Valoriza, la contrata de basuras del Ayuntamiento
JORGE RUBIO. El debate sobre la función de la Comisión de Vigilancia de Contratos fue uno de los puntos más controvertidos del primer pleno del Ayuntamiento de Majadahonda. En este apartado los distintos grupos políticos mostraron su desacuerdo con la función «a posteriori» que realiza esta comisión a la hora de evaluar los contratos con las empresas realizados por el Ayuntamiento aunque fue Juancho Santana (IU) quien advirtió «un avance»: «hemos logrado recuperar una competencia olvidada: que la comisión dictamine sobre los pliegos de contratación». Esto permitirá a la Oposición vigilar los concursos con antelación, aunque la mayoría coincidió en la necesidad de que dicha vigilancia se produjese más explícitamente de forma previa a la firma de la contrata pública, una visión que no comparte el grupo del Partido Popular y que ha sido justificada por el alcalde, Narciso de Foxá.
El primer edil sostuvo que no tiene ningún sentido que la Comisión de Vigilancia de Contratos evalúe los mismos antes de que estos se produzcan, ya que dicha competencia la realiza la Mesa de Contratación. Este órgano está formado únicamente por funcionarios «y son ellos los que deben comprobar que se ajustan a lo fijado en el concurso. Una vez pasado este filtro, es cuando le corresponde actuar a la Comisión de Vigilancia de Contratos y no antes», concluyó Narciso de Foxá.
Tanto el representante del PSOE, Zacarías Martínez, como el de Somos Majadahonda, Alberto Moreno, coincidieron en la necesidad de que la Comisión de Vigilancia de contratos debería ganar poder y ejercer su potestad de control antes de que se firmen los mismos. De esta forma se podría ejercer una inspección más efectiva en las contrataciones públicas y ganar en transparencia. «La Comisión de contratación debe servir para controlar antes, no a posteriori. Si no, no tiene sentido», señaló el representante de Somos Majadahonda.
Mercedes Pedreira (Centristas) se detuvo en otros aspectos organizativos. La concejala señaló que no se había contemplado el soporte reglamentario a las mociones de urgencia en esta nueva estructura, lo que podría suponer un grave perjuicio en la correcta tramitación de las mismas, por lo que debería tenerse en cuenta lo antes posible, aspecto que admitió Narciso de Foxá.
