Los dos ladrones de Cañada Real esperaban la hora de comer para desvalijar las tiendas de Las Rozas

MANU RAMOS. La Guardia Civil de Las Rozas ha detenido a 2 personas de origen marroquí que robaban en establecimientos comerciales a plena luz del día aprovechando las ausencias de los jefes y empleados. «De esta manera, y durante meses, se llenaron los bolsillos de dinero en efectivo, ordenadores y dispositivos electrónicos que posteriormente vendían», informa la periodista Adriana Cabezas del diario ABC, que señala como ninguno de los detenidos quiso prestar declaración en dependencias policiales y el juzgado de primera Instancia e Instrucción número 4 de Majadahonda ya ha asumido la investigación del caso. Las pesquisas comenzaron a mediados del pasado mes de enero (2022) tras detectarse un incremento de robos con fuerza en establecimientos del centro de Las Rozas. Los robos se extendían, además, a San Martín de la Vega y otras zonas de la región. La sospecha de que volvieran a actuar precipitó la detención de los investigados. «Se revisaron las cámaras de seguridad de los alrededores de los locales. Así los agentes de la Guardia Civil lograron identificar el vehículo que los ladrones utilizaban para desplazarse a los atracos. Esa pista les condujo hasta la Cañada Real donde los agentes localizaron y detuvieron a los presuntos autores. Del registro de su vivienda los agentes pudieron recuperar algunos de los objetos robados, ordenadores o dispositivos electrónicos que los investigados tenían preparados para vender a terceras personas y ya han sido devueltos a sus dueños. Además, la Guardia Civil requisó el vehículo que utilizaban para desplazarse en sus golpes.


Adriana Cabezas

A ambos se les atribuyen al menos 6 golpes en diferentes zonas de la Comunidad de Madrid y se les imputan delitos de robo con fuerza. Además se investiga a una tercera persona por un delito de receptación, por presuntamente haber ayudado a los detenidos a esconder el botín», añade la periodista. Y concluye: «Tenían roles perfectamente diferenciados. La misión era conocer la zona, seleccionar los posibles objetivos y vigilarlos. Se repartían para conocer los horarios de las tiendas, los descansos de sus trabajadores y sus ausencias. El día del robo, uno de ellos permanecía en el exterior realizando labores de vigilancia, mientras que el otro forzaba las cerraduras utilizando la técnica del «resbalón»- que consiste en utilizar una tarjeta de crédito o una radiografía para abrir una puerta sin necesidad de forzarla- o bien rompía bombines o los cristales de las puertas y ventanas. Una vez dentro, en pocos minutos, desvalijaban los locales», finaliza la noticia.

 

 

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