«A las 11.30 Ana Calvo todavía no había podido salir de su coche, aunque en el kilómetro 67 de la AP6, donde ya había pasado 17 horas junto a su pareja, empezaba a haber movimiento. “Hubiéramos dejado el coche aquí y nos habríamos ido, pero no podemos hacerlo porque se nos ha estropeado el embrague y nos han advertido que si lo dejamos nos pondrán una multa”, explica por teléfono. Hasta hace un rato, que la UME les ha proporcionado alimentos, no han podido comer nada ni beber. La noche ha sido “terrible”. “Esto es para verlo”, se indigna. Han pasado la noche arrancando y parando el motor para tener calefacción sin agotar el combustible. Ahora esperan que llegue la grúa para poder retirar el coche y emprender el viaje de regreso hacia Majadahonda, de donde salieron cuando apenas nevaba. Ana lamenta que en una autopista de peaje no hayan tenido información sobre las dificultades que iban a encontrar en el trayecto pera poder dar la vuelta a tiempo». Así fue el relato que esta vecina prestó a los periodistas Miguel González y Miguel Ángel Medina de «El País», que describen como «miles de coches, entre 3.500 y 4.000, según los servicios de emergencia», quedaron atrapados a última hora del sábado por la nevada que colapsó la autopista AP-6, a la espera de que las máquinas quitanieve pudieran desbloquear la vía. La Unidad Militar de Emergencias (UME) movilizó a más de 240 efectivos, que trabajaron toda la noche «a destajo» para liberar a los vehículos. A las 14.30 horas del domingo, la Dirección General de Tráfico (DGT) anunciaba la «apertura provisional» de la AP-6 en ambos sentidos. El tráfico será controlado por la Guardia Civil, y la UME mantendrá un retén.


«A las 13.30, tras cerca de 18 horas de bloqueo, el director general de Tráfico, Gregorio Serrano, aseguraba que la AP-6 «está limpia de vehículos y no queda ningún vehículo atrapado», aunque permanecería cerrada hasta comprobar la evolución del temporal. Un portavoz de la UME explicó que hacia las 13 horas los efectivos del batallón de emergencias que avanzan desde Madrid hacia el norte habían logrado enlazar con los que venían hacia la capital, por lo que toda la vía era ya accesible. Poco más de una hora después, la UME daba por rescatados a todos los vehículos y empezaba a preparar el repliegue de sus efectivos, aunque manteniendo un retén por si la situación volvía a complicarse. Los militares repartieron mantas, agua y bebida caliente entre los ocupantes de los turismos atrapados y evacuaron a numerosas personas a los albergues habilitados en las localidades de San Rafael y Villacastín. Enfermos crónicos y bebés fueron trasladados en un todoterreno medicalizado a Segovia, a donde se desplazaron médicos del servicio de urgencia de Madrid (Summa) y de la Cruz Roja», concluye la crónica. Leer más.

 

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