MIGUEL SANCHIZ. José Lobo Rodríguez, nació en Asturias, pero muy joven se trasladó a Barcelona donde trabajó en diferentes medios (La Vanguardia, Tele/Express, etc.), estudió Derecho en la Universidad de Barcelona y posteriormente creó su editorial, donde editó diferentes publicaciones. Sigue viviendo en Barcelona, y, por lo que dice, queriendo al que no piensa como él. Solo por eso ya es mérito suficiente para protagonizar esta sección de Gente Maja que se Moja. Usted ha trabajado muchos años en el mundo del Periodismo y más tarde en el Editorial, ¿Cómo ve el futuro de la Prensa en España?. –La prensa, en formato papel, «el periódico», no desaparecerá, pero tendrá un futuro testimonial, para nostálgicos. Sólo mirar lo que ha sido de los «grandes», The Times, The New York Times, Le Monde, etc., o se han reinventado o han desaparecido. La irrupción de la prensa digital, con las nuevas tecnologías en permanente evolución, no sólo se impondrá, sino que someterá a las nuevas cabeceras a un examen permanente de viabilidad económica. Sea papel o digital, si no hay suficiente publicidad o ayuda institucional, no es un buen negocio. Los grandes grupos, que alguno aún existe, si no se arrimaban al poder, tenían fecha de caducidad. Personalmente, soy un enamorado de la prensa escrita y nostálgico del papel prensa y el olor de la tinta. Por lo que respecta al mundo editorial, vale lo mismo que para la prensa. La edición de libros y revistas se ve aún más constreñido a subsistir con tirajes ridículos, mínimos, y una distribución cuasi personal y puerta a puerta. Es decir, que los autores, en muchos casos, no sólo crean, escriben, sino que se tienen que preocupar de financiarse, encontrar la imprenta y ser distribuidores de sí mismos. Una pena.

Catalán es quien vive y trabaja en Cataluña, «Pujol dixit», Usted es asturiano y catalán, ¿cómo siente el ambiente entre la ciudadanía?, ¿cree que hay una catalanofobia?. –Efectivamente, soy catalán, porque vivo y trabajo aquí, y asturiano en la misma medida, porque no sólo nací allí, sino que quiero a mí terruño, donde está parte de mi familia. Soy trilingüe, y esto me honra y me enriquece, y nunca, nunca, tuve problema con nadie, ni en una lengua ni en las otras. Desde el punto de vista profesional, prácticamente todo lo que edité se hizo en castellano. El ambiente en la ciudadanía la siento como siempre, sin problema. No sé si hay o no «catalanofobia», lo que si creo que hay es una falta de empatía respecto del otro, del que vive, habla, cree o se manifiesta diferente. Alguien quiere sacar rédito de potenciar negativamente estas diferencias, cuando ser diferente entiendo que es enriquecedor.

¿Cómo ve el futuro de Cataluña?. –Pues lo veo, al igual que al resto del Estado, desenfocado. Es decir, la realidad de Cataluña es la que es, consecuencia de sus logros y desaciertos, pero indisoluble de lo que ocurra al resto de España, Europa, etc., en suma, al mundo. Por desear que no quede: mirada larga, con perspectiva, de cara al futuro, que, con lo que está cayendo, no se ve muy claro. Para acabar, un deseo: que los medios, informen y formen y no nos intoxiquen más. Todos perdemos. Salud. Mójese, ¿cree que Puigdemont será entregado a la justicia española?. –No lo sé. El reciente informe del Abogado General del TJUE no deja de ser un informe no vinculante. Cierto que el independentismo esperaba otra resolución. Lo que será importante, que no definitivo, será lo que resuelva el Tribunal, que se prevé para final de año. No obstante, Puigdemont, por su carácter de diputado, la inmunidad lo protege, de momento. Aunque alguno ya lo vea enmanillado y entregado a las autoridades judiciales españolas, yo no lo tengo tan claro.