José María Calvo, filósofo y profesor

JULIA SÁEZ-ANGULO. En esta segunda parte de la entrevista mantenida este verano de 2022 con José María Calvo de Andrés, fundador del Ateneo Escurialense de las Letras, las Artes y las Ciencias, le preguntamos ¿Qué es lo que más le atrae del Real Sitio y por qué? –¿Cómo podría trasmitir esa atracción con palabras? Utilizaré las del gran poeta y amigo Ramón de Garciasol: “Si percutís el aire, suena el tiempo, algo que os aguarda entregará su recado, y os sentiréis más de la patria total de los nacidos”. No soy capaz de señalar algo temiendo que lo no señalado me señale a mí. La armonía, la “magia” del lugar, como título mi libro. Solamente afirmaré que sí, de Madrid al cielo pero pasando por El Escorial. Soy su deudor, pues la geografía y la historia escurialenses han ido introduciendo en mí y han alimentado mi alma hasta formar con ellas una sola carne y un mismo espíritu.


Julia Sáenz-Angulo

Dentro del monasterio filipino, ¿qué subrayaría? –Tantas cosas, tantos sentimientos. Mi relación con el Monasterio y con El Escorial todo no es de saberes, de historia y arte, sino de ese saber que es aprender a sentir, a vivir para saber amar. Sentir que esa “gran piedra hizo vibrar el paisaje” como dice mi compañero Abascal, capaz de transfigurar el entorno con su sola presencia. Si una idea se convirtió en granito, el granito se convirtió a su vez en idea, sentimiento, carne. Amor sería todo. Como decía Alfonso Paso “lo que me atrae, lo que me subyuga, es todo lo vivo que El Escorial encierra”. No soy un turista más, aunque parece evidente que la majestuosidad de la Basílica, el conjunto de la Real Biblioteca o el Panteón llaman nuestra atención, pero si pensamos en la función total del edificio como residencia real, como sede del mayor gobierno de la época, las diversas salas y todo el conjunto con sus jardines me llegan muy dentro.


El Escorial. Óleo sobre lienzo de José María Calvo

¿Conoce el Monasterio de Prestado en el pueblo de El Escorial junto al Ayuntamiento? ¿Lo ha visitado alguna vez por dentro? –Sí, lo conozco y lo he visitado en varias ocasiones. Algunas personas de las que trabajan en él han participado en nuestro Ateneo Escurialense. He asistido a algún acto oficial del Ayuntamiento que se ha celebrado en él. ¿Cree que debe reivindicarse la figura de Felipe II de la leyenda negra? –La leyenda negra va contra España, contra el imperio español e incluye a Felipe II. Yo no comparto esta leyenda negra ni ninguna otra. Pienso que hay que respetar a los que no piensan como tú, la multiplicidad de culturas con sus valores y desvalores. ¿Quién sabe los que son unos u otros?. Como dice Unamuno muchos de los que llegan a El Escorial “vienen buscando la sombra de Felipe II y si no la encuentran se la figuran”. No sé qué clases de reivindicación son esas y si sirve para algo efectivo. Al menos la gente toma conciencia de su historia. Ya es algo.

De los bosques que rodean el monasterio ¿Cuál prefiere y por cual pasea? –Vine a descubrir nuevas tierras y ellas me descubrieron a mí y en ellas fui encontrándome a mí mismo. Los paseos matinales para saludar al nuevo sol a través de Monte Abantos, de las Machotas, el San Benito o el Malagón, las acampadas en el bosque de la Herrería, la subida al pétreo mirador de la Silla de Felipe II… He aprendido a mirar y a leer en los árboles de esta sierra y a disfrutar sus paradisíacos paisajes. ¡Qué decir de las Casitas! He vivido muy cerca de la Casita del Príncipe y sus jardines han sido dueños de mis sueños, de mis alegrías y de mis lágrimas. La Manguilla ha sido mi lugar de salvación sobre todo durante la pandemia y la recorro casi todos los días.

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