LIDIA GARCIA. La primera «fábrica» de Adrián y Sergio, dos hermanos de Majadahonda, fue la casa de su abuelo y hoy han conseguido un nombre en la Comunidad de Madrid gracias a sus cervezas de inspiración centroeuropea. «Irse de Majadahonda fue un paso complicado, tanto por dejar su localidad natal como por la época en la que sucedió, en plena pandemia y con «Filomena» en la puerta. Pero la apuesta salió bien. «La respuesta ha sido brutal», dicen los hermanos. Los días que abren están llenos de gente que se toma más de un pinta. Tocó buscar una nueva ubicación y, a pesar de la buena disposición del Ayuntamiento de Majadahonda, fue imposible encontrar un local para ubicar su fábrica. La solución llegó de Las Rozas, la localidad vecina. Y era una apuesta grande. Un local en un polígono y a escasos pasos de una de las cerveceras de reciente creación con más producción de la región». Así comienza el detallado reportaje del periodista Luis Blasco en El Mundo fechado en Majadahonda este martes 17 mayo (2022). Y «Cerveza Majariega» es su protagonista.
«Empezaron con 500 litros, luego 1.000 y posteriormente 1.500. Un nuevo fermentador, recién estrenado, les ha permitido ampliar su producción hasta los 2.000 litros. Pero antes de llegar a este punto, tuvieron que sortear otro obstáculo: su casera, que además era su vecina, no les quería renovar el contrato. «Decía que hacíamos mucho ruido», cuentan los hermanos. Y eso que Majariega apenas abría unas pocas horas al día. La casera sólo adelantó un problema que tenían que resolver: «El local se nos había quedado pequeño. Sergio y Adrián, dos hermanos treintañeros, exhiben con orgullo que son de Majadahonda. Tanto, que no dudaron en llamar a su pequeñísima fábrica de cerveza con el gentilicio de este pueblo del noroeste de la Comunidad de Madrid: Majariega», señala Luis Blasco.
«Y por si no fuera suficiente, el logotipo, diseñado por Adrián, muestra dos ovejas, símbolo de esta localidad vinculada históricamente a la transhumancia. Como muchas de las historias de este sector, el cervecero fue cocinero antes que fraile. Y lo de cocinero es casi literal. Antes de hacer cerveza, Sergio trabajaba de pizzero en una conocida cadena de comida rápida. Un buen día le dio por mirar cómo se hacía aquella bebida que tanto le gustaba. Y dio con un tutorial en esa especie de biblioteca de Alejandría moderna que es YouTube. «No imaginaba que se pudiera hacer en casa tan fácilmente», reconoce. Y así, casi sin querer, nació Majariega«, añade el reportaje.
Y concluye: «La primera fábrica fue la casa del abuelo. «Comenzamos con lotes de 20 litros», recuerda Sergio. La mitad de los botellines se quedaban en casa y la otra mitad iba a la nevera de la pizzería. Al salir del trabajo se tomaba las cervezas con sus compañeros. El resultado gustó tanto entre sus colegas que incluso le hacían pedidos. Eso propició que Sergio se tirara a la piscina y abriera junto con su hermano una fábrica de cerveza en el pueblo. Corría el año 2017 y Majariega se instalaba en un pequeño local del centro de la localidad. Durante un tiempo estuvo compaginando las pizzas con la cerveza, hasta que en 2018 apostaron todo por esta última. Querían desarrollar una cervecera «local» y poner en valor el lugar donde se hace, al estilo de las cerveceras alemanas». Lea el reportaje completo pinchando aquí.
Pero si lleva en Las Rozas tiempo! Q noticia es ésta!
Interesante entrevista, gracias MM, una pena que las empresas que dan identidad a Majadahonda se tengan que marchar al municipio de al lado. También lo hacemos los que practicamos deporte y tantas cosas mas. Un trienio negro llevamos de gestion municipal.
No es la primera vez que nos topamos con la gestión del ayuntamiento de Majadahonda y el de Las Rozas regido en principio por el mismo partido político pero a años luz en sus gestiones. En esto tiene mucho que ver las familias políticas y económicas que los rigen y lo de Majadahonda tiene delito cual trama Gürtel. Es desolador que hasta para la actividad empresarial la gente se vea obligada a irse al pueblo de al lado. La Majariega fabricándose en Las Rozas, no perderá calidad pero si parte de su magia