo, no que me retiren.
¿Eran las lesiones las que le atacaban la mente?. –Eran temas personales, ha sido tema mío, cosas que pasan en la vida. No te das cuenta. No valoras las cosas en su momento y cuando salen a la luz, te pegan una hostia de cojones. Y te afecta. Al final te afecta en todo. Y fíjate que a nivel de números quizás ha sido mi mejor temporada, he marcado 5 goles, una asistencia y luego he jugado todos los partidos 90 minutos. A nivel colectivo hemos sufrido mucho, empezó la cosa mal y casi acaba muy mal. Pero bueno, al final logramos la permanencia y, sobre todo, pues durará lo que dure. Personalmente, como te decía, que me retire yo y que no venga alguien a decirme que ya no estoy para esto. Quizás me veo en el mejor momento de mi vida. Estoy muy bien físicamente. Ahora los futbolistas estiran mucho más el chicle. –Ojalá me quitara yo unos años. Con el físico que tengo y con lo que sé, me encuentro muy bien.
¿Ha recurrido a un psicólogo deportivo? Antes era tema tabú, pero ya está más interiorizado. –Sí. En una rueda de prensa por octubre, el equipo estaba totalmente bloqueado y decía eso, decía que la cabeza es muy hija de … Si no quiere la cabeza, por muy bien que estés, no tiras hacia delante. A mí me pasó en el Betis. Llegué de pretemporada en uno de los mejores momentos de mi vida. En verano marqué 2 goles y todo. Pero claro, yo salía de un mundo un poco irreal que era el Castilla, en el que teníamos, si se llenaba el campo, 7.000 u 8.000 personas. Y llego a Sevilla, a un Betis que venían de un descenso y todos los días 40.000 personas que si fallabas un pase… A mí eso me pudo, no supe gestionarlo ni en lo deportivo ni en lo personal. Yo salía de entrenar llorando y mi psicólogo, sinceramente, en ese momento eran mi pareja y mi hermano, que le llamaba todos los días llorando y llorando y llorando. No supe gestionarlo, pero tampoco recurrí a un psicólogo. No recurrí porque yo consideraba que eso es de locos. Por ejemplo, en Zaragoza, la muerte de uno de mis mejores amigos me hizo recurrir a un psicólogo y me fue genial. Ahora estoy trabajando con uno. Te dan apoyo, te dan una visión que yo creo que todos deberíamos tener. Estaba muy confundido de lo que un psicólogo significa.
Totalmente. –Ves a un tío por la calle tatuado hasta las cejas y… “¡Vaya pintas!”. Pero es que a lo mejor es el doctor que te va a salvar la vida más adelante. Mira lo que ha pasado estos días con Ruibal y con Borja Iglesias. ¿Qué más te da a ti cómo vistan o dejen de vestir?. Efectivamente, ámate a ti mismo, abre tu armario y vístete como te apetezca. Píntate las uñas, las cejas, los morros o lo que tú quieras. Las redes sociales hacen muchísimo daño. Sólo queremos aparentar. En plan, «mi vida es la hostia» y luego, estás en la mierda. Como te he dicho antes, quizá estás bien físicamente, pero no de la cabeza. Vamos a mirar por nosotros mismos. El problema, además, es que parece que sólo pensamos en tomar medidas cuando estamos mal. No hemos llegado al punto de ir a un psicólogo de manera natural. Al menos, yo no… Claro, parece que estamos esperando a estar mal para tomar medidas y eso no debe ser así. Yo ahora, por ejemplo, no voy a dejar de ir. Son herramientas de trabajo que yo creo que tenemos que tener. Pero no solo en el fútbol, en todo, en la vida normal, concluye la entrevista.